Eran las siete en punto cuando salí de la ducha, mi vestido nuevo estaba sobre la cama, junto con mis tacones.
Seque mi cabello y me hice ondas, luego hice mi maquillaje natural, para no verme demasiado formal, aún que un labial rojo intenso siempre funciona.
Volví a mi habitación y tomé mi vestido, la tela resbala fácilmente por mi cuerpo, como la seda.
Es un vestido pegado color blanco marfil con un sencillo diseño dorado estilo griego en la parte de los hombros y las piernas, de manga larga y cuello circular con un escote en la espalda que para en mi cintura, llega a la mitad de mis muslos y me hace lucir hermosa, parece que fue diseñado para mi y solo para mi.
Suena el timbre y veo el reloj rápidamente, son las ocho con diez.
Me pongo mis zapatos dorados y no me pongo accesorios, el vestido por si solo es espectacular, tomo mi cartera y corro a la puerta, el timbre se escucha una segunda vez antes de que la abra, me extraña que no abra con su propia llave.
Pero me llevo una gran sorpresa al ver a un señor de traje frente a mi puerta.— ¿Señorita Stevens?
Asentí confundida.
— Soy Caleb Morter, yo la llevare a su destino el día de hoy. El señor Harry me pidió que le diera esto, pero no quiere que lo abra hasta que estemos llegando.
— Gracias.
Me dio el sobre y lo mire confundida, es pesado.
— Si ya no necesita nada más, podremos avanzar.
— Ah claro, si perdón, vamos.
Cerré mi puerta y nos dirigimos al elevador, el hombre caminó serio hasta que llegamos afuera, yo imaginaba que subiríamos a un carro común, pero al salir me abrió la puerta de una limusina, por un momento creí que se había equivocado de persona.
Subí y me ofreció una copa de champagne, en mis piernas tenía el sobre que me había mandado Harry, quisiera abrirlo de una vez pero el señor puede verme por el retrovisor, aún que el restaurante no está muy lejos así que no será mucha mi tortura.
Diez minutos después, miraba por la ventana llena de pensamientos hasta que la voz de Caleb me sobresaltó.
— Señorita, ya puede abrir el sobre.
Aún quedaban algunas calles por recorrer, pero no me quejé y abrí el sobre con cuidado, temiendo lo que pudiera haber adentro.
Saque poco a poco los papeles, lo primero que vi fue "papeles de divorcio" saque todo completo y cayó una nota que decía "Ahora legalmente, puedo ser todo tuyo" adelanté los papeles hasta la última hoja y venían firmados por él y por Blake, grité de sorpresa, era oficial, está divorciado.
— Ya estamos aquí.
Bajó de la limusina y me abrió la puerta, metí los papeles en su lugar, me limpie algunas lágrimas que salieron sin permiso y baje. El chofer me condujo hasta la entrada y le dijo "Margarita" a la recepcionista, no entendí esa parte, pero ella si, me vio y me dijo.
— Necesito vendarte los ojos hermosa
— ¿Para qué?
Esto se está poniendo extraño ¿dónde está Harry?
— Es una sorpresa.
Me vendo los ojos con cuidado de no arruinar mi maquillaje, me encamino por todo el restaurante y luego se detuvo. Todo estaba en silencio, nadie hablaba y ya no sentía la mano de la recepcionista.
— Ya puedes quitarte la venda.
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LADRONA
Fanfiction¿Salir con hombres casados? La verdad es que yo nunca fui de esas mujeres, nunca conocí alguien que valiera la pena, el esfuerzo y la tortura psicológica. Esto iba en contra de lo que me enseñaron mis padres, al igual que muchas de las cosas que hag...