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Hongbin acababa de llegar al restaurante, todavía no podía creer que su mejor amigo le estuviera haciendo esto. Él no tenía intenciones de salir con nadie, al menos no todavía, pero según Ken ya era hora de que sacara de su mente a Hyuk.

La primera impresión fue buena, de alguna manera aquel chico se parecía un poco a Hyuk físicamente, se dieron la mano y terminaron sentándose en una de las mesas del fondo. El mesero llegó y ambos hicieron sus pedidos.

Pero entonces de a poco, aquel chico se veía más como Hyuk. Hongbin trataba de escuchar con mucha atención lo que ese chico le decía pero todo lo que escuchaba era "bla bla bla" y no podía entender absolutamente nada, ya que los recuerdos de Hyuk volvían a inundar su mente una vez más.


* * *


Mi corazón es solo para ti — le dijo muy quedito.

¿Qué dijiste? — le preguntó Hyuk fingiendo no haber escuchado.

Lo que escuchaste.

Ambos sonrieron sabiendo que compartían un hermoso secreto, no tan secreto. Hyuk levantó su cabeza en las piernas de Hongbin y se acomodó en su regazo para tomar su cuello y besarlo en los labios, él amaba cuando Binie lo dejaba tomar el control de sus labios, lo cual ocurría muy seguido en los últimos días.

El timbre de la puerta sonó arruinado el momento, era Ken que llegaba con comida para la cena.


* * *


Solo habían pasado cerca de quince minutos de plática y Hongbin ya estaba haciendo lo que se suponía no debería de hacer. Comenzó a hablar de la época en la que estaba con Hyuk, sin darse cuenta solo hablaba de él.

Cuando aquel chico le preguntó sobre cuál era su comida favorita, Hongbin mencionó la comida favorita de Hyuk e incluso le dijo que era intolerante a la lactosa, sonriendo como un tonto al recordar la forma en la que se enteró de ese detalle.


* * *


Binie no puedo ver nada — le dijo riendo.

Esa es la idea...dame tu mano.

Hongbin lo guío hasta la mesa donde había algunos postres para que Hyuk los probara, los cuales los había confiscado de la fiesta de su hermana.

Ahora, abre la boca.

No vas a darme veneno ¿verdad?

Como dices eso... esta rico solo prueba.

Hyuk le dio un gran bocado al postre de tres leches que Hongbin acababa de ofrecerle.

Mmm, sabe bien, ¿Qué es?

¿Adivina?

No sé, no reconozco el sabor.

¿De verdad? ¿Qué raro? este es el que siempre se vende como pan caliente.

¿Me dejas ver? — le preguntó y Hongbin le quitó la venda de los ojos.

No puedo creer que no supieras que era — le dijo dándole una mordida frente a Hyuk.

Hyuk lo vio con el ceño fruncido y después miro la mesa que tenía otros postres.

¿No me digas qué...?

¿Qué? — le preguntó saboreando todavía el bocado.

Soy intolerante a la lactosa y por lo que veo eso está hecho de leche.

¡Oh Dios!, te sientes mal... ¿qué hago?

Tranquilo solo fue un bocado, espero que no haga mucho daño.

Ese día Hyuk terminó retorciéndose de dolor en su cama y no pudieron ir al cine. Hongbin se lamentaba enormemente no haber sabido.


* * *


Era curioso pero esas típicas preguntas de: ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué haces en tu vida cotidiana? Eran para Hongbin muy difíciles de responder y todo debido a que cada respuesta que le llegaba a la mente tenía que ver con Hyuk, sus respuestas siempre eran él.

«Eres lo único en lo que pienso.»

Mientras aquel chico más le sonría, más triste se sentía Hongbin. Sabía que estaba mal salir con alguien sabiendo que todavía no ha olvidado a su ex. Él se sentía como un criminal por solo fingir sonrisas, ya que a pesar de que parecía que lo estaba pasando bien, más sólo se sentía.

Ni siquiera tenía mucho que decir, ya que todos los temas de conversación que se le ocurrían tenían algo que ver con Hyuk...De repente una dulce melodía comenzó a sonar en los altavoces de todo el restaurante, curiosamente no se había dado cuenta de que amenizaban la cena con música, hasta que sus oídos percibieron la voz en esa canción.

La canción era su canción, la primera canción de las muchas que Hyuk alguna vez le dedicó a Hongbin. Esa era la más especial, significaba tanto para Hongbin que sin darse cuenta se imaginó por completo a Hyuk enfrente de él.

Su corazón palpitaba de alegría, pero entonces el mesero apareció para levantar el servicio y Hongbin volvió a tener a aquel chico extraño enfrente de él. Hongbin ya no lo soportó se disculpó con el chico después de que pagara la cuenta y saliendo del restaurante comenzó a caminar sin un rumbo fijo.

Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón caminando con la mirada hacia el suelo, perdido completamente en sus pensamientos.

«Si tan solo... pudiera sentir tus ojos, labios, nariz y cálido aliento una vez más. »

Continuó caminando hasta llegar a su casa, atravesó el pequeño portón del jardín que en ese momento se encontraba en la oscuridad de la noche. Y entonces al llegar al pórtico, lo vio.

Después de tres meses de la partida de Hyuk a Shanghái, por una oferta de trabajo ahí estaba frente a él, con esa sonrisa que siempre lo cautivaba como la primera vez que lo vio.

— ¿Qué... qué estás haciendo aquí? — le preguntó Hongbin todavía incrédulo de tenerlo justo así.

— Volví — le respondió mientras se encogía de hombros.

— ¿De verdad? — dijo sonriente.

— Nunca debí irme, ni alejarme de la única persona que es importante para mí.

— ¡Hyuk!

Hongbin se abalanzó a los brazos de Hyuk, de esos brazos que como él, sufrieron el no poder abrazarlo durante su estadía en otro país. Colocando sus manos en el rostro de Hyuk, Hongbin lo besó, y lo hizo como si no hubiera un mañana.

— Jamás dejaré que te vuelvas a alejar de mi ¿me escuchaste?

— Lo sé...Te amo tanto.

— Yo te amo más — le dijo Hongbin y una vez más lo volvió a besar.

Na Saranghaji? [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora