LADRONA

CAPÍTULO 7

Ambos estábamos en mi departamento, acostados en la cama, Harry estaba sólo en bóxers, esperando que la secadora terminará con su ropa.

— ¿Y qué pasará cuando la secadora termine?
— ¿De verdad terminaras con ella? No quiero ser la tonta que esperó años para que el hombre casado terminará su matrimonio.

Me volteó a ver y mis ojos estaban cristalinos.

— No llores Samantha, de verdad voy a terminar con ella, no la amo tanto como a ti, solo necesito hacer unas cosas legales primero y luego me saldré de ese matrimonio.

— Quiero tener una vida contigo, quiero salir al cine, ir a comer al parque y que no te importe quien nos vea. Te voy a dar lo que resta del año. Si para entonces no has terminado con ella, me iré. No puedo vivir así.
— Para entonces ya estaremos cenando por doceava vez en el Lucrex.
— No, el Lucrex ya no es nuestro lugar, tenemos que conseguir otro y si no te importa ahora lo escogeré yo.

Se rió y lentamente se acercó a mis labios, los beso tranquilo, suave y tierno. El ruido de la calle se desvanecía y solo se oían nuestras respiraciones.
Me tomó la mejilla y me hacía caricias, Dios este hombre sabe lo que hace. Sus besos son como droga y sus labios saben a miel.
Espero que sea cierto lo que me promete, porque no se que haría sin él.

*

26 de agosto del 2016

Los días junto a él pasaban rápido, me dijo cuando podía atender mis llamadas y cuando podía verlo en el día. Le hice prometerme que no tendría sexo con su esposa durante este tiempo y espero que el maldito lo esté cumpliendo.

Me era complicado tener que ver el reloj cada que le quería llamar o mandar un mensaje, habías horas en las que no podía marcarle porque estaba con ella. Me daban bastantes ganas de llamar y acabar con ese matrimonio de una vez, pero lo amaba tanto que me obligaba a respetar lo que él quería.
Al fin y al cabo sabía que él me amaba más a mí que a ella.

Salí del edifico y caminé al starbucks que estaba en la esquina. Este era nuestro nuevo lugar, nos quedaba cerca de mi trabajo en caso de que quisiéramos hacer algo más. Ya saben de qué hablo.

El otro día nos habíamos reunido en la oficina de Harry, era bastante sexy verlo en su papel de abogado importante.
Yo fingía frente a sus compañeros ser solo su nueva socia de publicidad, no creo haber sido muy convincente con eso.

*flashback*

20 de agosto del 2015

— Buenos días Abogado Styles — le decía una señora sentada frente a un escritorio — buenos días, señorita.

— Buenos días Olivia, ella es la Licenciada Stevens, mi socia de publicidad, va andar por aquí estos meses para que se vayan conociendo, Samantha ella es Olivia mi asistente.
— Mucho gusto Olivia
Noté como veía la mano de Harry en mi cintura, le extendí la mano en forma de saludo y con la otra quitaba la mano de Harry. Me devolvió el saludo de la forma más hipócrita que había visto en toda mi larga carrera.
Esta mujer sabe algo o sospecha algo.

— Bueno, estaremos en mi oficina.

Avanzamos por un largo pasillo con paredes color beige y en el fondo había una puerta café que decía "Abogado Styles". Abrió la puerta y me dejó pasar, luego la cerró con seguro y se acercó para besarme. Lo aleje, no me quitaba de la mente a Olivia.

— ¿Qué pasa hermosa?
— ¿Olivia conoce a tu esposa?
— Si, a veces Blake platicaba con ella mientras esperaba que llegara o saliera de una junta.
— Maldición.
— ¿Qué pasa?
— Olivia vio que me tenias agarrada de la cintura. Tal vez no sepa lo que tenemos pero si lo sospecha, y si son amigas le va a contar todo a Blake.
— No te preocupes, nadie puede atraparnos aquí, tengo reglas estrictas con Olivia. No puede dejar pasar a nadie sin avisarme, ni ella.

Tomo mis mejillas y se acercó para besarme, era algo tierno pero apasionado. En cada beso que me daba, Olivia me dejaba de importar cada vez más.
Me dejé llevar por sus caricias y sus constantes besos por mi cuello.
Me cargó por toda la oficina hasta llegar al escritorio, me sentó en el y comencé a desabrochar los botones de su camisa. Le quite la corbata y aventé sus prendas al suelo, me dediqué unos segundos a ver su abdomen.
— ¿Te gusta lo que ves?
Le contesté con una sensual mirada, acerqué mis labios a su abdomen y lo bese, luego con la punta de mi lengua y sin separar la mirada de la de él recorrí todo su tórax hasta llegar a los labios. Me besó fuertemente, podía escuchar nuestras respiraciones agitadas. Y entre más nos besábamos sentía su miembro más y más duro.
Me empujó lentamente hacia atrás hasta que terminé acostada en el escritorio, subió mi vestido hasta la cintura y con sus dientes quitó mis bragas de su lugar.
Sus manos acariciaban mis pechos por encima de la ropa, lo ayude bajándome el vestido, dejando expuesto mi brassier, que al poco tiempo también había desaparecido de su lugar. Habiendo echo esto, empezó a devorar mis pezones. Los mordía, succionaba y chupaba como si eso fuera su profesión. Me volvía loca cada caricia que me daba.
Sacó su cartera de su bolsillo trasero y de ella sacó un condon, se bajó los pantalones y se lo colocó.
Abrió mis piernas y pasó dos dedos por mi vagina, sintiendo lo mojada que estaba, después, poco a poco introdujo su miembro, él estaba parado frente a mí y yo recostada sobre el escritorio, cada movimiento brusco que hacía para darme placer tumbaba algo del escritorio, caían lápices, papeles, folders y empezaban a surgir gemidos leves.
Me cargó en sus brazos de nuevo y se sentó en la silla que estaba del otro lado del escritorio, me sentó sobre él y ahora era mi turno de producir el placer.
Me movía lentamente de arriba a abajo y de pronto lo hacía despacio en círculos lo cual parecía gustarle.
Luego me tomó de la cintura y empezó a darme con más velocidad, por lo tanto yo iba más rápido también, subía y bajaba, podía escuchar como sonaba su miembro al chocar con mi vagina. Me recosté sobre él en un abrazo mientras continuábamos, íbamos cada vez más rápido, podía sentir como el orgasmo estaba cerca y se escuchaban pequeños gemidos salir de su boca, tomaba su cabello con mi mano y con la otra arañaba su espalda.
3 o 4 embestidas después llegamos al climax, solté un pequeño grito de placer al terminar y caí en su pecho.
— shhh, nos descubrirán — dijo riéndose.

*fin del flashback*

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