Y dejé que todo cayera, el suelo debajo de mí tembló y se abrió de golpe, intenté sostenerme de algo; era inútil, me precipité al vacío... cerré los ojos y me preparé para el impacto; pero en pleno descenso, algo cálido me rodeó con fuerzas, no me atreví a abrir los ojos, mi mente divagaba imaginando que era mi ángel de la guarda que venía a acompañarme en mis últimos momentos.
Y esperé; sin embargo, el impacto jamás sucedió, abrí los ojos completamente conmocionada.
─Te dije que nos veríamos pronto─ me dijo Steve mientras me dedicaba una media sonrisa.
Se sostenía con una mano a lo que parecía ser una enorme viga, de lo que alguna vez pudo haber sido una pared o una columna, y con la otra me aferraba con fuerza a él. Hundí la cabeza contra su pecho, me sentía aliviada y feliz, y de pronto, todas las emociones que había estado conteniendo estaban escapándose por mis ojos a borbotones.
─Has sido muy valiente─ murmuró contra mi pelo─. Voy a sacarte de aquí; pero necesito que te sostengas a mí con fuerzas.
Levanté la mirada todavía empañada, y asentí mientras pasaba mis brazos alrededor de su cuello envolviéndolo en lo que parecía una especie de abrazo koala.
─¿Estás bien sujeta?
─Sí...
─Voy a soltarte para bajar.
Sólo volví a asentir mientras volvía a refugiar mi cara contra él, esta vez sobre su hombro. Poco a poco el brazo que me envolvía me fue soltando, y comencé a sentir el peso de mi propio cuerpo, me aferré a él, mientras comenzábamos a deslizarnos rápidamente hacia abajo. Fue cuestión de unos veinticinco segundos para que llegásemos al suelo, con suavidad me solté, sus ojos me miraban con algo que me parecía alivio mezclado con preocupación. Podía verme reflejada en sus pupilas. Y entonces me di cuenta de que me encontraba demasiado cerca de él, sonreí algo avergonzada antes de dar un paso atrás.
─¿Lista para salir de aquí? ─ me preguntó ofreciéndome una mano.
─Totalmente─ respondí tomándola.
─No te sueltes de mí, pase lo que pase─ asentí.
Comenzamos a correr sorteando pedazos de escombros, cables sueltos y las cosas incendiadas que se ponían frente a nosotros. O al menos así fue hasta que súbitamente estuvimos rodeados por al menos diez agentes encapuchados, temblé ligeramente, jamás me había topado con un cardumen de agentes sin que John estuviese ahí para que pudiésemos detenerlos juntos.
─Quédate detrás de mí─ me ordenó Steve empujándome sin siquiera perder el tacto─. Cuenta hasta treinta y cierra los ojos.
Lo miré cómo si estuviese delirando.
─Hazlo, confía en mí─ me pidió.
Ahogando la voz de mi consciencia que me exigía correr e ignorar esa orden tremendamente absurda, lo hice. Me acuclillé instintivamente mientras contaba al ritmo más calmado que podía hasta treinta, a mi alrededor podía oír el sonido de algo metálico golpeando contra el suelo o contra lo que creí sería un agente, también sentí algunos balazos, pasos, gemidos, caídas. Sentía que estaba en medio de un campo de guerra con los ojos vendados; pero aun así, me aferré a las palabras de Steve y seguí contando, aun no me había pasado nada, debía creer en él. veintiocho... el sonido de algo impactando contra el escudo metálico, veintinueve... algo cayendo... teinta... percibí el calor de alguien posando su mano en mi hombro.
─¿Te encuentras bien? ─me consultó Steve.
Abrí los ojos para encontrarme con los agentes inconscientes en el suelo.
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Temporal (Steve Rogers y tú) [En corrección]
FanficLa felicidad, la vida, la risa, las palabras, el daño, el dolor... absolutamente nada dura para siempre, es más, me atrevería a decir que la eternidad no existe para un ser humano; y yo no soy la excepción. Esta es la historia de como mi hermano Joh...