1- June
Bajó del coche y se recogió un mechón de pelo rubio sobre la oreja.
"Suerte, cariño" Le había susurrado su madre tras besarla múltiples veces. "Esta vez será diferente, ya lo verás."
Hacía dos meses que el curso oficial había comenzado, y June se había mudado a finales de octubre a Covenwood. La primera impresión que había tenido era que la tristeza se palpaba en el ambiente. No solo por el chico asesinado, noticia que estaba por todas partes: a pesar de que hacía ya más de un mes que había sucedido, sino porque al parecer no habían podido encontrar al culpable. También se respiraban miedo y desconfianza.
Algo no iba bien y todos lo sabían.
Los padres de June habían comprado una casa en el norte del pueblo, un barrio con viviendas unifamiliares tan típicamente americanas como podían ser. Tejado a dos aguas, paredes de ladrillo y un patio trasero rodeado de una verja.
June llevaba puesta una falda roja y una blusa blanca sin mangas. A pesar de que noviembre ya punteaba, el calor veraniego seguía aferrándose cada día a Covenwood, como si siguiera en pleno mes de Agosto. Bastante increíble. Agosto... June dejó de pensar en ello.
Recorrió a grandes zancadas la distancia del aparcamiento hasta la puerta y se apresuró a entrar en el edificio.
El instituto Covenwood era un complejo de piedra gris con techumbre plana y paredes sin decorar compuesto por tres edificios. Uno grande y cuadrado que contaba con cuatro plantas y una azotea, y a lo largo del cual se abrían amplios ventanales; un segundo destinado al gimnasio, donde también se encontraban los vestuarios y las duchas; y un tercero más pequeño y recatado, la biblioteca. En su parte posterior había un patio con campos de futbol, rugby y béisbol y varias canastas de baloncesto.
El interior, sin embargo, era bastante colorido. Las paredes eran verdes y el suelo de baldosas amarillas y pistacho que se intercalaban. June decidió empezar a fijarse en las personas.
A su derecha había un chico vestido de negro con unos aparatosos auriculares apoyado en la taquilla que la miraba fijamente. Miró hacia otro lado, nerviosa, y a su izquierda vio a dos chicas en minifalda y vestidas de colores chillones que la miraron también por encima de sus gafas de sol de Prada.
Tan absorta iba June que no se fijó en el chico que iba hacia ella concentrado en su móvil, y ¡pam! Los libros de ambos volaron por los aires.
-¡Hey, mira por dónde vas! - La examinó con la mirada- Espera, no te conozco...
-Soy June. -se apresuró a decir ella.- La nueva y eso.
Se dibujó una sonrisa en el rostro del chico.
-Algo muy gordo ha tenido que pasarte para que te mudes al culo del mundo. En fin, bienvenida a Covenwood.
Recogió sus libros y giró sobre sus talones con gracia, pero de repente se detuvo, como si hubiera olvidado algo muy importante.
-Por cierto. Soy Axel. Axel Blake. Llámame si necesitas un amigo, pareces bastante maja comparado con lo que hay por aquí.
Dicho esto dio media vuelta y se alejó por el pasillo.
El resto del día fue bastante incómodo para June. Los profesores le hacían lo típico de salir a presentarse, ella metía la pata en algo, su lengua se trababa y la clase empezaba a chismorrear sobre ello. Buscó a Axel entre los asientos, pero ninguna de sus clases coincidía con las del chaval. Sí coincidió con las chicas del pasillo, descubrió que se llamaban Wendy y Chloe.
Su única otra interacción social fue en la hora de la comida. Se había sentado sola en una mesa (Axel seguía desaparecido) y una chica se había sentado de repente a su lado.
-¿Te importa que me siente? - Tenía el pelo negro azabache y un mechón lila recorría el lado derecho de su cabeza, hasta quedar oprimido por una coleta baja que se había hecho.- Me llamo Skye. Tú debes de ser la nueva.
-Sí... -Parecía tan segura de su misma que June no sabia qué más decir.
-Pues Nueva, si quieres sobrevivir socialmente en Covenwood debes aprender algo. -Se acercó a ella, pegó su cara a la suya.- Nada es superior a las Fabulosas.
Era la última frase que June esperaba oír.
-Las Fabulosas son las cuatro divas del instituto. Wendy, Chloe, Sidney y... Becca. Aunque esta última ha estado un poco fuera de juego últimamente. El caso es que si no quieres quedar humillada, será mejor que no te acerques a ellas. Son malas. -Su mirada se perdió- Muy malas.
June no sabía qué responder ante eso.
Skye le sonrió amablemente y se metió un gajo de manzana en la boca.
-No pongas esa cara, gilipollas hay en todos lados. Te lo he dicho porque tú pareces... Diferente. Espero no equivocarme.
Miró el reloj y los ojos se le agrandaron tras los cristales de las gafas.
-Tengo que irme. Buena suerte, Nueva. ¿O cómo quieres que te llamen?
June sonrió inconscientemente.
-June. June Connors.
Desde luego, habían sido dos encuentros interesantes. Axel y Skye. Se preguntó si se conocerían entre ellos, a fin de cuentas era un instituto grande. Recordó con tristeza su antiguo instituto.
Un mensaje le llegó al móvil. Era de un número desconocido.
"Bienvenida a Covenwood."
¿De quién sería? Miró a su alrededor por instinto. Nadie la miraba. Vio a las "Fabulosas" en una mesa al fondo. El mote, aunque ridículo, era bastante adecuado.
Otro mensaje.
"Sé lo que hiciste el último verano."
Imposible. Era un secreto, June lo había enterrado. Nadie de Covenwood podía saberlo.
Después, todo sucedió muy rápido. La policía entró en el comedor con armas en las manos y anunció que nadie podía salir del edificio hasta nuevo aviso.
ESTÁS LEYENDO
Tras la máscara
HorrorLa pequeña población de Covenwood siempre ha estado envuelta en el misterio y en el anonimato. Incluso cuando un maniaco enmascarado empieza a sembrar el terror con acertijos macabros y asesinatos al más puro estilo de una película de terror, los jó...