3- Wendy
Se pasó la barra de labios y se aseguró de que quedarán perfectos. Rojo pasión.
Estaban en el baño del instituto, saltándose la primera clase. Las tres, Wendy, Chloe y Sidney.
-¿Cuando vamos a empezar a organizar el baile de Halloween? Porque si no lo hacemos nosotras, nadie lo hará en condiciones.
Sidney ya se encontraba tras ella con su espejo personal. Se miró. Perfecta, como siempre.
Chloe sacó una agenda de su bolso, y un lápiz de su estuche.
-El día 31 cae el viernes que viene... Ese es un buen día. Hablaré con el director hoy mismo, no te preocupes.
-No esperaba otra cosa.-Le sonrió Wendy. Ahora que Becca estaba fuera de juego por el trauma psicológico que había supuesto perder a su novio, ella había ocupado su puesto de abeja reina.
Sidney y Chloe... Bueno, seguían allí.
La caída de Becca fue lenta pero continua. Al principio todo el mundo se compadecía de ella y estaba a su alrededor, pero cuando solo sus amigas se quedaron a su lado, empezó a hundirse en la miseria y en la tristeza hasta ser sola una sombra de lo que fue.
Sonó el timbre. Wendy y Sidney tenían clase de Historia y no podían faltar. Se despidieron de Chloe, que se quedo apoyada en la pared lamiendo un caramelo de forma seductora. Habría visto a alguien que le gustara, se dijo Wendy.
Entraron en la clase. Allí estaba la alumna nueva que habían visto entrar esta mañana y que había chocado estrepitosamente con uno de los muchos colgados del insti.
A Wendy le molestó que tuviera un pelo tan perfecto, no hacía falta tocarlo para ver qué era suave, sedoso y de que no tenía ni un solo nudo. Vaya puta.
La profesora de Historia, una anciana fumada de poca clase, hizo que saliera a la pizarra para presentarse.
-Hola - Estaba atacada.- Me llamo June Co-Connors. Vengo de Pasadena, Texas.
-¿Una tejana?- preguntó alguien desde el fondo de la clase. Todos rieron, y la chica miró al suelo, buscando refugio. La profesora le susurró que se sentará amablemente y mandó callar a un tal Albert.
-¿Por dónde nos quedamos ayer?
La clase fue igual de bodrio que las cincuenta y tantas que llevaba a lo largo del curso, pero por fin acabó y fueron libres.
Nada más salir al patio oyó la voz de su hermano mellizo en la distancia, no sabía si externamente o internamente.
Cuando llegó a él estaba exaltado y riéndose como un loco. Dios, tenía que sacarlo de allí, todo el mundo los miraba.
-Theo, joder, vamos a algún lado.
Se lo llevó al aparcamiento, donde había un alumno vestido de negro que se fumaba un cigarro mientras revisaba su móvil. Por lo demás estaba desierto.
-¿Qué coño te pasa? ¿Has visto el jaleo que has armado por un friki?
El parecía ya más relajado, pero la llama de la ira seguía presente en sus ojos.
-Lo voy a matar, Wendy.
-¿Estás fumado? ¿Pero qué...? Oh, dios, Theo, ¿eso es sangre?
-Me empujó contra la pared. Yo le reventaré el cráneo contra otra.
-Es como hablar con un ladrillo. Te he dicho que te tranquilices. Si alguien descubre lo que nos traemos entre manos, estamos acabados y lo sabes.
Miró nerviosa al fumado del móvil, pero estaba demasiado lejos para oírlos. O eso esperaba.
Theo refunfuñó.
-Tienes razón. Pero ese cabrón me las pagará, de una manera o de otra.
Se marchó dando largas zancadas.
Wendy avisó a sus amigas de que ya volvía y estas la esperaron en la cafetería. Becca acababa de llegar, con la misma cara de pena que siempre.
La comida transcurrió tranquila, vieron a June a lo lejos con la famélica Stark, a la que llamaban así por su delgadez extrema (que sin embargo, todas envidiaban), hubo una pelea por Stacey Mayers, algo bastante normal ya que era un poco puta... Nada fuera de la norma.
-¿Sabes algo más de la investigación, Becca?
-No. El sheriff Langdon apenas nos dice nada, solo que siguen buscando al asesino... Desde hace treinta y siete días.
-Ese capullo andará ya por Europa si es listo. -dijo Sidney, con su puntiaguda nariz en alto, para mostrar superioridad.
-¿Ese? -intervino Chloe- ¿Por qué no "esa"? Una mujer podría haber hecho todo esto.
-Chloe, ¿crees que podrás evitar tu maldito feminismo por un segundo? Mañana haremos pancartas de "nosotras parimos, nosotras asesinamos", ¿vale?
Chloe calló. Era lo que debía de haber hecho desde un principio, pero no aprendía. Wendy puso los ojos en blanco, y se disponía a seguir sacándole información a Becca cuando alguien irrumpió en el comedor. ¿Policías? ¿Qué cojones hacia la Policia allí? Tenía que avisar a Theo, o estarían metidos en un lío.
-Tengo que irme, chicas.- Dijo rápidamente.- Luego nos vemos.
Mierda. Salió por la otra puerta del comedor que no estaba taponada por la fuerzas de la ley y corrió pasillo abajo hasta su taquilla. Theo no le cogía el maldito teléfono. Su hermano a veces la sacaba de quicio.
Giró la esquina hacia su taquilla y tropezó con algo, que hizo que trastabillara y cayera al suelo. Tras un leve momento de confusión, se llevó la mano al bolsillo y sacó algo. Suspiró aliviada, su móvil estaba ileso. Ya había roto tres en lo que llevaba de año y no le hacía falta otro disgusto en casa.
Se levantó y se sacudió los pantalones color rosa que llevaba esa mañana. Estaban manchados de algo rojo. Otro disgusto más. ¿Quién coño dejaría pintura o tinta roja por el suelo y no la recogería?
Se dio media vuelta para insultar a la nada, pero sus palabras se quedaron en su garganta. Gritó fuertemente y notó que las lágrimas se le acumulaban en los ojos y que su voz se ahogaba.
Había encontrado a Theo.
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Tras la máscara
HororLa pequeña población de Covenwood siempre ha estado envuelta en el misterio y en el anonimato. Incluso cuando un maniaco enmascarado empieza a sembrar el terror con acertijos macabros y asesinatos al más puro estilo de una película de terror, los jó...