035. Recuerdos acumulados de polvo.

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[HOSEOK]

Me sentía en paz, mis demonios caían uno por uno, derrotados por cada vez que sentía las manos de Taehyung trazar líneas en mi espalda, mientras nuestros labios bailaban rebeldemente. Todos esos meses había vivido en una mentira, huyendo del menor, salvándome del vacío que dejaban sus caricias en mi piel.

Suspiré, aliviado del dolor constante que me acompañaba en los días, lo único que podía sentir era a Tae, sentía su respiración entrecortada, oía los latidos acelerados de su corazón, respiraba su aroma a jabón, y amaba cada parte de él.

Abrí los ojos, iluminándome con la preciosa vista que tenía enfrente de mí. El cabello revoloteado del menor, parecía hacer juego con sus mejillas rojizas y sus hinchados labios. Detuve el beso, alejándome pocos milímetros de él. Estaba admirándolo en su totalidad, haciendo memoria de cada uno de sus detalles, de sus imperfecciones. ¿Cómo podría vivir sin él después de esto?.

Lo volví a besar, pero lo hice tiernamente, visitando sus labios lentamente, acariciando su lengua, llenándome de su sabor.

Ambos sabíamos que ese día era el final, eran nuestros últimos besos. No podíamos seguir haciéndonos daño mutuamente, todo había salido mal entre los dos, perdimos nuestra propia luz.

- No lo haré bien si tú no me quieres a tu alrededor... - me dijo Taehyung, apartándome poco a poco de él. – Quiero quererte de nuevo, quiero quererte con cada hueso que tengo.

El temor de ver su rostro y aceptar ciegamente a todos sus pedidos, me hizo mantener mis ojos cerrados, mientras negaba con la cabeza.

- Hoy es nuestro último día. – respondí, después de encontrar y enumerar todas las razones por las cuales había que superar la piedra que nos impedía caminar hacia el futuro. – No hables más, solo quiéreme hoy. – me acerqué para volver a besarlo, pero me detuvo antes de rozar sus labios.

- ¿Cómo puedo, Hoseok... - empezó a decir, mientras yo lo observaba atentamente. – dime, como puedo seguir adelante?

- La tienes a ella... - acaricié su mejilla, mientras decía eso para ambos, una nueva persona llenaría esos espacios.

- Jade jamás será tú. – recostó su frente sobre la mía.

Esa noche había despertado con las palabras de Taehyung, con sus lagrimas rebosando en frases de súplica. Había oído todo, había sentido su pesar en cada fibra de mi ser. Ser testigo de su dolor, me hizo darme cuenta que habíamos sufrido lo mismo cada noche, ambos en camas diferentes, pero los dos buscábamos redimir a la otra persona, aceptando el dolor de una vida en nuestros hombros.

- Puedes encontrar a alguien mejor... - tomé su mano, y la coloqué encima de su pecho. – Este es el objeto más bonito que pude haber tenido... pero ya no es mío.

La primera lagrima después de meses fue derramada, descendiendo sobre mi mejilla, perdiéndose sin ser vista por Taehyung, quien permanecía en silencio, mientras yo, esperaba que los minutos fueran una eternidad, que el universo nos regalara una noche divida en milenios.

- ¿En serio se terminó? – preguntó, mientras alzaba la mirada y le entregaba una sonrisa triste, acomodándole suavemente su cabello. Yo asentí, sin poder creerlo. – P-Pero yo... Hobi... - buscó mis ojos.

Alcé la mirada, para encontrarme con mi mejor amigo.

Ahí estaba mi Taehyung.

El joven que había llenado mis noches de risas cuando esperaba ser alguien en la vida, el que practicaba conmigo cada día, el que se sentaba junto de mí en los aviones, el que compartía su comida cada vez que se lo pedía. El niño asustadizo que creció a mí lado, el que me regaló su primer beso en ese día cuando el destino escogió dos tarjetas. Sus ojos eran los mismos, cálidos, inocentes, llenos de luz, de esperanza. Aquellos ojos eran mi hogar.

BOY MEETS WHAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora