[Hoseok]
Habían pasado demasiados meses desde que acepte el hecho de haber dejado todo atrás. Quería, imploraba, por sentirme indiferente cada vez que Taehyung estaba en el mismo cuarto que yo, no observarlo era una de las tareas más difíciles que me había encontrado. Caminaba, respiraba, y para mí seguían siendo actividades igualmente dignas de apreciarse.
Frustrado, busqué mi celular, en busca de unas palabras amigas, y marqué el número Suni.
- ¿Hoseok? – preguntó desde el otro lado de la línea. Sonreí, al volver a escuchar la voz de mi amiga, como si esa misma mañana no hubiera estado hablando con ella durante todo el trayecto.
- Suni. – respondí, empezando a vagar por toda la sala. – He salido vivo en mi primer día.
- ¿Ves que no ha sido difícil? – solté una triste risa, porque había sido todo lo contrario, los demonios que yo pensaba los tenía olvidados, estuvieron en mi mente todo el día, como un recordatorio de todo lo que hice, dije, y juré con Kim Taehyung, haciéndome volver a desearlo incluso cuando todos mis sentidos lógicos gritaban otra cosa.
- Respirar en el mismo cuarto que él, caminar en el mismo pasillo que él, sentarme en el mismo cuarto que él, y no poder tocarlo, ni acercarme a él, ha sido una de las tareas más difíciles... - confesé sin miedo alguno, Suni significaba confianza en todos los niveles posibles.
- ¿Crees que aún lo quieres?
- ... - el silencio en la línea se extendió por varios minutos, no estaba seguro que responder, había huido como cobarde ante la misma pregunta por meses, pensarla directamente hacía que mi cuerpo se sintiera enfermo, pero aún así, que no pudiera negarlo, me hacía sentir aun más enfermo.
- ¿Ho-bi?
- No me digas así. – le corté al instante, volviéndome a sentar un momento, mientras el cuarto dejaba de dar de vueltas.
- ¿Hoseok, aún lo quieres?
- ...
¿Aún quería a Taehyung? ¿Cómo se supone que tenía que responder ante esa pregunta? Afirmar todo solo significaría que los últimos meses sirvieron absolutamente nada, que todo lo que pensaba al despertar y al dormir, era él. Negarlo era aceptar que aquello que una vez fue, había terminado, que ya podía seguir con mi vida sin él como participante, que ninguna idea del futuro la visualizaba a su lado.
- Mejor... - empezó a decir la voz de Suni al otro lado. – Te haré otra pregunta, diferente y fácil de responder.
- Tus preguntas siempre me hacen caer en crisis emocionales... - se rió, y eso me animó demasiado. Suni siempre terminaba salvándome.
Había desarrollado en Suni sentimientos que me habían abandonado durante todos mis meses dentro del servicio, la imagen que ella proyectaba en mi mente, era más allá que una amiga, hermana, o incluso madre. Tenía la cualidad de generar calidez en mí, cuando me sentía perdidamente frío, combatía mis demonios usando una espada que rebosa en verdad, dura e hiriente, pero lo compensaba con ternura y sonrisas.
Unos días después de estar en casa, y con mis amigos viéndome cada día, era la noche la que ansiaba más, porque a diferencia de cuando éramos chicos, Suni y yo, nos recostábamos en aquel parque, hablando de cosas con sentido, riéndonos de cosas sin ningún sentido o lógica en absoluto. En aquellas noches, un nuevo temor que no había reconocido, crecía en mí, mientras la chica acariciaba mi cabello como solía hacerlo mi madre, hermana o él, empezaba a sentirme poco a poco sanado.
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BOY MEETS WHAT.
Hayran KurguLo que parecían pequeños gestos tan familiares para Hoseok y Taehyung, eran solo el inicio a algo nuevo - que ninguno de los dos- sabía como enfrentar. ¿Celos? ¿Miedos? Si estuviesen juntos tal vez pudiera ser mas sencillo, pero no lo era, no cuando...