20. Tenemos un trato

352 13 0
                                    

Capítulo 20


-Ay dale... ¿enserio?-grito desesperada a la nada misma...porque eso es lo que estoy viendo, nada.

Escucho la risa de James en la oscuridad.

-¿De qué te reis?-le pregunto, nunca molesten a una mujer malhumorada.

Estalla en carcajadas y una sonrisa aparece en mi rostro al escucharlo reír, no todos los días escuchas la risa auténtica de James. Por suerte, la oscuridad está de mi lado e intento seguir fingiendo que el malhumor no se me fue y sigo actuando.

-Tenes suerte de que esté todo oscuro porque si pudiera verte te patearía tan fuerte que no vas a poder usar tus testículos excepto para mear.

Su risa sigue siendo igual de fuerte pero ahora intenta detenerla, pero no puede, es como si la fuerza de querer reírse es mucho más fuerte que él.

-No te rías-digo como una nena insoportable, pero eso lo empeoró más-quiero saber quién mató a los nenes, la peli estaba en la mejor parte.

No escucho nada, ni una risa, ni una respiración...nada.

-¿James?

Una luz medio tenue y muy escasa entra por la puerta y atrás de esta está James con muchas velas y fósforos. Apoya la vela en la mesa y empieza a prender las otras y a posicionarlas de tal forma que puedan alumbrar un poco la habitación.

 Apoya la vela en la mesa y empieza a prender las otras y a posicionarlas de tal forma que puedan alumbrar un poco la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-No puedo creer que no te hayas dado cuenta-dice James mientras posiciona la última vela-es re obvio que fue el viejo...está re resentido con todos.

NOOOOOO... YO LO MATO.

-¡Me dijiste el final pelotudo!-le grito y siento toda una ira que pienso en ir y pegarle hasta que le duela pero antes de poder hacer un movimiento, mi mente ya empezó a crear el dolor que voy a sentir al moverme.

-Tranquila-continúa James muy divertido por haberme cagado el final de la película. Se sube a la cama al lado mío y se acuesto de tal forma que queda acostado de costado mirándome-ya habrá otras películas de terror para ver y que puedas descifrar quien es el asesino.

Nos quedamos en silencio, escuchando nuestras respiraciones en la oscuridad iluminada por muy poca luz que sale de las velas.

-¿Te puedo preguntar algo?-me pregunta.

Tardo en contestarle pero al final digo que sí tan bajo que si hubiésemos estado en un lugar con ruido no me hubiera escuchado ni un poco.

-¿Cómo terminaste en el orfanato?

Está pregunta ya me la había formulado muchos días antes, recién cuando me adoptó. En ese entonces no estaba preparada para poder respondérsela, pero ahora sí. Pasamos por muchas cosas como para seguir dudando de él, debo confiar en alguien, y él es el que me ha demostrado que puede ser una de esas personas.

Mi Papa es un pendejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora