35. Pucky

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Capítulo 35


-No pienso dejarla sola-digo por quinta vez y sigo diciéndolo con la misma determinación y confianza, no pienso cambiar de idea.

-Tenes que ir al colegio Courtney-me sigue repitiendo James como una niña chiquita, pero no soy una nena chiquita porque mis argumentos no son caprichos-yo me puedo quedar a cuidarla.

-No puedo dejar que cargues con esa responsabilidad. Vos tenes que ir a trabajar ¿Cómo pensas que los paparazzi van a tomarse esto? Van a creer que adoptaste a otra niña y no te dejarán en paz, no puedo dejar que eso te pase.

 Vos tenes que ir a trabajar ¿Cómo pensas que los paparazzi van a tomarse esto? Van a creer que adoptaste a otra niña y no te dejarán en paz, no puedo dejar que eso te pase

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Nos quedamos en silencio esperando que alguien ceda pero ninguno cambiará su opinión, los dos somos igual de testarudos.

Rita se encuentra sentada en el sillón viéndonos e intentando interrumpirnos para poder solucionar el problema pero no la dejamos. Según James, él puede faltar por una vez y cuidarla, no tiene problema y además así descansa, pero yo sé que en realidad no es tan fácil que falte a una sesión de fotos. Por otro lado, yo no tengo problema en faltar al colegio, puedo pedir las cosas después y además, yo tuve la idea de traerla al edificio, yo soy la responsable de su cuidado, no puedo dejarla abandonada.

-Hace mucho que no vas a las clases de piano, no podes seguir faltando-dice James intentando que cambie de idea, y aunque tenga razón, no puedo dejar que lo haga, no es correcto.

Escuchamos el ruido de una llave en la puerta principal y una Heather muy feliz y llena de energía entra saltando al departamento. Está muy bien vestida aunque solo tenga unos jeans y una remera simple, parece cómodo pero al mismo tiempo le queda muy bien. Quisiera poder ser así, tan linda que no importa lo que te pongas, siempre te va a quedar bien como si te hubieses tardado horas en arreglarte.

-¡Heather!-le grita James apurado, aprovechó mi momento de desconcentración-¡Que suerte que ya estés acá!

Le da un fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla. Que suerte tiene Heather, que suerte tiene de poder abrazar y besar a James como quiera sin importar con los que está alrededor, debería empezar a aprender a hacer eso, para que parezcamos padre e hija y no algo diferente.

-No están cambiados-observa Heather mirándonos a los dos. Perdió toda alegría-van a llegar tarde.

-Por eso te necesito-dice James de una forma tan natural que una punzada de celos aparece en mi panza.

James intenta explicarle a Heather lo más rápido que puede la situación en la que nos encontramos y como es que Rita llegó a nuestras vidas. Al final, termina pidiéndole ayuda para poder convencerme de que la deje a cargo de James y que yo me vaya al colegio. Hay que arreglar este asunto rápido porque sino ninguno va a ir a ningún lado. Igual...no me molestaría pasar todo el día con James en la cama, en el sentido más inocente de la palabra.

Mi Papa es un pendejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora