LADRONA

CAPÍTULO 31

Narra Samantha desde aquí.

Este mes ha sido una completa locura, todo ha cambiado en un instante y ni sí quiera estoy segura de cómo pasó.

— ¿Quieres comer aquí?

Me sacó de mis pensamientos señalando un bonito restaurante italiano.

— Si, está bien aquí.

Harry ha estado los últimos días cuidando a Blake y yo estoy de acuerdo en que hagan las paces, es sólo que Blake es una chica que cambia de parecer muy rápido, no me sorprendería que cuando volviéramos estuviera el abogado en la habitación.

Nos bajamos del auto y caminamos de la mano hacia la entrada. Amo estar con él, más ahora que somos libres, puedo besarlo en la calle sin tener que cuidar que nadie nos vea, abrazarlo y tomarle la mano más de cinco segundos.

Entramos y nos sentaron en el balcón, el clima era perfecto y se podía ver la ciudad. Mi vestido blanco con destellos dorados se movía bruscamente por el aire.
Luego estaba él, viéndome con una enorme sonrisa, sus ojos brillaban y su cabello se movía sensualmente por la brisa.

— ¿Cómo ha sido tu semana?

Me preguntó mientras servía vino en mi copa.

— Estresante, pero al parecer estamos listos para abrir en San Francisco.

— Perdón por retrasar todo, pero no podía irme y dejarla así.

— ¿Qué te parece si esta noche no hablamos del trabajo, ni de Blake y sus problemas?

Le dije o más bien le rogué con la mirada.

— De acuerdo, empezaré diciendo lo hermosa que te ves esta noche.

Me miró coqueto y sonreí ante su comentario.

— Y claro también admitiré que ese vestido es hermoso pero me gusta más cuando te lo quitas.

Me mordí el labio inferior, entendí a lo que quería llegar. El mesero llegó y sirvió nuestros platos, sonrisas coquetas salían de nuestras bocas esperando que el mesero se fuera para seguir.

— Señor Styles ¿Cómo está su pasta?

Le dije coqueta y él sonrió.

— Bastante sabrosa pero conozco algo mejor.

Me quite el tacón derecho y estire mi pierna, acaricie su muslo hasta llegar al centro. Su cara estaba sonrojada, volteaba hacia todos lados suplicando que nada más él viera la escena. Le hizo una seña al mesero y le pidió que pusiera todo para llevar.

— ¿Por qué tanta prisa abogado Styles? Acabamos de llegar

Sonreí coqueta y él me miraba con deseo.  

— El hambre me ha desaparecido por completo señorita.

Salimos con nuestras bolsas de comida hacia el carro, parecíamos adolescentes, nuestras risas se escuchaban por todo el lugar, algunas personas nos callaban, nosotros solo seguíamos corriendo, salimos y nos dieron las llaves del auto, subimos y Harry manejo hacia las afueras de la cuidad.
Bajó la cubierta del carro con un botón y de pronto tenía el cielo sobre mi cabeza, lucia hermoso, estrellado como pocas veces y una luna hermosa.

Detuvimos el carro en un antiguo mirador que se había desmantelado por las pocas visitas.
Nadie decía nada, pero se entendía todo. Giró su cabeza y sus labios dijeron en un susurro "Te amo"

— Yo te amo más.

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