014. Solo el amor puede doler así.

3K 510 106
                                    

[TAEHYUNG]

La imagen que tenía enfrente de mí me destrozo completamente.

Sin detenerme ni un segundo corrí hacia el cuerpo de Hoseok, que se encontraba escondido en la esquina más lejana del baño,  manteniendo su rostro fijo en el piso, y una toalla cubriendo torpemente su cuerpo, sus manos a sus costados temblando fuertemente, y sus labios tiritando por el agua helada que aún caía sobre su cuerpo. 

-       Hoseok, Hoseok, Hoseok. – llegué hasta él, bajando hasta su altura, no importándome lo más mínimo el agua helada que caía sobre mí y quemaba mi piel. – Hoseok, mírame, por favor. P-por favor, mírame. 

Tome su rostro entre mis manos, y forcé a que depositará en mi su mirada.

Los ojos de Jung Hoseok, la ventana de su alma, que durante los mejores días estaban llenos de alegría, ideas y luz, se veían apañados por dolor, y posibles pensamientos que me hubieran gustado espantar, que hubiera dado todo por calmar.

La persona que tenía enfrente de mí era el Jung Hoseok que pocas personas habían conocido, el pequeño Rookie de BigHit, que en sus primero días se combatía entre la tristeza de alejarse de su familia, no conseguir lograr sus sueños, y que jamás sonreía. Aún no era J-Hope, esa persona no sonreía, lloraba cuando pensaba que nadie lo veía, pero para mí siempre fue el centro de mi atención, aunque en ese momento y muchos años después no lo entendiera. Esa persona que luchaba consigo mismo me miraba de nuevo, pero esta vez no me quedaría lejos, esta vez yo sería su esperanza, como él siempre había sido para mí.

Estamos hechos uno para el otro, Jung Hoseok, desde el primer día hasta el último.

Tome su delgado cuerpo entre mis brazos y lo abracé, su cuerpo estaba demasiado frio, y los temblores que provenían de él lo sentí hasta en los huesos.

-       ¿Está bien, Tae? – me preguntó Jin por detrás. – Tenemos que sacarlo de ahí.

-       Yo lo haré, hyung. – le dije. – Parece que esta... bien, lo llevaré a la habitación mientras ustedes llaman al medico. – voltee la cabeza para ver a mis compañeros, asustados y preocupados por su amigo.

Cargué el delgado cuerpo de Hobi sin esfuerzo alguno, últimamente era más delgado de lo normal, mientras los chicos me abrían el paso hacia el pasillo.

-       Traeré unas mantas para que se caliente. – dijo Jungkook inmediatamente después de que colocara cuidadosamente a Hoseok en su cama. – Jimin esta con Jin hablando con el medico...

-       Esta bien. – me limité a contestar.

-       Tae... yo... - empezó a decir este.

-       No en este momento, Jungkook. – le corté sin más.

Este solo asintió para salir del cuarto cerrando la puerta a sus espaldas.

Volví mi vista hacia Hoseok que lucía cansado y  no había dicho nada desde la escena en el baño, seguía inmóvil con su mirada descansando en el vacío.

Suspiré y busque entre nuestras cosas una toalla que usar, para poco a poco, temiendo hacerle cualquier daño, secar su pecho, repasando su piel ligeramente con la mirada, exaltando la belleza de cada poro, de cada línea, y cada lunar en su espalda. 

Sin darme cuenta había empezado a hablar con él.

-       ... entonces no me di cuenta de que había tomado el camino incorrecto para llegar al set en mi primer día de grabación. ¡Te lo puedes creer! El manager me regaño veinte minutos completos por teléfono por haber llegado tarde. Ese día regresé cansado a casa y fuimos a comer ramen juntos, ¿lo recuerdas? Picaba demasiado y no parabas de quejarte, dios, ese día reí demasiado con tu cara roja. – pasee la toalla sobre su brazo derecho, secando cada gota del agua helada que parecía cristal sobre su piel – Regresamos al departamento con tu mal humor, y a mí me dolía el estomago de tanto reír... me preguntaste sí mi día había mejorado con ese "diabólico" ramen, y te contesté que sí, pero la verdad es que no fue el ramen, fuiste tú y tus caras, tú y tu mal humor.

BOY MEETS WHAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora