003. Vallis.

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[Hoseok]

"Así que dime tú, ¿Qué es esto, Hoseok?".

No pude contestarle. Me quede callado mientras veía como salía de la habitación cerrando la puerta detrás de él. Seguí inmóvil. Aún parado en medio de la habitación.

No le contesté porque no quisiera, sino era porque realmente no lo sabía.

¿Qué era "eso", Tae? ¿Cómo lo describo si no lo sé realmente? Pensé una y otra vez, dándole vueltas al asunto, intentando encontrarle palabras, imágenes, a lo que yo creía que era "eso".

El sonido de la puerta me distrajo después de lo que parecieron años entre mis ideas y la salida del menor del cuarto. De ella cruzo Jimin murmurando que estaba cansado.

Esa noche Taehyung no regresó al cuarto.

-       ... creo que deberías darle espacio. – me dijo Jimin, acostado en su cama, viviendo bajo sus kilos de cobijas que estaban sobre él.

Habíamos empezado a hablar en medio de la noche, ya que los dos estábamos despiertos, sintiendo la falta del castaño, quien solía hablar y hablar por horas. 

El cuarto lucía más vacío, y yo había permanecido con la vista directo en Jimin, porque no me gustaba voltear y ver su cama, vacía e intacta.

-- -- 

Desperté con un horrible dolor de cabeza, y una presión en el pecho muy grande. 

Estaba consiente de estar despierto, pero aún permanecía con los ojos cerrados, no quería empezar el día sin ver la misma imagen de ayer. Suspiré y fue ahí cuando algo se movió junto de mí. 

Abrí los ojos al instante, y me quedé pasmado.Me quedé quieto, con la respiración contenida, porque me encontraba con Taehyung acostado junto de mí, con el rostro sumergido entre mis cobijas, sus pestañas descansado en su tez blanca, y su boca ligeramente abierta. Me abrazaba tan libremente, tan inocente.  

Lucía en calma y por alguna razón extraña pensé que el combinaba con mi cama, con el cuarto, y con la luz filtrada en la habitación, aquella hermosa luz con matiz del amanecer.  El y todas esas cosas empalmaban tan bien, tan cómodos con ellos mismos.

Era hermoso, que una extraña reacción creció ante mí. Quería tocarlo, delinear sus facciones, sentir su piel suave, pero no podía, no quería romper esa paz entre nosotros. Terminé acomodándome lentamente de nuevo, inhalando su aroma conocido y quedándome profundamente dormido. Dejando atrás de mí y de Taehyung, la luz de las primeras horas de Seúl.

-- -- 

-       ¡Despierta, Hoseok! – escuché a Suga mientras agitaba descuidadamente mi hombro. - ¡Vamos a salir! Saca tu trasero de la cama.

-       .... Mmhm. – respondí, y solo me gané otra sacudida brutal del mayor. 

-       Vamos, has dormido lo suficiente. – me decía con tono amenazador. – Te esperamos abajo.

No abrí los ojos hasta que oí como la puerta se cerraba.

Taehyung ya no estaba en la cama, podía sentirlo, ni tampoco lo estaba Jimin en la suya. El cuarto volvía a estar completamente solo para mí, y la molesta luz del día la cubría todo.

Refunfuñando tomé mis viejos jeans, y una playera al azar. Esa mañana no me daría el trabajo tedioso, por cierto, de ver que usar.  No tardé tanto en ducharme, y salir como nuevo. Con energías y un buen humor. 

Alcancé a los chicos en la sala. Todos estaban reunidos ahí, parecía que se volvía una tradición, Jin semi recostado en el sofá y NamJoon junto de él, con el celular en la mano, Suga se había quedado ligeramente dormido en el piso, y Jimin junto jugaba con su iPad.

BOY MEETS WHAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora