Aléjate de mí {ljp -smut}

Capítulo 24: "Papeles firmados"

Buenas noches, babes. Como dije, hoy subiría el nuevo capítulo, siento que sea tan tarde, pero no he podido antes :) 

Es algo corto, but...Disfrutadlo.

CAPÍTULO 24.

Bob se levantó de la mesa en la que estaba sentado con mi madre y algunos familiares cercanos a él que no conocía.

—Por favor, atención. Quiero hacer un brindis.— Bob miró a mi madre que sonrió asintiendo.  Luego nos miró al resto de nosotros y sonrió.— Hoy es uno de los días más especiales de mi vida. Hoy...hoy he vuelto a formar una familia. Mi hijo, Liam, mi preciosa hija, si me permites llamarte así, Devonne—asentí levemente, sin sonreír, solo queriendo escapar de ese momento bajo la mirada atenta de todo el salón— y mi hermosa mujer, Grace.

Liam hizo una mueca.

—Espero que dure muchos años, siendo felices y compartiendo toda esa felicidad con todos vosotros.

Bob levantó la copa y mi madre imitó su gesto cuando consiguió levantarse sin arrugar el vestido.  Chocamos las copas y bebimos.

Segundos después comenzó el vals.

Mi madre y su nuevo marido comenzaron a deslizarse por la pista suavemente, como si flotasen sobre las nubes, sin perder el compás.

Los miraba sin perder detalle.

Noté una mano cálida en mi hombro desnudo y me giré. Liam me tendía una mano con media sonrisa.

Acepté enseguida.

Sin darme cuenta, en un gesto desesperado, apreté su mano y él entrelazó sus dedos con los míos mientras nos dirigíamos al centro, para comenzar a bailar.

Su mano se apoyó en la parte baja de mi espalda, sobre los lumbares, y su otra mano se ajustaba a la mía en alto. Estaba pegada a él, muy pegada; de manera que podía aspirar su aroma y embeberme en él.

—Vamos allá—susurró mientras comenzaba a moverse, guiándome por la pista de parqué, deslizándose y llevándome como si fuese una pluma.

Sus ojos no se despegaban de mí, y sentía un calor interno abrasándome completamente.

Me di cuenta, entonces, de que quería besarlo. Por mucho daño que me hubiese hecho, lo había dejado claro.

Lo amaba. No podía negarlo. Lo amaba y quería que él me amase. Quería que este baile fuese solo una forma de estar más cerca el uno del otro, y no por la boda de nuestros padres.

Estaba enamorada de mi hermanastro.

Sentí un dolor punzante en los ojos. Iba a llorar. Lo sabía.

Cuando varias parejas ya habían ocupado su sitio en la pista de baile, me permití esconder la cabeza en el pecho de Liam. Él no se sorprendió, ni si quiera se inmutó, simplemente siguió moviéndose hasta alejarnos del lugar, y pararse.

Alcé la vista. Tenía los ojos empapados de lágrimas. Él abrió la boca en forma de "o" sorprendido de verme llorar.

Seguro que pensaba que era estúpida.

—¿Qué...? Devonne.

Yo negué con la cabeza, tapándome la cara con las manos, sollozando cada vez más fuerte.

Me alegré que me hubiese sacado a fuera del restaurante.

—Es solo que...estoy feliz por mi madre, Liam. En serio, estoy feliz porque ella está disfrutando de uno de los mejores días de su vida, y no quería llorar, no, de verdad, solo...solo pretendía...—Liam me chistó y me rodeó con sus brazos, dejando que enterrase mi cara, húmeda por las lágrimas, en su pecho, dándole igual que mojase su camisa blanca impecable.

—Devonne, lo estás haciendo perfectamente. Estás feliz por tu madre y ahora has tenido un bajón, pero nena...—Él suspiró—, todo estará bien, no te preocupes.

Volví a alzar la cabeza desde el pecho de Liam para encontrarme con aquellos ojos castaños hipnotizantes.

—Solo lo sé, Dev, y debes confiar en mí. Sé que hay muchas cosas que debo explicarte, y te las explicaré, pero no hoy, hoy no es nuestro día, Devonne, hoy es el de nuestros padres y debemos dejar que esto pase para poder disfrutar nosotros.

¿Nosotros? ¿Disfrutar? ¿Cómo? Acababan de firmar los papeles de boda hacía unas horas y yo debía creer que iba a disfrutar.

—Liam...se ha acabado, para siempre. Explicarme el por qué no va a cambiar que nuestros padres, ahora, estén casados. Somos hermanastros y...por mucho que quiera, por mucho que lo desee, esto nunca ha sido correspondido. No te engañes, y no me engañes a mí, por favor...—dije con voz lastimera. Me sorbí la nariz y suspiré antes de volver a recuperar la compostura.

—Devonne...

—Vamos, Liam, entremos.

Justo antes de entrar Liam me había cogido la mano y me la había apretado con fuerza, luego la soltó y caminó solo hacia el salón.

Una vez allí, me senté en la mesa viendo como mi hermana bailaba entre los brazos de su nuevo hermano.

—¿Has hablado con él?—Shell ocupó su sitio a mi lado, luego de volver de la pista de baile.

Negué silenciosamente.

—¿Piensa explicarte algo?

Asentí de la misma manera que anteriormente había negado.

Ella suspiró.

—¿Sabes? Deberías, al menos, sonreír. Tu madre está mirando para acá y tiene mala cara. ¿Culpabilidad? Seguramente.

La imité y suspiré, y fingí una sonrisa abrazando a mi amiga, y soltando un sollozo, apenas audible, sobre su hombro.

—Te quiero, Shell.

—Y yo a ti, pequeña. Y yo a ti.

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