CAPÍTULO 38

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Desaté lentamente el nudo tras mi cabeza con miedo de lo que pudiera encontrar, no es mi cumpleaños así que no sé que pueda ser esto. Poco a poco la oscuridad se fue convirtiendo en un cuarto lleno de globos de colores por todo el techo y personas, que aún que mis ojos se tardaron en distinguirlos eran nuestros amigos y familia.
Frente a mi, estaba un Harry vestido de traje, más guapo que nunca, con una sonrisa del tamaño de su cara, sosteniendo un ramo de bellas rosas rojas y tras él, un letrero negro con letras doradas que decía "¿Quieres ser mi esposa?"

Nunca había tenido tantas emociones juntas, mi estómago estaba revuelto y la voz no salía de mi boca, estaba tan feliz que ni si quiera podía dejar de llorar, me tape la cara con mis manos y luego sentí su cálido pecho que me cubrió y me abrazo, me levantó el rostro y me dijo

— Samantha Stevens... ¿aceptas?

Sus dulces ojos me miraban con temor, al fondo se escuchaban las expresiones de ternura de la gente y el ruido de las cámaras.

— Claro que si

Me sonrió y me levantó en un abrazo que consumimos con un tierno beso.
La gente aplaudía y nos tomaba fotos pero yo no podía dejar de ver a mi futuro esposo, no puedo creer la suerte que tengo de tenerlo, de poder besarlo, tocarlo y amarlo.
Mi corazón está a punto de explotar, siento como cada segundo lo amo más y más.

— Te amo tanto Harry, tanto que duele.

Me miró sorprendido, nunca le había dicho algo tan grande, pero si no lo decía mi corazón iba a explotar, lo amo tanto que cuando no está duele.

— Yo te amo más Samantha.

Tomó mi mentón y unió nuestros labios en un suave beso.

— Vamos, tu familia te quiere ver.

Gire mi rostro y los vi parados a mi derecha, mi mamá lloraba y mi padre se obligaba a no hacerlo.

Caminé hacia ellos y nos abrazamos, como si no hubiera un mañana.

— Mi niña querida, me alegra que encuentres al amor de tu vida, te deseo lo mejor por siempre.

Me dijo mi madre entre lágrimas

— Samantha, no se en que momento te escapaste de mis manos y te hiciste toda una mujer exitosa, siempre te voy a amar, estoy muy orgulloso de ti.

Dijo mi padre, mientras yo me secaba las muchas lágrimas que salían de mis ojos.

— ¿Samantha?

Gire y vi a Lexie con su ex prometido, que me felicito y luego nos dio privacidad.

— ¿Lexie? ¿Sabias sobre todo esto?

La mire divertida

— ¿Quién creías que había escogido el vestido que traes puesto? ¿Tu prometido? Claro que no.

— Gracias por salvar mi dignidad y ya te vi muy amorosa con Zayn eh, pensé que habían terminado.

Días después me contó que la cita con el chico de Internet era mentira, le avergonzaba decirme que volvería a ver a su ex.

— Después te cuento, éste es tu momento.

Me miró sonriendo y me abrazo fuerte, ya saben, esos abrazos entre tú mejor amiga y tú, esos que dicen "me llenas de orgullo" o "te amo tanto"  

— Atención todos, es hora del brindis.

Decía Harry en el escenario.

— Esperemos que no haga el ridiculo.

Dijo Lexie burlona.

— Necesito que venga mi bella prometida  ¿alguien la ve?

— Ve corre

Camine hacia el escenario saludando a todos, esperando que Harry no dijera algo estupido.
Llegué, me tomó de la mano y comenzó a hablar con el micrófono en la otra mano.

— Samantha, nos conocimos de una manera poco convencional, vivimos cosas que no cualquiera supera, te hice pasar por un cielo y luego por un infierno, pero te quedaste y ahora te amo de una manera tan infinita que cuando pienso en mi futuro ya no lo veo sin ti, moviste mi mundo completamente y ahora me duele estar sin ti. Te amo y quiero pasar mi vida entera contigo.

Una bonita melodía estaba de fondo, una lágrima escapó de mis ojos, porque cada palabra que dijo la sentí profundamente.

— Levanten sus copas, los invito a brindar por Samantha, para que me siga amando dentro de 100 años, como lo hace hoy.

— Espero lo mismo de ti Harry.

Le dije burlona mientras todos le tomaban a sus copas, se bajó del escenario y me dio un tierno beso, el inicio de nuestra historia.

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