Capítulo 18.

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El paraíso es hermoso.

Pienso que cada rincón de aquí es exactamente como me lo imaginaba cuando era niño.

El cielo de un color azul precioso con unas cuantas esponjosas nubes blancas y el sol en su máximo esplendor. Cada pequeño detalle hace que me enamore de este lugar.

Por un momento olvidé el momento por el cuál vengo... ah sí, Taylor. Creo que no es momento de buscarla, tengo exactamente un mes para ir a matarla. Podría tomar una alternativa, la cual sería disfrutar mis 30 días aquí y dejarla viva, y regresar al infierno a sufrir nuevamente. O puedo matarla y quedarme aquí para siempre. La segunda opción es algo egoísta pero sé que si la encuentro y no siento nada por ella, inmediatamente pensaré en matarla.

Puedo dejar que la suerte decida esto y desear que Natalie muera y llegue al paraíso pero, el alma de Taylor desaparecería por completo.

Debo dejar de matarme con mis propios pensamientos y empezar a actuar. Desde hoy, cada acción que haga será al azar.

Doy unos cuantos pasos hasta que el humo blanco desaparece y me deja ver mis zapatos. El lugar es parecido a mi casa en la Tierra y a la del infierno, solo que más bonita. Un color azul claro con hermosos cristales y una pequeña bandera a lo alto en señal de paz. Toco la puerta y al abrirse, un anciano se asoma:

-¡Alexander!- ¿Me conoce?

-Hmm, ¿hola?- respondo confundido.

-¿Qué no sabes quién soy?-

-No tengo ni la más mínima idea.-

-A ver, ¿cuántos años tienes?-

-Recién cumplí 17.-

-Oh, cierto. Tú no me conociste.-

-¿Quién es usted y por qué sabe mi nombre?-

-Soy la persona que vio crecer a tu padre.-

-¿¡Abuelo!?-

-Sí, soy tu abuelo.-

En vida, nunca conocí a mi abuelo. Aún yo no nacía cuando él falleció a causa de vicios dañinos. Él no se cuidó y es por eso que está aquí. Viendo cómo es, desearía haber pasado con él muchos momentos en la Tierra y contarle a mis amigos que yo también tenía un abuelo increíble.

La emoción y nostalgia me hacen abrazarlo fuertemente, como si lo hubiera conocido de toda la vida.

-¿Por qué tuviste que abandonar a la abuela? No sabes la falta que le hiciste.-

-Lo siento. Debí cuidarme más. ¿Cómo están todos por allá?-

-Lo mismo quisiera saber yo. Fallecí hace unas semanas y no sé qué es lo que está pasando en la Tierra.-

-Por qué no pasas y me platicas que ha sido de tu familia.-

-Sí, está bien.-

Al entrar, la decoración del interior de la casa es muy pintoresca. Tiene el mismo diseño que tenía mi casa de la Tierra.

-¿Te preparo un café?-

-Sí, gracias.-

Es increíble que me haya encontrado con este sujeto. Mi abuelo paterno, al fin lo conozco.

-¿Qué fue de tu padre?-

-Siguió trabajando, con su misma vida. Nos cambiamos dos veces de casa. Pienso que desde que te fuiste se empezó a preocupar más por su mamá y trata de estar siempre al pendiente de ella. Además de a mí, tuvo a otro hijo antes al que le puso su mismo nombre. Sigue casado con la misma señora de hace 26 años y...-

-Oye por cierto, hace poco vino una jovencita a buscarte, me preguntó por ti y le dije que no sabía nada.-

-¿Cómo era ella?-

-No era muy alta, usaba lentes y se llamaba...- Hace una pausa tratando de recordar. -Ah sí, se llamaba Taylor.-

¿Taylor? ¿¡Taylor!? ¡Taylor!... Taylor.

-¿Su nombre era Taylor?-

-Sí, me dijo que te había visto en el exagnorio y quería saber si habías venido aquí, pero cómo no estabas, se fue triste, se notó en sus lágrimas que de verdad te quería, debiste haberla tratado muy bien eh, aprendiste de tu padre como él aprendió de mí.- Esa última frase la dice bromeando pero, me dolió. Sólo finjo reírme.

-¿No le dijo a dónde iría o no la ha vuelto a ver?-

-Dejó un mensaje, déjame ir por él.-

Se levanta, va hacia la cocina y quita un trozo de papel que tenía pegado en el refrigerador.

-Toma, esto dejó.-

Lo agarro y lo leo, la nota decía:

"Alexander, sé que vendrás por mí, como lo prometiste. Escuché cada una de las cosas que me dijiste cuando estaba moribunda y por eso sé que tú vendrás. Tu abuelo me dijo que no estabas aquí, es muy simpático. Sigo esperando que nos reencontremos. Te extraño demasiado y aún, te amo. Si deseas buscarme, estaré en la playa a la orilla o quizá dentro del mar."

-Abuelo, ¿Dónde está la playa?-

-A unos 20 kilómetros de aquí.-

-¿Me podría llevar?-

-Creo que no, no tengo carro.-

-¿Y no hay una manera de llegar a la playa?-

-En el patio está una bicicleta, si quieres puedes ir en ella.-

-Gracias, deséeme suerte.-

-¿Ya te vas?-

-Sí, tengo que buscar a la razón por la cual estoy aquí.-

-¿No te importa haberme visto por primera vez?-

-Claro que sí pero, estoy aquí por un objetivo y tengo que cumplirlo. Te prometo que cuando lo haga, volveré.-

-Está bien, entiendo.-

Me despido de el con un abrazo igual de fuerte que el primero. Tomo la bicicleta y me voy. Me dirijo hacia la carretera principal y en cuestión de minutos ya estoy en dirección hacia Taylor. No hay muchos vehículos lo que me permitirá llegar más rápido.

Tengo cuidado de no salir de la autopista e irme directo hacia las profundas aguas del mar.

En treinta minutos llegué a la playa. Voy directohacia la orilla del mar pero no la encuentro. Hasta que, dentro del mar, saledel agua una figura que asemeja a la más bella ilusión jamás vista, es Taylor.

Traición en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora