After Dark

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La brillante luz de la luna, desaparece en la oscuridad una vez más, y es justo el momento en el que los seres de la noche, aprovechan la brecha para poder emerger. El aire se vuelve espeso y la temperatura más fría aún.


Jae Hwan era apenas un muchacho de tan solo 17 años, cuando lo vio por primera vez. La granja de la que su familia era dueña, era la más alejada de la ciudad; se necesitaba un espacio bastante extenso, para criar al ganado y mantener a los cabellos en un establo lo suficientemente grande, para que se desarrollaran con tranquilidad.

El camino de terracería en donde fue dejado por uno de sus amigos, era bastante oscuro y sinuoso, pero no tenía otra alternativa. Aferrándose a la chaqueta de cuero, optó por aligerar el paso, todavía le faltaban por lo menos otros cinco minutos hasta que llegara a casa.

Los sonidos de la noche de cierta forma ya eran parte de él. Uno no pasa 17 años de su vida en un lugar como ese, sin acostumbrarse. Y aunque Jae Hwan ansiaba de verdad, que la modernidad por fin llegara hasta el final del camino en donde se encontraba su casa, eso no quería decir que fuera a resolverse de la noche a la mañana; así que mientras eso ocurría, le tocaba seguir caminando a pie.

El olor tan característico del guiso favorito de su padre, inundó sus fosas nasales y apuro el paso. Saludo a su hermana y una vez que se hubo lavado, se sentó a la mesa del comedor rodeado de su familia. Esperaba, no, más bien rogaba, porque lo que había visto afuera, fuera parte solo de los tragos que se había tomado con los atontados de sus amigos. Y cuando se fue a dormir, en su mente no dejaba de reproducirse lo ocurrido justo a un costado del establo, en donde una figura lo hizo detenerse de golpe, preocupado de que fueran ladrones, pero que al parpadear había desaparecido.



* * *



Cuando llegó el día, se quedó solo en la cama, había tenido extraños sueños, en los que al principio lo hicieron estremecer por completo. Pero a medida que la velocidad del sol naciente se iba lentamente, convirtiéndose en un nuevo día, su sueño quedó olvidado.



— Derramo lágrimas pesadas, odio este anochecer. Eres frío, ¿Por qué? — dijo Jae Hwan en un susurro, apenas audible.

— ¿No me darás tu corazón? — le preguntó a cambio.

— Tal vez por eso me siento más atraído por ti, es como si te deslizaras lejos y después cuando llega la mañana lo olvido todo.

— Tú mejor que nadie sabe que yo no puedo respirar, pero no por eso dejo de buscarte de nuevo. Estoy en peligro, mientras espero por ti.





— ¡Jae Hwan! ¡Jae Hwan! Jae Hwan, me estás escuchando — le dijo algo molesto su mejor amigo.

— ¿Ah? Sí, sí, sí, lo hago — respondió Jae Hwan, algo distraído.

— Ajá... entonces que dices ¿vas con nosotros?

— No lo creo — comentó después de pensarlo brevemente.

— ¿Por qué no? Es luminoso.

— Porque todos ustedes viven cerca, y el regresar será un problema.

— Quédate conmigo entonces, en mi casa.

— Ojalá pudiera, ya sabes cómo son mis padres — comentó para que dejara de insistir.

Las últimas palabras que había mencionado, no eran del todo ciertas, sus padres confiaban en él. Pero la verdadera razón para no asistir a dicha fiesta, era porque Jae Hwan acababa de recordar algo importante.



* * *



Había pasado algunas noches teniendo el mismo sueño, pero por más que lo intentaba, el rostro de la persona que hablaba con él, parecía desvanecerse siempre al amanecer. Así que ahí estaba de nuevo, tratando de forzar a su mente a recordar, cuando el sueño y el cansancio hicieron lo suyo y se quedó al finalmente dormido.

— Despierta, Jae Hwanie, despierta — una dulce voz susurro en su oído, hasta que después de removerse un poco abrió los ojos.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — comentó Jae Hwan con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

— Shhh, tranquilo, no queremos despertar a tu familia.

El muchacho recostado a su lado lo miraba tan detenidamente, que hacía que el pecho de Jae Hwan se volviera loco en su interior. Y entonces después de esbozar una sonrisa ladina, se acercó a él y lo besó. Jae Hwan soltó un gemido, cuando su cuerpo quedó a expensas del otro, quien no tardo en explorar el interior de la boca de Jae Hwan, aferrándolo cada vez más a su cuerpo, disfrutando del contacto.

— Cuando esta noche pase y no pueda verte otra vez, no podré soportarlo. Sabes bien que aunque en las mañanas no pueda recordarlo, constantemente estoy en busca de ti, quien permanece en otro lugar.

— Yo siempre estoy asustado después del anochecer... — dijo su acompañante levantándose hasta la posición de la ventana, y posando su mirada en el infinito cielo, agregó — Sol, todavía tengo mucho que decirle a la luna, así que por favor toma nota y vete.

— Ojalá y se dé prisa antes de que desaparezcas — comentó curioso Jae Hwan acercándose a él — Nunca me has dicho ¿A dónde vas y dónde te escondes tan rápidamente? — preguntó curioso.

— Ni siquiera puedo predecirlo, me duele la cabeza — soltó como si no hubiera escuchado.

— Deja de sobre analizar, por favor, detente, estoy asustado... Duermo con los ojos abiertos por si acaso me dejas — dijo Jae Hwan suplicante, al colocarse enfrente de él — Te miro y eres tan blanco. Me haces quedar ciego.

— Cuando te duermes y la luz de la luna brilla otra vez. Yo no lo soporto, camino hacia ti. En la oscuridad de la luna, te quiero de vuelta.

— Espero por ti ¿dime? Por favor, ilumina mi camino, porque este lugar sin ti, es más aterrador que la oscuridad... — la voz de Jae Hwan se quebró y las lágrimas surgieron de sus grandes ojos — es que no lo ves, si me dejas de nuevo y te ocultas, mi corazón se romperá.

— Eso no ocurrirá, porque yo estoy concentrado en ti. Pero tampoco puedo detenerlo ni quiero hacerte daño.

— Mira atrás, hacia mí, después del anochecer. Lo haces cada vez que cambias mi mente y me haces olvidarte, y ya no quiero, quiero estar contigo Taek Woon, por favor.

La respiración de Jae Hwan se hizo más errática mientras su pecho subía y bajaba con fuerza, cuando sin planearlo, sus labios volvieron a conectarse, en un beso hambriento y sumamente necesitado.

— Te quiero — fueron las últimas palabras que como humano Jae Hwan dijo, antes de desaparecer al lado del que por siglos había buscado a un compañero.

Na Saranghaji? [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora