CAPÍTULO 8

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Llegué a Starbucks y pedí dos cafés, me senté en una de las mesas frente a la ventana y esperé a que llegara.

— ¿Samantha? — levanté mi mirada y tenía a Blake parada frente a mí, inmediatamente me puse nerviosa.
— Hola Blake, ¿qué te trae por aquí?

Que pregunta más estupida Samantha, disimula tus nervios.

— Solo vine por un café pero te vi y quería pedirte una disculpa, la última vez que nos vimos estabas molesta y te entiendo completamente.

¿De qué diablos está hablando? ¿Y si Harry llega? ¿Qué vamos a hacer?

— No, fui grosera, tuve un mal día y no sé que me pasó.
— ¿era eso? ¿De verdad? Me alegra mucho escucharlo porque pensé que estabas molesta conmigo por haberte hecho hacer las propuestas y nunca volví a seguir con eso — suspire de alivio
— No, tranquila, eso está bien, yo estoy para lo que necesites.
— muchas gracias — vio el otro café que estaba esperando en la mesa — ¿tienes compañía? ay perdón te estoy quitando el tiempo.
— Ah no, aún no llega no te preocupes.
— ¿Es un chico?
Me preguntaba juguetona, queriendo ser mi amiga, pero de verdad no quiero serlo. Me siento pésima al verla, ella es feliz sin saber todo lo que hacemos su esposo y yo.
— Si, estoy saliendo con él.
— ¡Me alegro mucho de escuchar eso!

No créeme que no.

Vi a Harry entrar por la puerta principal, me buscaba con la mirada y se puso pálido al ver quien estaba sentada conmigo.
Blake vio por la ventana y dijo
— Que raro
— ¿Qué raro que? — dije nerviosa
— Ese es el auto de mi esposo — señalaba un carro negro por la ventana — pero no lo veo por ningún lado. — giraba su cabeza en busca de su esposo, yo sudaba de nervios.
— Oh, míralo ahí está.

Harry iba a los baños a esconderse, cuando lo vio.
— Déjame voy por él
Se levantó de la silla y fue hacia él. Lo saludó y le dio un beso en los labios, un beso corto y sin chiste, pero a mí me dolió como si hubieran tenido sexo frente a mí. Me dolía saber que yo no podía hacer eso aquí, yo no podía llegar a besarlo en cualquier lugar, no era completamente mío.
Tomé mi bolsa y mi café y salí de ahí, no podía verlos juntos, tenía ganas de llorar ¿qué estaba haciendo? no puedo seguir con esto, Blake no se lo merece y yo tampoco. Pero es que lo amo tanto, cuando lo beso siento que no puedo dejarlo ir.

— ¡Samantha! — escuche que Blake gritaba mi nombre desde la puerta, yo abría mi carro. Me giré para verla y levante mis lentes de sol para limpiar pequeñas lágrimas. No quería explicarle nada.
— ¿Ya te vas? — dijo acercándose a mi
— Si, me llamo el chico que te dije, está en una junta y no podrá venir. Perdón por no despedirme no quería interrumpir.
— Ah no te preocupes, Harry y yo iremos a comer al restaurante que está aquí a dos calles y queríamos saber si quieres ir.

No sé porque le agradó tanto a esta mujer, nunca la he tratado de forma especial, nunca e hecho nada bueno por ella y hasta salgo con su esposo.

— No creo poder, me acaban de llamar de la oficina y...
— No aceptaré un no por respuesta Samantha

Vi como Harry cruzaba la puerta con el café que yo le había comprado en la mano, sonreí al verlo. Se fue hacia su carro y se recargó en la puerta, esperando.

— Vamos Samantha, anímate.
Me tomó de la mano y me acerco al carro de Harry. Me miró sorprendido de que hubiera aceptado. Me abrió la puerta trasera y luego fue a abrírsela a Blake, creo que esto no fue una buena idea, no quiero sufrimiento y culpa extra.
— Harry estaba encantado con las propuestas que hiciste Samantha pero al último la idea de mudarnos dejó de gustarle.
— ¿ah sí? ¿Por qué?
Le dije, esperando que dijera algo que me hiciera sentir mejor.
— Me gusta esta ciudad, me gusta todo lo que hay aquí, estoy enamorado de esta ciudad, no creo poder amar a Seattle tanto como a NY.

Me sonroje.

— No seas dramático Harry, ambas ciudades están bien.— dijo Blake
— No, yo creo que tiene razón, NY es mejor — dije sonriendo, defendiéndome en una metáfora que sólo él y yo entendíamos. 

Todo el camino me vió por el retrovisor, me guiñaba el ojo y yo sólo le sonreía.
Blake no paraba de hablar en todo el camino, sentía que ya sabia toda su vida.
Pero de pronto, Blake puso su mano en la mano que tenía Harry en la palanca de cambios. Podía sentir los celos subir por todo mi cuerpo, quería gritarle que no lo tocara.
Harry quitó su mano y fingió rascarse la cabeza, luego puso su mano en el volante.
Quería darle un beso de agradecimiento, definitivamente se lo iba a recompensar después.

Llegamos a un restaurante de comida china, era grande y muy hermoso.

— Vayan a pedir una mesa, yo iré al baño.
Se fue apresurada y por fin nos dejó solos.
— Lo siento mucho hermosa, no pensé que fuéramos a encontrarnos con ella ahí. Si no te sientes cómoda con esto puedo fingir fiebre

Sonaba tan preocupado, me daba un poco de risa como pensaba situaciones de emergencia por si me sentía incómoda.

— Solo sé que tengo unas ganas tremendas de besarte en este momento.
— Tal vez mañana en la noche pueda quedarme en tu departamento. — Dijo pícaro
— ¿Y Blake? ¿Qué le dirás?
— Blake va salir de la cuidad toda una semana, me tendrás para ti 7 días.

Nos acercamos a la chica encargada para pedir una mesa.
— ¿Mesa para dos? Si gustan los puedo ubicar en la zona romántica.
— Oh no, mesa para tres por favor — interrumpió Blake con una risita, yo quería golpearla por arruinar todo.
— Oh lo lamento, síganme por favor.

Nos llevaron a una mesa y ellos dos se sentaron de un lado y yo frente a ellos.
Se acercó un apuesto mesero a tomar nuestra orden.
— Buenas tardes, aquí esta el menú. — dijo y se fue.

— Por Dios Samantha ¿viste la manera en que te vio? Deberías pedirle su número.

Mis ojos automáticamente se dirigieron a Harry, quien apretaba los puños y fruncía el ceño.

— Estoy saliendo con alguien Blake.
— ¿El chico del café que nunca llegó? Deberías conocer más chicos que se tomen el tiempo de ir a tomar un café.
— Todo el tiempo estamos juntos, pero hoy tuvo una emergencia, una situación que no se esperaba y por eso no pudo llegar.
— ¿Entonces es serio?
Harry solo escuchaba con una sonrisa.
— Me gusta pensar que si.

Regresó el mesero y tomó nuestra orden, los minutos pasaban lentos, ya me quería ir, estaba agotada de escuchar a Blake hablar de su vida perfecta. Harry y yo no hablábamos mucho, ella no nos daba tiempo.
Terminé mi comida lo más rápido que pude y fingí que tenía una llamada perdida de la oficina. Harry se ofreció a llevarme pero ya había tenido suficiente tortura por hoy.
— Me la pase muy bien Sam, espero que esto sea más seguido. — me dijo con una sonrisa

"Ni drogada vuelvo a salir con la esposa de mi amante" pensé

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