Capítulo 20

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—¡No, está mal!—grité frustrado, para luego tirar la guitarra al suelo. Pasé mis manos por mi rostro, intentando calmarme. Últimamente me costaba concentrarme y memorizar algo tan simple como los acordes para una canción, lo cual probablemente fuera un efecto de la marihuana. Por otro lado, aún no me sentía completo a pesar de tenerlo todo. Cyn me amaba y hacía lo imposible por mantenerme feliz; pero sólo un nombre rondaba mi mente día y noche, y no era el suyo.

Sino el de Paul.

Desde ese primer beso en el hospital todo había sido un poco raro. Por momentos actuábamos como pareja, por otros sólo éramos amigos, y ese ir y venir me estaba matando. Nunca fui muy bueno a la hora de tomar decisiones, pero al parecer él tampoco pues no era capaz de darme una respuesta concreta. Además su relación con Jane seguía, otro impedimento para que algo pasara entre nosotros.

—Necesito un cigarrillo —susurré a pesar de saber que nadie me escuchaba. ¿Quién estaría en los estudios a las cuatro de la mañana?

Salí al jardín y comencé a fumar acostado en el suelo, mirando el cielo. Era una noche sin luna, de esas que me tranquilizaban.

Me estaba por quedar dormido hasta que oí un ruido y me levanté de un salto. El cigarrillo cayó de mis labios para ir a parar al pasto, y me apresuré a apagarlo para no provocar un incendio. El ruido se repitió y otros se le unieron, parecía que alguien estaba arrastrando cosas en el estudio. Mi curiosidad era demasiado grande, por lo que me levanté y entré lo más sigilosamente posible.

¿Por qué no me sorprendió ver a Paul ordenando todo lo que había en la sala de grabación?

—Quedaría mejor ordenado por colores —dije, haciendo que pegara un salto por el susto.

—Dios, John, casi me das un infarto. ¿Qué haces aquí?

—No podía dormir y vine aquí a escribir. ¿Tú?

—Tuve una pesadilla demasiado horrible.

—¿Qué era?

—Soñé con miles de grietas, imperfecciones —tembló—, cosas desordenadas. Agh.

—Vaya...

—También creo que tuve una premonición —continuó, ahora atrayendo mi atención.

—Iré a preparar té, no tardo.

Después de dejar la tetera en el fuego, regresé. En el poco tiempo que había tardado Paul había ordenado un poco más y no sabía si debía preocuparme. Su trastorno me parecía muy extraño.

—Bien, dime cómo es eso de la "premonición".

—Estábamos nosotros cuatro. No podía vernos claramente, éramos apenas sombras y voces que podían pasar de ser muy agudas a muy graves, pero sabía que éramos nosotros. Es raro ¿sabes? Sentí que tenía poderes o algo así que me permitía ver cosas que no se veían. Vi...Muchas peleas, gritos e insultos, llanto...

—Oh, Paulie, sólo fue una pesadilla.

—Luego una de las sombras desapareció —dijo, sin escucharme.—Se esfumó así nada más, yo estaba muy confundido. Los tres que quedaban comenzaron a llorar. Fue el llanto más horrible y desgarrador que alguna vez oí, pensé que mis oídos podrían comenzar a sangrar, pero por suerte eso no sucedió. De pronto, voces que parecían venir de ninguna parte comenzaron a cantar Turn Me On, Dead Man una y otra vez, a un ritmo desesperante ¡y otra sombra desapareció!

—...Debemos dejar la marihuana.

—Esto es serio, Lennon.

—Ay, por favor, sólo es una pesadilla causada por esa cosa que te hacen tomar.

With A Little Help From My FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora