CAPÍTULO 8.
Seis llamadas perdidas de Shelley.
Miré de reojo para ver a Liam durmiendo apaciblemente a mi lado. Desvié de nuevo la mirada hasta el móvil y lo dejé sobre la mesita.
Ya la llamaría.
Así nos habíamos llevado durante las dos últimas semanas.
Liam y yo nos acostábamos cada vez con más frecuencia, quizás por el hecho de que la boda iba a ser en menos de un mes, y Shelley y yo más distanciadas.
Supongo que fue por la pelea.
Ella me encontraba rara. Sabía que Liam y yo nos habíamos acostado, pero solo sabía de una vez. Las demás las oculté, incluso yo misma intentaba borrarlas de mi mente.
Esto es un error. Esto es un error. Me lo repetía constantemente. ¿Por qué? Quizás porque era realmente eso. Estaba destruyendo a mi familia: mi madre, mi hermana, Bob...Liam. Era tan...raro.
Me levanté de la cama intentando no despertarlo y salí corriendo de la habitación. Liam había empezado la universidad ya, y solo nos veíamos por las mañanas y por la noche. Me metí en la ducha y dejé que el agua calmase mis preocupaciones por un instante.
Al salir el cuerpo de Liam, completamente desnudo, se presentaba frente a mí. Él me dedicó una sonrisa traviesa y me besó la comisura de los labios.
Oh, no... mis piernas se hicieron gelatina, pero logré recuperar la compostura antes de que él entrase en el baño y me dejase allí, en el pasillo, completamente ardiendo.
—Shelley—llamé a mi amiga, o quizás ya no lo era. Andaba sin mirarme, como si no me escuchase, aunque en realidad sabía que sí lo hacía. Me estaba ignorando. Le grité.— SHELLEY, JODER.
Ella al fin se giró.
—¿Qué quieres, Devonne?
Devonne, sí. Mi mejor amiga me llama por mi nombre completo después de 11 años juntas.
—¿Qué cojones te pasa? ¿Es que no me escuchas cuando te hablo?
—¡IGUAL QUE TÚ NO COGES MIS LLAMADAS, DEV!—replicó furiosa gritando en medio de todo aquel barullo estudiantil matutino.
Puse los ojos en blanco.
—Estoy ocupada últimamente, eso es todo.
—No, Devonne, no es todo. ¿Estás ocupada de tres de la tarde hasta las ocho de la mañana del día siguiente? No me lo creo, y lo siento, pero si has conseguido engañar a otra con eso, es tonta.
—Es difícil de explicar, Shelley, si al menos comprendieses mi situación.
—¿Tú situación, Dev? ¿Cuál es tu situación? Estás enamorada de un chico que SOLO va a ser tu hermanastro. ¿Cuál es el problema? ¿Que él no te quiere? ¿Que solo te utiliza para el sexo? Oh, Devonne, no creas que todos van a quererte como hacían en Seattle. Él es...Liam Payne, el capitán del equipo de fútbol, el amor platónico de todas las chicas adolescentes que tengan consciencia de su existencia.
—Es duro. Es duro saber que tus padres no se aman, y que tu madre se va a casar con el que desearías que fuese el padre de tu novio, marido o lo que sea.
—Dev, sé bien qué es que tus padres no se quieran. ¡Fíjate! Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 8 años. OCHO, DEVONNE, y tú lo sabes. Mi hermana aún no es consciente de eso, es muy pequeña, y mi madre vive amargada buscando diversión donde no la hay.
Por un momento quise abrazarla, bueno, quizás en todo momento quería abrazarla, pero sabía que no era buena idea.
—Deja de ser tan egoísta, Dev, deja de creer que todo está bien en mi vida para poner tu vida como una mierda. ¡Al menos tu madre y tu hermana son felices!—chilló. Y luego empezó a llorar.
Eran las siete de la tarde. Liam acababa de llegar de la universidad. Estaba tirada en el sofá, con mi madre, abrazada a ella después de una larga llorera.
Bob se había retirado a la cocina para comer algo durante las últimas dos horas y media. Pobre Bob. Supuse que iba a explotar.
Liam ladeó la cabeza mirándome y negué, dándole a entender que no pasaba nada. Hice un segundo gesto: "Vamos arriba".
Él sonrió y se puso en camino.
Liam me cogió de la cintura y me atrajo hasta él, pero esta vez fue diferente. Le aparté.
—Tenemos que hablar.
Liam puso los ojos en blanco.
—Mi padre dice que cada vez que una mujer dice "tenemos que hablar" nunca dirá nada bueno.
Eso me sacó la primera sonrisa del día, aunque no fue una sonrisa alegre, más bien fue una disculpa en forma de sonrisa.
—¿Qué pasa, Dev?
—Nosotros, Liam. Nosotros somos lo que pasa. He...he estado pensando que es verdad lo que decías, que era mejor no tener nada...que era mejor haber quedado como yo la chica enamorada del novio de una de mis mejores amigas, y tú...el chico enamorado de la mejor amiga de tu futura hermanastra...
Él me miró sin comprender. Ni yo misma me comprendía. Era normal.
—Liam, he perdido a mis mejores amigas...y todo por ti. Por quererte.
Abrió la boca para decir algo y la cerró al instante.
—No es tu culpa, es mía. ¿Quién me manda a mí a enamorarme de la persona equivocada? Porque lo eres, Liam, eres la persona equivocada. ¡Vas a ser mi hermanastro! ¿Quién puede...? Mi madre, mi hermana, Shelley, tu padre e incluso Janet me van a odiar si no lo hacen ya. Incluso tú me vas a odiar cuando veas que solo he sido un error.
—Dev, no eres un error. Lo que hemos hecho hasta ahora no significa nada...
—¡ESE ES EL PROBLEMA, LIAM!—lo dije demasiado alto, pero no me importó, y noté cuando las lágrimas comenzaron a recorrer mi mejilla.— El problema es que para mí sí significa algo.
Él se levantó de la cama, donde se había sentado para escucharme atentamente, y me abrazó, rodeándome el cuello con los brazos.
—No...—sollocé en su pecho.—No puedo seguir así, Liam. Por favor...
—Devonne.
—Por favor, Liam...Aléjate de mí.
siento este capítulo tan...triste (?) idk, así me siento yo hoy. lejos de todo.
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Aléjate de mí {ljp -smut}
Teen Fiction¿Qué pasaría si el chico del que estás enamorada y con el que tienes tus mayores fantasías en solo unos días se convirtiese en tu hermanastro? Atrévete a descubrir el mundo de Devonne, nuestra protagonista, la cual tiene que decidir si anteponer la...