Capítulo 27

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"Harry..." Louis entró en su habitación detrás del alfa, quién emanaba enojo mientras se sentaba en la cama con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

El problema surgió cuando le dijo a Harry que iría dos semanas a visitar a su madre a Francia, mientras que él, obviamente, se quedaba en Holmes Chapel estudiando para los exámenes que debía recuperar. Eso significaba que iría solo. Sin él.

"No seas infantil, Styles." Se acercó a la cama con pasos lentos, mirándolo fijamente. Rodó los ojos y bufó con molestia, tratando de no enojarse al observar como Harry gruñía y giraba el rostro. Se terminó posicionando frente a él, tomando su mandíbula con delicadeza y haciendo que lo mirara a los ojos, pero Harry los desviaba a cualquier punto de la habitación. Deslizó sus diminutas manos a través de la dermis de su alfa, acariciando con delicadeza cada parte mientras acercaba su boca a la del rizado. Dejó un casto beso allí, sintiendo como Harry se deshacía en gemidos y lo tomaba por sorpresa por los muslos, estrechándolo contra su cuerpo. Rio mientras se acurrucaba sobre el gran alfa, besándolo y cogiendo su cabello con los dedos, disfrutando de la suavidad de sus rizos. Sintió como Harry, inhalaba con entusiasmo su aroma natural, mientras mordía sus clavículas y acariciaba sus muslos desnudos.

"No quiero que te vayas." Gruñó, mientras lo envolvía en un abrazo reconfortante y cálido, atrayéndolo cada vez más cerca. Le acarició las caderas con destreza, inhalando su aroma con perspicacia, y besando su cuello como la primera vez.

"Echo de menos a mi madre y a las niñas, bonito." Louis trató de sonar convincente en todo momento sólo para eliminar la expresión de tristeza del rostro de Harry. Por lo que se inclinó y le besó suavemente el cuello, acariciando cada parte de su sensible dermis con su lengua. Un leve gruñido salió disparado de los labios de su alfa en el momento que hincó sus dientes en la piel, dejándole una bonita marca. Sintió entonces como sus grandes manos se colocaban sobre su trasero y lo apretaba.

"Lo sé, pero hemos perdido más de un mes separados y no quiero volver a estar sin ti, gatito." Lo miraba con aquellos ojos verdes brillantes, algo tristes y vacíos y no supo que responderle. De todas maneras, quería ver a su madre y a sus hermanas con urgencia, abrazarlas, besarlas y mimarlas como todo cargoso que él era. Iría sin Harry, ya lo había decidido.

"Me encantaría que fueras conmigo, pero oh sorpresa, debes estudiar para los exámenes." Soltó, burlándose y Harry bramó, pero luego largó una risita divertida. Se posicionó mejor sobre el cuerpo de su alfa, mientras las manos del rizado recorrían su piel sin prisa, deteniéndose en su cintura y apretándola levemente.

"Mío. Mí gatito..." Harry se inclinó sobre el pequeño omega, analizando su rostro con detenimiento. Harry no sabía cómo decirle o proponerle lo que tenía en mente desde aquella mañana, sobre todo porque nunca se lo había pedido a alguien. Pero no tenía nada que temer, era Louis. Su gatito, su omega, su bonito chico de ojos azules, y si él realmente quería dar el siguiente paso tendría que hacerlo de aquella manera. Era ahora o nunca. "¿Quieres, uhm... quieres ir hoy a una cita conmigo?" Su voz sonó bajita y ronca. Movió una de sus manos sobre el muslo de Louis, observando cómo la luz amarillenta del sol que entraba por la ventana acentuaba la belleza de su omega, dejando que la más sensual de esas partículas de iluminación se reflejara en su cuerpo y rostro. Sus labios parecían un tono más oscuro que como originalmente eran pero seguían siendo igual de bellos y besables. Su piel tenía su tono dorado sumamente atractivo y brillante, como el oro, mientras que sus ojos azules se iluminaban cada vez más, tan cristalinos y hermosos como siempre.

Louis se limitó a sonreír en demasía, mordiendo su labio inferior con fuerza, sus mejillas enrojecidas. "¿Una cita?" Cuestionó, tratando de ocultar su felicidad, sus ojos brillantes delatándolo. Observó cómo Harry asentía con una amplia sonrisa y bellos hoyuelos en sus mejillas bronceadas y ruborizadas. Trató con todas sus fuerzas de permanecer serio, pero su boca se curvó hacía arriba involuntariamente. Todo su cuerpo parecía temblar y cosquillear por los nervios. "Bueno, debo preguntarle a Anne si me deja ir..." Bromeó y dejó escapar una risa baja, mientras Harry rodaba los ojos juguetonamente, acercándose y respirando el aroma de la perfumada piel de su cuello.

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