034. Ámame.

1.9K 327 82
                                    

[Taehyung]

Me quedé helado ante sus palabras, observando como torpemente salía a tropezones de la cocina, dejando un silencio que conocía ya muy bien.

Los recuerdos que me había propuesto a olvidar y a enterrar, regresaron a mí sin querer, me recordaron todos los momentos que habíamos pasado juntos, cuando nos dimos el primer beso en un cuarto olvidado de hospital, el sonido de su voz en mi cuello, el sabor de su piel, el sentimiento de haber sido amado en una noche fría.

Parecían demasiado lejanas esas memorias, como si hubieran ocurrido en otra vida, con otras personas, diferentes a las que acababan de hablar. ¿Realmente se había acabado todo? ¿En qué momento nos hicimos tanto daño?.

Sin darme cuenta, estaba caminando por el pasillo, viendo a Hoseok de espaldas. ¿Por qué había ido tras de él? ¿Porqué no podía dejarlo en paz? ¿Por qué aún después de todo lo sucedido, aún corríamos hacia nosotros? Todo sería más fácil y sencillo, olvidar las palabras dichas, las promesas hechas, y seguir adelante.

- ¡Hoseok! – lo llamé, sin importarme que el volumen fuera suficiente para despertar a los demás miembros. Una pregunta rondaba por mí cabeza, envenenada por las palabras de Jade. Hobi se dio la vuelta lentamente, posando sus adormilados ojos sobre mí.

Nos quedamos en silencio. El mundo se detuvo, el tiempo desapareció.

- Tae... - respondió después de lo que pareció una eternidad mientras estaba perdido entre sus ojos. – Y-Ya no, ya no más. Ya no te acerques más.

Di dos pasos hacia él sin siquiera pensarlo, un magnetismo me jalaba hacia él. Como respuesta, Hoseok retrocedió ante mí.

- Basta, por favor... - oír esas palabras de súplica, me detuvieron. – Estoy lo suficiente sedado como para poder luchar contra ti.

- ¿Quién es la persona? – le pregunté, necesitaba escuchar de sus labios un nuevo nombre, uno distinto al mío, confiaba en mi sentidos, si lo pronunciaba lo dejaría en paz. No le volvería a rebatar la felicidad a Hoseok. – me acerqué lentamente, con miedo a volver a hacer retroceder al mayor. Pero no se movió de su lugar, me observaba lentamente, mordiendo su labio inferior. – Solo dime quien es, y te juro que te dejo en paz.

- Tae... - empezó a hablar, mientras luchaba con sus pesados parpados. – Llévame a mi cama, por favor.

Lo siguiente que vi fue el cuerpo de Hoseok luchando por mantenerse en pie, mientras que yo caminaba a grandes zancadas hacia él, cuando lo tuve entre mis brazos, se dejó caer ellos, tirándonos a ambos al suelo.

En el piso estaba yo, abrazando el cuerpo dormido de Hoseok, lo abrazaba con todas las ganas que me había guardado en esos meses, lo estrechaba en mis brazos, intentando no dejarlo salir de ellos nunca, el miedo de perderlo, el miedo de haberlo perdido, de ver como cruzaba la puerta sin voltear atrás, la incertidumbre de mis noches cuando abrazaba un cuerpo que no era el del él. Los días que me pasaba acostado secretamente en su cama, oliendo su aroma a vainilla, imaginando tenerlo cerca, hablar con él imaginariamente en mi camerino, llorar entre sueños cuando lo veía bailar en el salón de ensayos.

Era como un niño asustado abrazando a su papá, queriendo nunca perderlo, nunca quedarse solo sin él.

Lo observé, su tez era tranquila, mantenía los labios entre abiertos, respirando pausadamente. Me atreví a tocar su rostro, trazando líneas imaginarias entre sus mejillas, y labios, sabiendo que tal vez, era la última vez que lo haría. Quería retenerlo siempre, pero ya había pasado nuestro tiempo, y no supe aprovecharlo.

No pude decirle mil y una veces que lo quería, no lo abracé con todas las fuerzas y ganas que tenía, no tomé su mano lo suficiente, no besé sus labios hasta calmar mi constante hambre de él. Parece ser que jamás vivimos ni amamos lo suficiente.

BOY MEETS WHAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora