CAPÍTULO 6.
Me levanté a las ocho menos diez de la mañana. Primer día de instituto. Había quedado con Shelley en media hora, por lo que me fui deprisa al baño, me di una ducha rápida y volví para vestirme con unos vaqueros pitillos negros, una camiseta de rayas negras y blancas y unas vans negras. Guardé el móvil y una copia de la llave de la casa en una pequeña mochilita negra que mi madre me regaló por Reyes y salí disparada, echándole un último vistazo al cuerpo escultural que se extendía sobre la cama individual.
—Hola guapa—mi amiga me besó la mejilla y me miró sonriente—no te has pintado. Te queda bien.
Sonreí en modo de agradecimiento y andamos hasta dentro del instituto.
Las paredes eran de un color blanco roto, y las taquillas, a lo largo del único pasillo, estaban pintadas de un verde caqui realmente feo. Había muchas puertas, de las diferentes clases, y una muy grande al fondo del inmenso pasillo que daba paso a la cafetería del viejo instituto.
Me dirigí al tablón de anuncios acompañada de Shelley y caminamos juntas hasta el salón de actos, que estaba al otro lado del pasillo, detrás de unas puertas de madera amplias y pesadas.
Nos sentamos en el centro, aproximadamente, y esperamos a que el director, Holdbank presentase el nuevo y último curso.
Salí de allí para dirigirme a mi nueva clase, con mis nuevos compañeros, y me senté en la primera fila junto a Jake, un chico un año mayor que había repetido por problemas familiares. Me dedicó una sonrisa cálida y se giró para escuchar atentamente el discurso de la profesora McAdams.
—Cómo bien sabéis, este es vuestro último año y no estoy dispuesta a ser una de las personas que os dejen que os lo toméis a broma. Esto es una carrera de relevo, chicos, y si de verdad queréis llegar a la meta, tendréis que esforzaros—No entendí la metáfora de los relevos, aún así sabía que no podía quedarme atrás, ni fingir que podía pasarme el curso viviendo la vida loca. Aunque tuviese un futuro hermanastro buenorro que me proporcionarse un placer extraordinario.
Mi subconsciente puso los ojos en blanco. Sí. Estaba delirando demasiado...
Después de que la señora McAdams— de pelo corto ondulado y rubio, sonrisa de dientes torcidos y ojos café— terminase de dar su discurso, salí de la clase en busca de mi amiga; por ese día habíamos acabado.
Jake me alcanzó en medio del pasillo.
—Hola—me dedicó una sonrisa tímida y me paré para mirarle. Le devolví la sonrisa.— Soy Jake Sullivan. ¿Y tú...?
—Devonne William, pero puedes llamarme Dev.
Me tendió una mano que yo estreché sin dejar de sonreír.
—¿Y eres nueva aquí, Dev?
Asentí.
—Conozco a gente de este pueblo, pero tampoco a la suficiente.
Él rió.
—Tampoco te esperes mucho...El instituto es el lugar más poblado de Forks, y eso que es un lugar odioso.— Jake puso los ojos en blanco, haciéndome reír.
—Lo supuse.— Mi amiga caminaba hacia la puerta para salir.— Eh, Jake debo irme, nos vemos mañana.
—Ah, vale. Adiós, Dev.
Le dediqué una última sonrisa y eché a correr detrás de mi amiga.
—¿Quién era ese?—preguntó Shell alzando las cejas, insinuando algo.
—¿El chico con el que hablaba? Jake. Está conmigo en clase.
—Uhhhhhh, Dev y Jake...suena bien.
Puse los ojos en blanco.
—No seas boba. Es guapo, pero no lo conozco.
Mi amiga se encogió de hombros y agarrándome del brazo me llevó hasta su vieja camioneta.
Cuando llegué a casa solo estaban Liam y mi madre. Bob había salido con unos viejos amigos para hablar de trabajo.
—¿Comeremos aquí hoy?—pregunté mientras me sentaba en una de los taburetes de la cocina.
Mi madre asintió sin si quiera dedicarme una mirada. Estaba sumida es sus pensamientos.
—Dev...—reaccionó unos minutos más tarde.—¿Crees que hago bien en casarme tan pronto?
Abrí la boca y la cerré. No podía ser egoísta, no podía decirle que aquel matrimonio iba a hacer que me convirtiese en familia del chico del que estaba enamorada...No podía...
—Claro, mamá. Estás enamorada de Bob...¿qué hay de malo? Cuando te enamoraste de papá, no tardasteis mucho en casaros...¿uno meses fueron, no?
Ella asintió suspirando.
—Es solo que...tu padre era más...pasota. Bob es más pasional, y me abruma todo eso.
De verdad no quería hablar de su vida sexual, ni de nada de eso.
Me encogí de hombros.
—Mamá, es tu elección si decides casarte o no, eres tú la que va a decir que sí o que no...Pero si lo amas, si de verdad te importa, no tengas miedo, y no dudes.
Mi madre me acarició el pelo y me besó la frente antes de asentir y salir de la cocina.
Resultaba aterradora la manera en que Liam conseguía calentarme. Había llegado de correr, con la camiseta empapada en sudor pegada a su cuerpo, marcando cada abdominal, y aquellas calzonas grises que resaltaban su protuberancia. Bebía agua, dejando que varias gotas se le derramasen por el cuello hasta la camiseta, la cual no duró demasiado puesta. Poco después de que se fijase que le miraba, se la quitó y siguió bebiendo, dejando que algunos chorritos más cayesen en cadena por su cuerpo.
Cabrón. Él sabía bien lo que hacía.
A pesar de que mi madre estaba allí, me levanté y me acerqué a él, pasando mi dedo índice desde su clavícula hasta sus abdominales—menos mal que mi madre era muy distraída— mientras me mordía el labio inferior. Mi mano acabó sobre su miembro, oculto bajo aquella inútil ropa, la cual quería arrancarle para poder sentirle.
Él mostró una sonrisa socarrona que me dejó sin aliento.
—Arriba. Ya.—me susurró. Sonaba a orden. Y yo no iba a ser tan tonta de no acatarla.
Hola babys, gracias de verdad por leer, para mí es importante... votad y comentad <3
Además hoy tengo un regalito especial para vosotros, subiré al menos un capítulo más a lo largo de la tarde, para alegraros este jueves :3 un beso grande. A xx
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Aléjate de mí {ljp -smut}
Novela Juvenil¿Qué pasaría si el chico del que estás enamorada y con el que tienes tus mayores fantasías en solo unos días se convirtiese en tu hermanastro? Atrévete a descubrir el mundo de Devonne, nuestra protagonista, la cual tiene que decidir si anteponer la...