3- Memento Mori (6)

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6- Becca

El móvil de Becca alumbraba el camino por el encharcado subsuelo. Ojalá se hubiera puesto unas botas, pero no, había que bajar con tacones. Increíble.
June iba detrás de ella, agazapada, mirando un mapa online de las alcantarillas.
-Izquierda- dijo de repente, sobresaltando a Becca. Era la quinta vez que hacía eso, y estaba un poco cansada.
-Estamos solas y en un silencio bastante sobrecogedor, no creo que haga falta gritarme en el oido, June.
-Lo siento. Este mapa tiene tan mala calidad que es imposible saber si vamos bien.
-¡Fantástico! Justo lo que necesitaba escuchar.
Giraron a la izquierda y se encontraron ante un conducto de la mitad del tamaño normal.
-¿Por ahí? ¿Seguro?
June miró el mapa, giró el móvil y lo volvió a mirar.
-Casi segura.
Becca puso los ojos en blanco y agachó la cabeza para ver el conducto. Mediría unos veinticinco metros y al final había una pálida luz.
-Sí, tiene que ser por aquí. Vamos, mi móvil va a morir en breve y huelo a mierda.
Ambas avanzaron, una detrás de otra. El túnel era más largo de lo que habían previsto. O eso o avanzaban más despacio. Finalmente, tras lo que para ellas parecieron horas, llegaron al otro lado. Era un conducto más alto, octogonal, y con una cúpula que tenía una apertura en el centro. June miró hacia arriba y vio una estrella.
-Esto tiene que ser el pozo.
-Sí. ¿Por qué lo has deducido por el agujero del techo cuando hay un pozo en el centro?
June miró hacia dónde Becca señalaba. Efectivamente, había una pequeña obertura en la
sala, rodeada de una barandilla de metal. June y Becca se acercaron y miraron en el interior. Estaba seco y solo tenía unos pocos metros de profundidad.
-¿Qué es eso del fondo?- dijo Becca, señalando una esquina oscura y apuntando con la linterna. Algo brillaba.
-Eso es lo que hemos venido a buscar. La "verdad" del asesino. Tengo que bajar.
Se subió a la barandilla y sin pensárselo saltó al vacío.
-Eres una chica de acción, por lo que veo.
Rebuscó entre las hojas muertas que habían caído del cielo y sacó algo metálico. Era un colgante. Se lo guardó en el bolsillo y miró hacia arriba.
-¡Becca! Ayúdame a salir.
De repente las paredes que la rodeaban empezaron a temblar y se fijó en unos pequeños agujeros a la altura de sus tobillos. Con un estallido, unos chorros de agua negruzca salieron y empezaron a llenar el suelo.
-¡Becca! ¡Becca!
-Que sí, estoy buscando una cuerda o algo que... ¡Joder! ¿Eso es alquitrán?
-¿Qué? ¡No! ¡Yo que se! Sácame de aquí.
Becca corrió todo lo que le permitían sus tacones y buscó una cuerda, pero la sala estaba completamente vacía. Volvió al pozo.
-¡Tienes que escalar!
June respiró profundamente y puso sus manos sobre la fría piedra. Estaba mojada, y resbalaba, pero poco a poco conseguía subir. Estaba a punto de salir cuando notó que su mano resbalaba y caía al vacío... Pero algo la sujetó. Vio a Becca casi suspendida en el aire sobre el pozo, dándole la mano.
-Si te mueves, no nos caeremos.
June se sujetó de nuevo y saltó la barandilla, exhausta. Se llevó la mano al bolsillo y suspiró aliviada. Sacó el colgante.
-Esto es lo que estábamos buscando.
Era una cadena de plata, a la que estaba sujeto un adorno con forma de media luna.
-¿Una luna?- Becca no daba crédito.- Está es la gran verdad que tenías que encontrar, ¿te dice algo?
-No... -mintió June.
Ese colgante... Ella lo había visto antes. ¿Pero dónde?
-Bueno. Pues ya está. No pienso pasar un solo minuto más aquí abajo.
Quince minutos después volvían a salir por una de las alcantarillas de la calle principal, la única cuya escalera no estaba corroída por el óxido. Becca apagó su linterna y miró sus mensajes.
-Oh, no.
-¿Qué? ¿Ha pasado algo?
-Sí. Wendy ha muerto. Está en todas partes, Twitter, Facebook... Y han cogido al asesino. Es Rick.
-¿Quién es Rick?
June creía recordarlo de esa mañana, habían coincidido en alguna clase, pero ni la había mirado.
En silencio, caminaron calle abajo y cada una se dirigió hacia su hogar, hacia el lugar donde sentirse segura. June durmió toda la noche y parte de la mañana siguiente, intranquila. Si el asesino estaba entre rejas, todo había terminado. Pero June no se sentía así. Tenía la misma sensación que uno tiene cuando tiene una pesadilla, y se despierta sobresaltado. El peligro todavía es parte de ti, aunque la razón diga que todo ha pasado. June lo sabía. Pero la pesadilla acababa de empezar.

Tras la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora