Capítulo 33

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"¿Mamá?" Louis cuestionó, mirándola con ojos sumamente abiertos. "¿Qué haces aquí?" Volvió a preguntar. Jay soltó una risita divertida y sonrió amorosamente, observándolos con cariño.

"Oh, también te he extrañado, hijo. Estoy bien, si es lo que preguntas." Jay le respondió, mirándolo con una sonrisa brillante, típica de ella. Luego de oír aquellas palabras, los hombros de Louis se relajaron visiblemente, por lo que sin más se acercó a ella, rodeándola con sus pequeños brazos.

"¡Oh, mamá! ¡Te he extrañado!" Gritó contra su oído, besándola repetidas veces en la mejilla. La soltó luego de un rato, girándose para saludar también a Anne.

Harry, por su parte, tenía la boca abierta de la sorpresa mientras permanecía parado, sus ojos abiertos como platos luego de ver a la madre de Louis allí. En su cocina.

Oh, Dios...

"¡Hey, lobito! ¡Ven aquí y abrázame!" Jay le habló, efusivamente, acomodándose el cabello detrás de la oreja. Se acercó a ella con inseguridad, rodeándola con sus largos brazos mientras ella no paraba de repetirle cuanto había crecido y que ya no era un niño. Olía a flores, gardenias tal vez, dulzón. Muy diferente al aroma picante a cítricos y especias de su gatito.

"¿La niñas están aquí?" Preguntó Louis, animado, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillantes. Harry, por su parte, no podía esperar para verlo hablar de sus futuros cachorros con la misma felicidad y alegría con la que hablaba de sus hermanas. Estaba entusiasmado.

Jay negó rápidamente con la cabeza, tirando hacia un lado su liso y largo cabello, bebiendo un sorbito de su té de manzanilla.

"No, quedaron en casa de la abuela." Contestó Jay, dejando la taza sobre la encimera. Harry observó como la sonrisa de Louis disminuyó levemente con decepción, por lo que se acercó a él, tirando de sus caderas para dejarle un casto beso en el cuello.

Cuando levantó la vista del ojiazul, observó cómo Jay y Anne los miraban curiosas.

"Ustedes dos. ¿Por qué no van a deshacer las maletas, mientras Jay y yo preparamos unos bocadillos?" Anne sugirió sonriendo, Louis se acurrucó más contra él, poniendo la cabeza contra su pecho. Asintieron al unísono, mientras se dirigían de manera torpe hasta su habitación.

En el almuerzo, Harry no paraba de reír. Jay contaba anécdotas graciosas de Louis y diversos acontecimientos que le ocurrieron a lo largo de su juventud. El ojiazul, por su parte, tenía la cara roja, tratando de reprimir la vergüenza. Definitivamente no pudo contener el jugo en su boca cuando Jay contó que una vez lo pilló bailando desnudo en el cuarto, gritando a todo pulmón una canción de Britney Spears. Escupió todo hacia un costado mientras lagrimas comenzaban a caer sobre su rostro ante la risa. Louis lo empujó por el hombro, medio cabreado, medio riéndose.

"Estaba realmente entusiasmado con la música, agitando su cabello por todas partes." Jay agregó y él se inclinó sobre la mesa, todavía riendo, escondiendo el rostro entre sus brazos.

"Al menos estaba desnudo porque estaba solo, no porque una chica me desnudó." Louis se defendió. Harry levantó la vista y lo miró con una ceja alzada, impresionado ante tal comentario. Lo observó con el ceño fruncido, pero se relajó cuando Louis le enseñó una sonrisa ladina, cálida. El ojiazul se inclinó hacia él, besándole los labios con ternura. "Anda, ya. No te enfades que te queda feo, lobito." Le murmuró contra la boca.

"Me alegra verlos juntos." Jay dijo calmada y amorosamente, Anne asintió a su lado, sonriendo relajada. Harry le acomodó el pelo lacio hacia un costado, observándolo con ojos atentos, protectores. Se cogieron las manos, mirándose con dulzura. Harry tenía las manos grandes y los dedos largos, Louis en cambio, pequeña y con dedos cortitos. Literalmente, la de él engullía a la del ojiazul. "Su conexión siempre fue así."

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