Capítulo 7

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Y así fue cómo acabamos ambos sentados en los vestidores, él me desinfectaba los nudillos con ese tacto delicado que ya me parecía propio en él, mientras yo pensaba por dónde se suponía que debía empezar.

─¿Por qué no volviste a visitarme? ─ formulé al fin.

Vi cómo sus hombros se tensaban, con aquella musculosa blanca ese tipo de gestos eran imposibles de ocultar.

─¿Hice algo para que te enfadaras? ─ continué─. Si es así, no es justo que no me dieras una oportunidad para disculparme...

─No, no hiciste nada malo, _____─ dijo Steve levantando la mirada de mis manos─. El que estaba a punto de hacer algo malo era yo. Y aun creo que puedo hacerlo...

Sonaba desganado, casi frustrado ante la idea.

─¿De qué hablas?

Por su gesto parecía estar sopesando la respuesta; pero incluso antes de que sus labios comenzaran a moverse, Clint nos interrumpió.

─Con que estabas aquí-comentó con su carisma habitual─. Natasha ha traído un par de trajes para ti y John.

─¿Trajes? ─ un torbellino de emoción me recorrió el cuerpo─. ¿En serio?

─Para que te mentiría princesa─ me respondió riendo. Luego miró a Steve, quien parecía más tenso que un animal acorralado─. No demoren demasiado con... lo que sea que estén haciendo... Natasha no tiene demasiada paciencia.

─Ya casi acabo─ sentenció Steve pegando la gaza sobre mis nudillos─. Y... Clint, deberías haberle enseñado que debe de usar vendas para golpear el saco.

Él se encogió de hombros.

─No creí que quisiera enzarzarse con el saco─ se excusó levantando las manos en señal de inocencia.

Steve suspiró antes de acabar con los primeros auxilios, Clint comenzó a marcharse aun con las manos en alto antes de que Steve volviese a dirigirme la palabra:

─¿Amigos?

Lo miré un momento algo reticente, pero nuevamente, su expresión de inseguridad pudo conmigo.

─Sólo si vuelves a leer conmigo.

─Todos los libros que quieras─ accedió regalándome una sonrisa de lado.

─Entonces, sí, amigos─algo en la última palabra me sonaba amargo, pero prefería saborear lo amargo de una media derrota que el sabor de una entera.

Luego ambos subimos en el ascensor bromeando, si bien aún no podíamos recuperar el ambiente de antes, se sentía como si en algún momento pudiésemos llegar a revivirlo. En cuanto las puertas del elevador se abrieron, nos encontramos con Nat, quien estaba de pie con los brazos en jarra frente a nosotros.

─Vamos, tienes que probarte el traje─ me soltó con seriedad─. Nos estamos quedando sin tiempo para prepararlos.

─¿Prepararlos para qué? ─ puntualizó Steve.

Al parecer nadie le había informado al Capitán que seríamos lo más cercano al apoyo moral del equipo en la siguiente misión.

─Irán con nosotros a la misión de reconocimiento, Capipaleta─ soltó Tony desde el sofá.

─¿Qué? No. Eso es demasiado imprudente─ pude ver cómo la mandíbula se le tensaba mientras negaba firmemente con la cabeza─. Ellos se quedarán aquí.

─Eso sería el doble de imprudente, Steve─ puntualizó Nat con voz suave─. Fury nos ha asignado a todos los vengadores a hacer el reconocimiento, no habría nadie que pudiera custodiarlos en la torre. Serían un blanco fácil.

Temporal (Steve Rogers y tú) [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora