Las luces no me permiten ver a la gente a mi alrededor y la música estaba demasiado fuerte como para llegar a escuchar algo.
-Tu papá no parece tan malo-grita para que lo escuche por encima de la música.
-No es mi papá.
-Buen...
-No pienso dejarla sola-digo por quinta vez y sigo diciéndolo con la misma determinación y confianza, no pienso cambiar de idea.
-Tenes que ir al colegio Courtney-me sigue repitiendo James como una niña chiquita, pero no soy una nena chiquita porque mis argumentos no son caprichos-yo me puedo quedar a cuidarla.
-No puedo dejar que cargues con esa responsabilidad. Vos tenes que ir a trabajar ¿Cómo pensas que los paparazzi van a tomarse esto? Van a creer que adoptaste a otra niña y no te dejarán en paz, no puedo dejar que eso te pase.
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Nos quedamos en silencio esperando que alguien ceda pero ninguno cambiará su opinión, los dos somos igual de testarudos.
Rita se encuentra sentada en el sillón viéndonos e intentando interrumpirnos para poder solucionar el problema pero no la dejamos. Según James, él puede faltar por una vez y cuidarla, no tiene problema y además así descansa, pero yo sé que en realidad no es tan fácil que falte a una sesión de fotos. Por otro lado, yo no tengo problema en faltar al colegio, puedo pedir las cosas después y además, yo tuve la idea de traerla al edificio, yo soy la responsable de su cuidado, no puedo dejarla abandonada.
-Hace mucho que no vas a las clases de piano, no podes seguir faltando-dice James intentando que cambie de idea, y aunque tenga razón, no puedo dejar que lo haga, no es correcto.
Escuchamos el ruido de una llave en la puerta principal y una Heather muy feliz y llena de energía entra saltando al departamento. Está muy bien vestida aunque solo tenga unos jeans y una remera simple, parece cómodo pero al mismo tiempo le queda muy bien. Quisiera poder ser así, tan linda que no importa lo que te pongas, siempre te va a quedar bien como si te hubieses tardado horas en arreglarte.
-¡Heather!-le grita James apurado, aprovechó mi momento de desconcentración-¡Que suerte que ya estés acá!
Le da un fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla. Que suerte tiene Heather, que suerte tiene de poder abrazar y besar a James como quiera sin importar con los que está alrededor, debería empezar a aprender a hacer eso, para que parezcamos padre e hija y no algo diferente.
-No están cambiados-observa Heather mirándonos a los dos. Perdió toda alegría-van a llegar tarde.
-Por eso te necesito-dice James de una forma tan natural que una punzada de celos aparece en mi panza.
James intenta explicarle a Heather lo más rápido que puede la situación en la que nos encontramos y como es que Rita llegó a nuestras vidas. Al final, termina pidiéndole ayuda para poder convencerme de que la deje a cargo de James y que yo me vaya al colegio. Hay que arreglar este asunto rápido porque sino ninguno va a ir a ningún lado. Igual...no me molestaría pasar todo el día con James en la cama, en el sentido más inocente de la palabra.