Capítulo 24.

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Collings toma el cuerpo inconsciente de Alexander, lo carga como si fuera un costal, enciende su moto y cuando comienza a acelerar, Natalie corre, quita la navaja de la pierna de Taylor y la encaja en la llanta de la motocicleta, haciendo que sea imposible avanzar.

-¿Qué hiciste niñita estúpida?-

-No permitiré que se lleve a mi novio.-

-¿Tu novio el que se besó con Taylor cuando llegó?-

-¿Qué?-

-Ah no me digas que no sabías que se besaron.-

-Yo lo besé a él, él no me besó.- Trata de defenderlo Taylor.

-Tú lo besaste a él y lo disfrutó como nunca.- Argumenta Collings. Natalie sale corriendo dentro de la casa, entra a una habitación y se tira a llorar a la cama.

-¿Le gusta hacer sufrir a las personas?- Habla Taylor.

-De eso vivo. Soy un demonio con figura humana ¿qué esperabas?-

-¿Usted no tiene corazón?-

-Sí, él mío manda sangre a todo el cuerpo, no se encarga de andar teniendo sentimientos estúpidos y ridículos. El mío sirve de verdad.-

-Déjeme adivinar, alguien le fue infiel y por eso es que es así.-

-¿Cómo lo sabes?-

-Es bastante obvio, un corazón deja de ser corazón cuando está vacío de sentimientos, como usted.-

-Mira, a ti no te importa lo que yo sufrí.-

-¡A mí tampoco!- Una voz dentro de la casa se oye, es Natalie. Sale de adentro con una pistola que había dejado Alexander en el suelo.

-¡Detente!- Dice asustada Collings.

-¡Dispara!- Grita Taylor.

Tres detonaciones en la cabeza de Collings le arrancan la vida. Natalie se acerca al cuerpo ensangrentado.

-Nadie me quita a mi hombre.- Culmina con un disparo más en su abdomen.

Una de las reglas que estaba en el trato que hicieron Collings y Alexander fue que, si Collings moría en el paraíso, Alexander al no tener manera de regresar al infierno, tendría que quedarse a vivir en el paraíso siempre y cuando él no fuera el que matara a Collings. Y se cumplió esta regla. Alexander tiene derecho a vivir en el paraíso.

Natalie deja caer la pistola y corre en dirección a su novio. Taylor le pasa un trapo seco que encontró en el baño, lo coloca en la parte de la nuca y lo amarra en su frente. Se mantiene abrazada a él, como si a través de su piel intentara reanimarlo.

-Amor, lo hicimos. Prometiste que te quedarías conmigo y lo hicimos, Collings está muerta. Lo hicimos, vamos a vivir juntos, tendremos una casa junto a la playa, así como lo habías querido siempre.- Alexander poco a poco comienza a despertar.

-Sabía que en el paraíso habría ángeles, pero no creí que fueran tan hermosos como tú.- Esas palabras provocan que las mejillas de Natalie se pongan de un color rojizo. -¿Lo hicimos?- Pregunta Alexander.

-Sí, lo hicimos amor.-

-¿Collings está muerta?-

-Sí, la maté.-

-Tú me diste a entender que si mataba a Taylor perdería un poco de tu confianza.-

-Sí, pero tú dijiste que serías capaz de cuidarme solo para que yo estuviera bien e hice eso por ti. Además no iba a soportar que se llevaran a mi hombre nada más por un tonto capricho.-

-Eres increíble. ¿Cómo puedes ser tan maravillosa?-

-Cuando tengo una motivación tan fuerte como tú, ser así es una rutina.-

-Oigan, lamento interrumpir su momento de romanticismo pero vengan a ver esto.- Nos habla Taylor.

-¿Qué pasa?-

-Encontré una carta saliendo de la ropa de Collings.-

-A ver.-

La carta decía:

"Querido Alexander:

Tal vez creas que soy malvada y odiosa, por lo que te muestro y por cómo te trato.

Deberías de saber, ahora que vamos a vivir juntos por siempre en el infierno, que yo realmente no soy así. Suelo tener ataques de melosidad y más cuando un tipo tan atento como tú está frente a mí. Tengo que agradecerte por todo el tiempo que estuviste cuidando de mí y de Karl. Quisiera pedirte perdón por matar a Blackie, si quieres podemos adoptar a una nueva mascota que sea idéntico a él. Quien sabe después, si podamos adoptar a un nuevo integrante a la familia, perdón, a nuestra familia.

Te quiero de una manera en la que pocos pueden querer a alguien, ¿sabes por qué? Porque tú me enseñaste que a pesar de tener a la peor persona del mundo, supiste tratarme con respeto <<casi todo el tiempo>>, supiste cómo hacer que me encariñara contigo y lo más importante, supiste aceptarme tal y cómo soy. Por eso, te ganaste un lugar muy grande en mi corazón, podría decir que el número uno, incluso adelante de Karl. Te propongo que cuando estemos de regreso en el infierno, tú y yo nos vamos a querer, aunque quizá tú no me quieras de la misma manera en la que yo te quiero, te tendré disponible para mí a cualquier momento del día, tendré suficiente tiempo para enamorarte. Si eres un poco lento y no te has dado cuenta, estoy enamorada de ti.

Me despido, no sin antes recordarte que tengo preparada una cena muy especial para el día en que volvamos.

PD: Estoy ansiosa por volver a verte."

-¿¡Qué!? ¿¡La señorita Collings estaba enamorada de mí!?-

Eso provoca algunas risas entre el par de mujeres presentes.

-¿Alguna vez pensaste que ella estuviera enamorada de ti?- Interroga Taylor.

-La verdad, lo llegué a sospechar porque de repente se comportaba muy extraña, siendo amable o diciendo que me quería.-

-Bueno, yo los dejo por un momento, quiero ir a bañarme.- Se despide Natalie.

-Está bien Natalie.- Responde Taylor antes de que yo diga algo. Hablo con Taylor:

-Gracias por tratar de defenderme, a pesar de que...-

-De que me mandaste al diablo.- Interrumpe.

-Sí, aunque hiciera eso, fuiste capaz de intentar salvarme.-

-Aun rechazándome así, yo no te dejaré de querer. Y aun no entiendo por qué me hiciste esto. Si yo te amo y tuve tantas fuerzas para superar el hecho de alejarnos y esperar a reencontrarnos, ¿Por qué tu no hiciste lo mismo?-

-Porque tu corazón es más noble que el mío.-

-Esperé tanto por verte. Qué lástima que hayas cambiado así y no te culpo, hiciste lo que creíste lo correcto, tendré que vivir con eso.-

-Eres una gran mujer. Mi corazón le pertenece a Natalie y nada podrá cambiar eso. No dudaría que alguien más te quisiera así, como eres. Yo te quise, no lo suficiente como para tener un "por siempre", debo pedirte perdón por hacerte creer que tenías un lugar en mi vida.-

-No pidas nada, no será necesario. Ambos ya estamos bien y hemos arreglado esto como se debe; hablando. ¿Amigos?-

-Amigos.-

-Excelente. Estoy algo cansada, iré a dormir un poco.-

-Adelante, descansa Taylor.-

-Gracias Alexander.-

Vaya, no cabe duda que después de la tormenta viene la calma. Un poco de tranquilidad a mi vida no venía nada mal. Ojalá Taylor encuentre a alguien a quien querer igual que a mí.

Ahora tengo que tener cuidado con Natalie, de que no nos vean demostrándonos amor en público, porque aquí está prohibido.

Traición en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora