Cuarto día en el infierno
-Despierta ya, tenemos que ir a cazar.-
La voz de Collings interrumpe mi sueño con Natalie. ¿Cazar? ¿Qué iremos a cazar? No me sorprendería que los animales fueran más salvajes que los mismos humanos.
-¿Qué es lo que iremos a cazar?- Pregunto, con voz apenas entendible.
-Humanos.-
Esto tiene que ser una broma.
-Perdón pero ¿Qué cazaremos?-
-¿Qué no entiendes? ¡HUMANOS!.- El tono de su voz aturde mis oídos.
-¿Por qué cazaremos humanos?-
-Aquí tenemos prohibido matar animales que no sean insectos o especies marinas. Cerca de aquí no hay ningún mar o río así que, por lo tanto, tenemos que consumir humanos.-
-Eso quiere decir que, todo este tiempo ¿hemos estado consumiendo carne humana?-
-Claro que sí. Nuestras provisiones están a punto de agotarse. Yo no quiero que algo malo me pase, por lo que obviamente tú irás de cacería.-
-¿Al menos tendré armas o algo para atacar y defenderme?-
-Claro que sí. No me gustaría que murieras por alguna razón que no fuera yo. Sería decepcionante y vergonzoso. Ve al fondo, en el sótano está todo lo que necesitas para asesinar.-
Hago caso a sus órdenes. Recorro lo largo de la casa por el pasillo principal hasta llegar al sótano. La puerta está llena de polvo. Giro la perilla y hacia mí se dirige una gran espada que antes de que pueda atravesarme, logro esquivarla.
-Cuidado con mi espada.- Advierte gritando Collings desde la cocina.
Doy pasos demasiado cortos y lentos. No se ve nada, antes de que encuentre un interruptor, choco con una cadena que al parecer, cuelga del techo. Tiro de ella y se prende la luz de la habitación.
Alrededor de mi hay un impresionante arsenal de armas de grueso calibre, municiones, diferentes tipos de navajas, chalecos, granadas y rifles. Ni los grupos más delictivos de mi país tenían tantos objetos con los cuales asesinar. Me ubico al centro del cuarto y con mis ojos trato de captar una imagen mental que seguramente nunca olvidaré.
Collings entra sigilosamente.
-Escoge lo que quieras, tú sabrás cómo utilizar cada cosa que lleves.-
Entre tantas armas, no sé cuál llevar. Miro los rifles. Suena bien llevar un francotirador por si no puedo disparar de cerca. Una pistola corta con varios cargadores. Una navaja por si estoy en peligro. Un par de granadas por si hay muchos humanos y no quiero gastar balas. Un chaleco. Un pantalón y botas de soldado. Creo que eso es todo. Busco cada cosa que necesito y al terminar de equiparme, me dirijo a la cocina.
-¿Qué es lo que tengo hacer?-
-Te reunirás con tus compañeros de cacería. Se formarán equipos de cinco, por ninguna razón tienes que matar a alguno de tus compañeros. Se adentrarán en el bosque y tendrán que asesinar a la mayor cantidad de humanos que puedan, recuerda que son un equipo y entre todos se tienen que proteger. Los otros humanos también pueden matarlos a ustedes. Hay otra opción en la que puedes huir, pero si huyes, no podrás ir al paraíso como lo habíamos acordado. Si mueres, tu alma desaparecerá por completo del inframundo, sin derecho a regresar al paraíso o a la Tierra. Se les notificará cuando ya hayan acabado con todos los humanos. ¿Está bien?-
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Traición en el infierno
Mystery / ThrillerLas almas de las personas que fallecen son mandadas a un lugar llamado "exagnorio". En él, unos jueces evalúan su vida y toman la decisión de mandarlos a dos lugares; el infierno, donde está permitido todo tipo de atrocidades, y el paraíso, donde la...