Lo que te preocupaba...

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Las malas noticias no eran algo nuevo en nuestra vida, tal vez por ello, no debí de haberme sorprendido cuando las naves de SHIELD descendieron cerca de la clínica hogareña de Konstantin. Aún recuerdo él observar el aterrizaje desde la ventana de mi habitación, había pasado toda la mañana haciendo la valija para poder partir con Steve y los demás de regreso a la torre; sin embargo, algo en la aparición de esas naves supo decirme que era muy probable que, en realidad, hubiese estado haciendo las maletas para irme a otro sitio en alguna de ellas.

Vi a Fury descender; pero no salí. Me quedé en mi cuarto, me alejé de la ventana y me senté en la cama, al menos, iba a prolongar hasta el último instante mi estadía en un lugar que me sabía a paz.

Apenas si pasaron unos diez minutos cuando alguien tocó la puerta.

-______, soy yo-anunció John, su voz se oía algo tensa.

-Pasa-le dije antes de dejarme caer de espaldas a la cama-. ¿Qué tan malo es?

-No te sabría decir-admitió cerrando la puerta detrás suyo-. Me mandaron a mi cuarto como a un crío.

Reí ligeramente, y di palmaditas a mi lado, en cuestión de segundos que pulularon silenciosamente por mi mente, se dejó caer a mi lado, haciéndome rebotar en el colchón en el proceso.

-¿Crees que podamos regresar a casa?-le pregunté acomodando la cabeza sobre su brazo.

-Ni idea; pero tampoco lo hagas sonar tan trágico. No es nuestra casa.

Me hice un ovillo y levanté la mirada para visualizar su rostro, su expresión era seria aunque por la forma en que fruncía los labios, pude intuir que no estaba del todo de acuerdo con sus propias palabras.

-Se siente como una-opiné cerrando los ojos.

-La base también se sentía así; pero no era una casa-objetó John.

Suspiré y dejé pasar el tema, no era un buen momento para debatir qué era o no una "casa". De hecho, aquel instante no se sentía apto para nada que no fuese observar las manchas de humedad en el cielo raso como si fuera la primera vez que veíamos algo así.

O al menos así fue hasta que John volvió a hablar:

-¿Qué te gustaría hacer, digo, si no pudiésemos volver?

-¿A qué te refieres?

Se acostó de perfil mirándome a los ojos, a diferencia de los míos, los de él parecían un océano y un desierto repleto de dudas y respuestas, la contradicción parecía vivir latente en ellos.

-No tenemos que ir donde Fury quiera, fue nuestra decisión quedarnos-dejó que las palabras se suspendiesen un momento en el aire-. Puede ser también nuestra decisión cuándo irnos. ¿Qué quieres hacer?

-Creo... que ir adónde sea que Fury decida-tragué secamente-. No quiero que nadie esté en peligro; si quienes nos buscan nos atrapan podríamos resultar una especie de apocalipsis-dejé que mi cuerpo se estirara-. Al menos, Fury prometió que no seríamos un experimento.

John procesó momentáneamente lo que acababa de decir, antes de asentir, estábamos de acuerdo, o al menos eso supe leer en sus pensamientos.

-Supongo que podemos estar en plan "no seamos un estorbo" hasta que dejen de vernos como unos críos-declaró algo hastiado con la idea-. Mientras nadie nos meta mano, la idea no suena tan mala.

Le sonreí.

-Al menos así voy a evitar que Steve me pida tu mano un día de estos-soltó después.

Temporal (Steve Rogers y tú) [En corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora