Capítulo 5

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—John, ¿por qué hay sangre en el baño?

—¿Cómo voy a saber?

—Al menos ayúdame a limpiar...

—Ya voy. 

Ambos amigos ordenaron el desastre del baño, sin indagar más en el tema. 

—¿Quieres hacer algo?

—¿Cómo qué?

—Em...¿Comer?

—Está bien. 

Prepararon el almuerzo y conversaron alegremente mientras comían. Después de lavar los platos y ordenar la cocina, regresaron a la sala. John se sentó en el sofá y Paul se acostó a su lado, apoyando la cabeza en sus piernas. El primero comenzó a acariciar el cabello del segundo suavemente, relajándolo. Así se llevaban. Se comunicaban sin palabras, podían permanecer así por horas. Tenían actitudes algo raras entre ellos. Se celaban a morir, pasaban casi todo el día juntos y siempre intercambiaban esas miradas de complicidad que nadie entendía.

Todo esto hizo que la gente se hiciera la idea de había "algo más" entre ellos. Cuando se los cuestionó sobre esto en una entrevista, ambos se miraron y rieron.

-Bueno, si fuéramos homosexuales lo sabrían. Porque no habríamos logrado todo este éxito si hubiese estado ocupado tirándome a este chico una y otra y otra vez.

-¡John!

Esa entrevista se volvió un caos.

—Oye, ¿y los chicos?

—No sé...

—¿Deberíamos llamar a Pattie y Maureen?

—Sí, pero estoy muy cómodo. No quiero moverme.

John rió y siguió con los "masajes" en la cabeza de Paul. 

—Oye...¿Cómo están Cyn y Julian?

—Bien. ¿Y Jane?

—También, aunque ya sabes. No nos vemos mucho.

—¿Crees que te engaña?

—No, ella no es así.

—¿Y tú sí eres así?

Ambos rieron.

—Como si tú fueras el más fiel del mundo.

—Buen punto.

Silencio.

—John...

—¿Sí?

—¿Por qué escribes cosas tan tristes?

—No sé de qué hablas. 

—Hablo de "I'm a loser", por ejemplo.

—Pues, a veces la inspiración es así, ya sabes. Lo que llega, lo escribes.

—Pero me resulta curioso...

—A mí me resulta curiosa esa canción que escribiste a los diecisiete. ¿Cómo se llamaba? Ah, sí. "I'll follow the sun".

Paul se puso nervioso al instante. No le había dicho a nadie que esa canción era su "despedida" cuando había intentado suicidarse. Y decirlo no estaba en sus planes.

—Paul...

—No recuerdo por qué la escribí.

—No te creo.

—No es mi problema. 

—Vamos, Paul. Somos mejores amigos, puedes confiar en mí.

—¿Qué me dices de "Baby's in Black"?

—¡No me cambies de tema! Además esa la escribimos juntos. 

—Cierto...

—Si no me dices qué pasa, sabes lo que haré.

—No te atreverías...

John enarcó una ceja y se levantó, haciendo que la cabeza de Paul cayera en el sofá. Comenzó a hacerle cosquillas al más joven en todo el cuerpo, sabiendo que era su debilidad. Las risas de ambos resonaron por toda la casa, mientras Paul se retorcía y le gritaba que se detuviera. Lennon recordó que el mejor lugar para hacerle cosquillas a McCartney eran las caderas, por lo que movió sus dedos rápidamente en esa zona, esperando que la verdad escapara de los labios de su amigo.

—¡Ya detente! ¡Para, para!—Gritó entre carcajadas.

—¡No hasta que me digas!

—¡Tuve un intento de suicido!

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Sé que es corto, perdón ;_;

With A Little Help From My FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora