Thank You For Being Born

381 44 16
                                    

Aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Estaba tan nervioso, recuerdo que tenía 8 años tu ibas a cumplir 7, acababa de mudarme y tu mamá muy amablemente me invitó a tu fiesta de cumpleaños. No pensaba ir, pero fui obligado por mi mamá. Probablemente me odiaste todo ese día. Todavía no me conocías.

Lo curioso de todo eso fue cuando te vi vestido de... ¿Qué era?... ¡Ah, sí! Ya me acorde... tenías puesto un traje de vaquero, ya que tu fiesta estaba ambientada en el lejano oeste. La idea más tonta.

Nunca me imaginé quedarme realmente a toda la fiesta. Pero me divertí, realmente lo hice. Tu fecha de cumpleaños solo es una vez al año ¿Cómo podría olvidarlo? Siento no haber expresado todo lo que sentía mi corazón por tanto tiempo. Pero que le iba hacer. Supongo que era demasiado tímido para decir "Te quiero".

No supe cómo, el tiempo pasó y crecimos. Aunque no lo parecía siempre me emocionaba tanto al llegar tu cumpleaños, siempre quería ser el primero en decir "Felicidades, feliz cumpleaños".

— No voy a cambiar, haré tu corazón latir por mí todos los días. Te lo prometo — fue lo que te dije cuando por fin me decidí a expresar todo lo que sentía por ti. 

Y recuerdo bien lo que me contestaste: 

— Muchas gracias, gracias mi amor.

Si no hubiera estado cerca de aquel barandal, seguramente me hubiera caído ¿Sabes?, Escucharte decirme "mi amor", me hizo enamorarme más de ti. Esas simples palabras me hicieron desfallecer.

Por eso quiero darte las gracias por haber nacido, por venir a mí. Encontrarte fue una gran fortuna en mi vida. Ya que en definitiva la única cosa que puedo hacer es amarte más de lo que ya lo hago.

Seguramente tendremos algunos momentos de tensión, no soy perfecto y lo sabes. Todavía no me perdonó por los momentos en el pasado cuando te he hecho daño sin querer. Cómo aquella vez que te molestaste conmigo porque me viste abrazado a... es mejor no decir su nombre. Pero por favor, tienes que saber una cosa, al igual que siempre, al igual que ahora. Te quiero, lo eres todo para mí.

En muchas ocasiones te he imaginado junto a mí, incluso después de diez años. Pero sinceramente al menos para mí será como un abrir y cerrar de ojos. Te lo prometo.

¡Dios! En verdad estar junto a ti se siente como un sueño, uno del que en definitiva no quiero despertar. Te conviertes en mi ángel, cada vez que me miras fijamente como si pudieras ver mi alma y luego simplemente me sonríes. ¿Cómo es posible eso?

Estoy completamente seguro que si me subo a la montaña más alta y grito infinitamente "Te amo", no sería suficiente. Simplemente no lo sería. Ya que esas dos simples palabras significan tanto para mí cuando estoy junto a ti. Es más, te puedo asegurar que ni los días más duros y solitarios me darían algo de miedo, y todo debido a ti. Si permanecemos juntos, en definitiva te voy a dar todas las cosas que siempre has anhelado y que te han negado.

Por eso, por haber nacido, por estar a mi lado. Gracias. Yo definitivamente nací de nuevo el día que te conocí.



— ¿Y bien qué te parece? — preguntó Taek a Hyuk.

— Demasiado cursi. ¡Cielos! Creo que me dio diabetes nada más de escucharte.

— ¿En serio, tú crees?

— ¿Por qué no solo le das el anillo y ya?

— No sé, creo que si se lo doy así nada más, no será tan especial.

— ¿O lo podrías llevar a cenar y dárselo ahí?

— También había pensado en eso, pero creo que ya está muy trillado ese tipo de cosas.

— Bueno, y ¿cómo se supone que vas a decirle?

— Pues había pensado, que en cuanto terminara de leer esta carta. Me levantaría, podría una rodilla en el suelo y le diría ¿Ahora te pondrías este anillo?

— ¡Dios!, Creo que hasta yo te diría que sí — dijo entrando a la habitación Ravi.

— ¡Cállate! — le exigió Leo mientras lo fulminaba con la mirada.

— ¡Mira!, lo que le escribió a Ken — le dijo Hyuk tendiéndole la carta.

— ¡Dame eso! — demandó Taek, arrebatándole la carta antes de que la tomara Ravi— ¡no sé en qué momento se me ocurrió venir a pedirte consejo! — le gritó a Hyuk antes de salir de allí.

Tanto Hyuk como Ravi se quedaron mirando uno al otro.

— Creo que me pase de la raya — dijo apenado Hyuk.

— Tranquilo, solo está algo nervioso.

— ¿Algo?

— Bueno, bastante nervioso. Ya sabes como es.

Leo estaba que echaba chispas, odiaba a más no poder el que se burlaran una vez más de sus sentimientos. Bajó las escaleras con apuro cuando a lo lejos, pudo distinguir a Ken y N que entraban por una de las puertas giratorias.

Ambos lo saludaron con la mano, pero en cuanto Taek estuvo cerca de Ken, lo tomó del brazo y salió nuevamente con él del edificio.

— ¡Hey!, Leo ¿Qué te pasa? Me estas lastimando — le dijo Ken.

Pero Leo no le dijo nada, solo se limitó a soltar un poco su agarre, sin soltarlo del todo. Le pidió que se subiera a su auto. Y en cuanto ambos estuvieron dentro, condujo hacia las afueras. Por más que Ken le preguntó, a dónde se dirigían Leo no dijo nada. Así que resignado se quedó observando el paisaje que los rodeaba.

Ya más calmado llegaron hasta la playa, después de 2 horas de camino. Ken que no entendía nada solo se limitó a observar a Leo, jamás lo había visto así. Incluso parecía otro y eso comenzaba a asustarlo, pero prefirió quedarse callado. Bajaron del auto y caminaron hacia la orilla, donde las olas rompían en la arena.

Entonces Leo sacó la ya arrugada hoja de papel y se la entregó a Ken. Y tal y como le había dicho a Hyuk en cuanto este terminó de leer, Leo ya se encontraba con una rodilla en el suelo.

— ¿Ahora te pondrías este anillo? — fue todo lo que dijo.

Na Saranghaji? [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora