Primer día en el infierno
-¡Despierta ya! ¿No sabes qué hora es?- Aparece Collings frente a mi y con un cuchillo en la mano.
-No, no sé. No tengo reloj.-
-Hace 20 tiempos le mandé a decir a Karl que te despertara.-
-¿El muerto?-
-Sí, por cierto ¿dormiste cómodo con él? ¿No te incomodó?-
-¿¡EL DURMIÓ CONMIGO!?-
-Sí. Suele tener pesadillas y por eso durmió contigo. Mira, ahí está su sangre y sus residuos de... ¿por qué no te levantas mejor? Aproveché que estabas bien dormido para quitarte un trozo de piel de tu pierna, bañarla en sangre de Karl y para que no te enojaras, también le puse mis uñas y un poco de aderezo.-
-¿Qué hizo que?-
-No te lo voy a repetir. Anda, levántate y busca una venda en los cajones de la esquina. A tu pierna le dio por sangrar mientras cortaba, ya sabes, cosas de humanos.-
Sale enojada de la celda. ¿Voy a desayunar mi propia pierna? Karl aparece en la pared, tiene una aterradora sonrisa y con la mirada me persigue a donde voy. Busco en los cajones la venda que me mencionó Collings pero no hay ninguna. Karl tiene una en su brazo, supongo que no pasa nada malo si se la quito.
Comienza a brotar sangre a montones.
-Lo siento Karl, necesito ir al paraíso lo más sano que pueda.-
Cuando me doy la vuelta para salir del cuarto, Karl me toma del cuello, quiere estrangularme. No logro soltarme.
-¿Qué estas esperando?- Entra nuevamente Collings.
-Pero Karl intentaba estrangularme.-
-¿Dónde está él?-
-Atrás de...- Se fue.
-Él desea hacer eso. Por tu culpa él murió y esta aquí por venganza.-
-¿Por qué no lo saca de aquí? Así tendré más seguridad.-
-Yo quiero que mueras.-
-Muérase usted.-
-¿Qué dijiste?-
Me sujeta por la cintura, levanta mi cuerpo hasta chocar con el techo y me deja caer sin ninguna protección, otra vez, estoy incosciente.
...
Abro mis ojos rápidamente, como si fuera un impulso.
Estoy en la mesa, sentado. Collings está hablando con nadie, o al menos, eso es lo que parece.
-Oh, ya despertaste. No quería que la comida se te enfriara y yo misma te alimenté, ¿No se nota cuánto te quiero?- Habla con tanto sarcasmo, la detesto.
-No.-
-Gracias, no te quiero nada.-
-¿Qué fue lo que comí?-
-¿Recuerdas que Karl dejó unos residuos en tu cama?-
-Sí.-
-Pues esos residuos fueron tu comida. Me encargue de darle un poco más de sabor con unos tres insectos. No te preocupes si vomitas, esos insectos son dañinos para los humanos y en casos extremos pueden causar la muerte.-
-¿Y por qué me los dio?-
-Porque me encanta ver tu cara de sufrimiento.-
-Me encantaría verla arder en llamas y yo ser el causante de su muerte.-
-Que tierno. Pero recuerda que si yo muero aquí en el infierno, nadie más podrá llevarte al paraíso.-
-Pues ¡qué lástima!-
Tomo un extraño tenedor y lo aviento contra su cara, Collings no logra cubrirse y le da justo en el ojo. Queda encajado.
Trata de quitarse el tenedor de la cara y al hacerlo, se le sale con todo y ojo. Ríe malvadamente.
-¿Creíste que con un tenedor me matarías?- Se acerca a mi y restriega el tenedor en mi cara. -Esto será tu cena, querido.-
-El tenedor era solo una advertencia, cuídese. La desconfianza fue algo que aprendí en la Tierra.-
-Mejor cuídate tú. Lleva a Karl a dar un paseo.-
-Llévelo usted.-
-Yo haré la cena.-
-Pero, acabo de desayunar.-
-¿Y? El día ya se va a acabar.-
-¿Cuánto dura aquí un día?-
-Eso depende, normalmente dura cinco sufrimientos humanos y creo que tú ya sufriste mucho por hoy.-
No he sufrido tanto, pero no estoy tan tonto como para decírselo.
-¿A dónde tengo que llevar a Karl?-
-Sólo sal a que le de la luz de la luna.-
-Pero no hay luna.-
-Sólo salgan a recibir aire helado.-
Al abrir la puerta, recibo una brisa caliente en la cara. Aparte está lloviendo, las gotas de agua (supongo que es agua) cuando caen en plantas, estas se incendian por un segundo. Karl se asusta y regresa a la casa.
-¿Por qué se regresaron?-
-Karl tuvo miedo.-
-Cómo sea, ahí está tu cena.-
-No tengo hambre, me iré a dormir, adiós.- Llevo un solo día y dudo mucho aguantar otros trece. Tengo que soportar a Collings. Cada uno de sus trucos me los esperaba, pero ¿enserio tener que comer mi propia piel? Su manera de hacer sufrir es un poco molesta. Si estuviera con cualquier otra persona, aguantaría las dos semanas, pero con Collings, no puedo. Sin embargo, no quiero seguir viviendo aquí. Tengo que encontrar una manera de ir al paraíso. Encontrar a Taylor, tener un amor a escondidas. ¿Valdrá la pena hacer todo esto por ella? En el momento en el que me siento en la cama, creo que me senté arriba de algo. No hay nada. Toco la bolsa trasera de mi pantalón y está mi billetera. La abro, unos pocos billetes, algunas otras monedas, continúo revisándola. Hay una foto, ¿quién es esa muchacha que me abraza tiernamente? Quizá el impacto de bala con el que morí me hizo perder la memoria. Poco a poco la recupero y, ¿Ella es Natalie? Sí, es Natalie. Fue la última novia que tuve antes de morir. Es una foto de cuando fuimos al parque después de terminar de comer. Ese día me divertí mucho. Nos abrigamos del frío que hacía. En el momento en que nos tomamos esa foto, tapé su cara con mis manos y solo se logra apreciar su brillante sonrisa. Sigo recordando un poco más de ella, hasta que me quedo dormido...
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Traición en el infierno
Mystery / ThrillerLas almas de las personas que fallecen son mandadas a un lugar llamado "exagnorio". En él, unos jueces evalúan su vida y toman la decisión de mandarlos a dos lugares; el infierno, donde está permitido todo tipo de atrocidades, y el paraíso, donde la...