4- Elegía penitenciaria (2)

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2- Hunter

El timbre que indicaba el final de las clases sonó, y aquel rebaño de estudiantes taciturnos salió de las aulas. Bueno, no todos. Hunter se tomaba siempre su tiempo para evitar encontronazos con otros chicos, que no dudaban en aplastarlo contra la pared y alejarse riendo. Ya estaba acostumbrado. Sin embargo esta vez había un motivo más.

-¿En serio se empaló delante de vuestras narices? -Axel estaba boquiabierto ante lo que su amiga le contaba.

-Como lo oyes. Aunque no entiendo porque te emocionas tanto.

Axel entonces reparó en Hunter por primera vez. "Esta es Skye" dijo. "Es una amiga desde hace mucho tiempo. Vamos a ir a comer, ¿te vienes?"

Por supuesto que sí, pensó Hunter.

Skye resultó ser bastante simpática, y compartía (al menos parcialmente) la pasión por los crímenes que Axel tenía. Comieron en un McDonalds cerca del instituto, lugar que Hunter no había pisado en su vida. Su amigo continuaba dándole vueltas al tema.

-Lo veo bastante raro. Las llamadas, el accidente de Wendy, los asesinatos... ¿Creéis que Rick es capaz de todo eso? ¡Si ni siquiera sabe resolver una ecuación de segundo grado!

-No sé. Pero tenías que haber visto como Wendy miraba a Rick. Antes de morir estaba segura de que había matado a su hermano. Estaba aterrada. Wendy podía ser muchas cosas, pero no era tonta.

El móvil de Skye vibró peligrosamente. Alguien la reclamaba. Se disculpó haciendo gestos y se alejó de la mesa para hablar. El corazón de Hunter empezó a acelerarse.

-¿Conoces a Wes Langdon? -preguntó Axel.

-No. Bueno, sí. De vista. ¿Por que lo preguntas?

-Porque fue quien estaba con Skye la noche del velatorio, y podría saber algo. Tendré que pedirle su número. Tengo la sensación de que está loco por ella.- dijo entre risas.

Hunter rio también. Pero la sonrisa se le congeló cuando Axel se inclinó sobre la mesa y se acercó a su cara con una sonrisa maliciosa y los ojos entrecerrados.

-¿Y tú, Hunter? ¿Te gusta alguien? Nunca cuentas nada...

-¡Yo! Eh... Pues...- Hunter sintió como su corazón latía hasta salirse de su pecho.

Un golpe en la mesa lo sobresaltó. Era Skye, de vuelta, y venía con una chica, pelirroja, con grandes gafas y cara de pocos amigos. Salvado por la campana.

-¡Ya estoy de vuelta! Me he encontrado a Tracy, es una amiga. Estos son Axel y Hunter.

La chica les estrechó la mano fríamente y se sentó con Hunter. Estaba claro que no le hacía gracia tener que estar sentada enfrente y no al lado de su amiga. Hunter incluso percibió cierta envidia hacia Axel.

-¿Quién te había llamado?- dijo Axel, girándose en su asiento hacia Skye.

-Un amigo, Wes. Quiere que nos veamos esta tarde. También está investigando este asunto, puede que tenga algo.

-Pues tienes que darme el teléfono de tu nuevo novio, yo también tengo que hablar con él. Quiero que me lo cuente todo, ya que a ti te da asco incluso recordarlo.

-¡No es mi novio!-dijo Skye entre risas, mientras se ponía roja y le daba un puñetazo a Axel en el brazo. Hunter pudo ver de reojo que Tracy estaba todavía más roja, pero no se reía. - Y sí, le diré que el rarito del crimen quiere hablar con él.

-Pues perfecto. Yo creo que ya sé porque habéis quedado... ¡Te va a invitar al baile!- dijo Axel, imitando un grito agudo y fingiendo un desmayo. Skye le propinó otro golpe.

-Idiota. ¿Y tú con quién vas a ir, a ver?

-Bueno, tengo una larga lista de chicas que se mueren por ir conmigo, pero creo que seré original e iré solo. -Hunter no pudo evitar que una sombra cruzase su cara. Nunca había ido a un baile, ni se atrevía a ir solo ni a pedirle a alguna chica que fuera con él. Aunque fue rápido, Axel se dio cuenta y rectificó. -Aunque quizás este año vaya con mi colega Hunter. ¿Que te parece?

Hunter explotó de felicidad internamente.

-Sí, claro. Si a ti te parece bien.

-No tengo ningún plan más, por difícil de creer que resulte. ¿Tú que, Tracy? ¿Vas con alguien?

La chica levantó la mirada por primera vez en toda la comida y susurró.

-No pienso ir a esa gilipollez de baile.

Incluso Axel, por muy bocazas que fuera, tuvo que callarse. El dolor y el odio encerrados en esa chica eran inmensos. Un silencio incómodo inundó el ambiente, hasta que el móvil de Axel sonó estrepitosamente.

-Lo siento, me tengo que ir. La chica nueva, esa del GIF, parece que Rick le enviaba mensajes y la llamaba amenazándola, y he quedado con ella para tomar un café y que me cuente algunos detalles.

-Pues os veo mañana. Encantada, Hunter, espero verte más, me has caído bastante bien. ¿Vienes, Tracy?- Skye seguía preocupada por la reacción de su amiga.

-No, voy a casa. Estoy cansada.

Axel y Skye cogieron sus mochilas y se fueron. Empezaba a llover. Hunter y Tracy se quedaron en silencio en la mesa durante dos minutos, y luego ésta se levantó y se fue sin decir una palabra. Hunter juraría que lo que mojaba su cara cuando pasó frente a su ventana no eran gotas de lluvia, sino lágrimas de pura rabia.

Tras la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora