Capítulo 16

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Harry ni siquiera podía pensar con claridad. Estaba tan inmerso en sus pensamientos, que olvidó que Louis estaba enfrente de él, pidiéndole por sexo. Por un lado consideró aceptar su propuesta, y disfrutarlo de la manera carnal y cálida que siempre había querido, tocando y explorando su diminuto cuerpo. Y por otra parte, negar aquello y hacerlo, en un futuro, de manera especial. Quería darle a Louis todo lo que merecía, no sólo tener sexo por la tarde y nada más. Pero fueron dos voces que aturdían a Harry; la de su alfa que le rogaba con deseo satisfacer sus necesidades, pidiéndole sentirlo de la manera que quería hacerlo desde que lo conoció. Y su parte racional, que le recordaba cuanto quería y apreciaba a Louis, que si de verdad quería que aquello sea único para ambos, debía esperar. Anhelaba con el alma verle las facciones mientras su nudo crecía en su interior, asegurándose de que lo hacía con amor en cada estocada. Deseaba que recordara su primera vez juntos, mientras Harry lo tomaba en sus brazos, y le hacía llegar a la cima. Pero sobre todo, haciéndolo sentir querido y protegido.

Quería que la primera vez de Louis sea planificada, romántica y especial, requisitos que su habitación no cumplía. Pero antes que eso, Louis debía ser suyo, no a través de la marca, sino que ser su novio, o al menos tener una relación pública, ya que estaba cansado de esconderse para poder besarlo. Louis no era un premio de consolación, eso estaba claro, pero Harry quería mostrarle a la gente que el más hermoso, dulce y sensual omega de la escuela tenía pareja, alguien que estaba loco por él.

Optó por no pensar demasiado porque sabía que la espera valdría la pena. Louis seguiría siendo suyo, por lo que se prometió hacerle el amor de la forma más bella y ardiente que existía. Sabía que luego de aquello no podría parar, de eso estaba seguro.

Así que decidió denegar la propuesta de Louis por un tiempo, porque sabía desde el fondo de su corazón que no estaba listo.

"Escucha, Louis..." Harry no sabía cómo decirlo. "No." La pequeña sonrisa de su omega se esfumó en segundos. "No hoy." Murmuró con angustia, observando como su omega se encogía. "No estás listo, gatito." Sabía que Louis estaba decepcionado por la mirada que le devolvió.

"¿No me quieres, no es así?" Dijo Louis con un hilo de voz. "No quieres hacerlo con un omega hombre." Susurró con rigidez y con un nudo en la garganta. Louis se sentó en la cama observando la pared; sus ojos azules vagaron alrededor de la habitación, sin mirar a Harry. Estaba avergonzado ya que seguramente a Harry le resultaba ridícula la idea de llegar a hacer eso con él. Parecía una puta barata. Interiormente se rio de él mismo por sugerir aquella descabellada idea. Pero eso no fue lo que pensó Harry; sólo Dios sabía lo mucho que quería estar con Louis de esa manera.

Los ojos azules de su omega se encontraban más claros que de costumbre y brillaban con un rastro de tristeza, cosa que no era buena. Harry se sentó en la cama, tirando de Louis a su regazo y sosteniéndolo por la cintura. El menor se dejaba manejar como si fuera un muñeco de trapo, desanimado ante cualquier contacto con los ojos de Harry; tenía miedo de que el rizado se riera de su situación.

"Hey, gatito..." La voz suave de su alfa inundó su ser, haciendo que se animara al instante y disfrutara de ese tono ronco y profundo que le proporcionaba. Pero Louis no lo miraba, era incapaz de hacerle frente a los ojos verdes de Harry. Temía ver diversión y gracia al saber que era un inexperto. "Quiero hacerlo contigo, Louis." Levantó la vista para observarlo; Harry lo miraba con tanto cariño que pensó que se derretiría allí mismo. "Pero no hoy, no de esta manera. Tiene que ser especial, gatito."

"Si quieres lo podemos hacer, porque también quiero. ¡Será especial!" Louis se animó a decir en voz baja. Le agarró los rizos de la nuca a su alfa para que le prestara atención; ahora él huía de su mirada. Harry lo miró y sintió una punzada al ver amor dibujado en sus pupilas. "Cuando las personas están en una relación tienen sexo, ¿no es así?" Louis no sabía cómo se había atrevido a decir aquello pero lo dijo de todos modos. Harry trataba de no reírse ante las mejillas coloradas de su omega ante tanta vergüenza. A pesar de que ambos estaban calientes, todavía estaban presentes sus toques suaves y caricias acompañadas de la inocencia que ellos nunca abandonaron.

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