23. Soy una piedra

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Capítulo 23

No siento mi cuerpo, es como si estuviese anestesiado. No tengo control sobre él, como si otra persona lo controlara. Lo único que puedo hacer es abrir mis ojos, pero no quiero. El miedo, la tristeza, la desesperación me lo impide. Seamos conscientes y lógicos, nadie quiere abrir los ojos después de haberse desmayado por haberse estado desangrando.

¿Estaré muerta?

Espero que no, no lo creo, no lo veo muy posible.

Después de todo lo que pasé. Los abusos, los golpes, heridas, tristezas, pérdidas y sufrimientos, no voy a morir por haberme desangrado, no de esta forma, sería muy triste que mi vida terminase así.

Tengo que abrir los ojos.

Ábrelos. Ábrelos. Ábrelos.

Una fuerte luz inunda mi vista, y quisiera creer que es una luz generada por el sol, pero no, es solo la luz artificial de mi lámpara. Es lo único prendido en mi cuarto, y no se ve la luz de la luna pasando por mi ventana. Quisiera poder pararme pero mis piernas parecen poseídas y no quieren obedecer. Miro a mi alrededor, todo me resulta borroso, mis estúpidos ojos no se acostumbran al ambiente iluminado.

¿Cuánto tiempo estuvieron viendo la plena oscuridad?

Lo único que me alegra ver es a James sentado en mi silla de escritorio con su cabeza tira para atrás y los ojos bien cerrados

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Lo único que me alegra ver es a James sentado en mi silla de escritorio con su cabeza tira para atrás y los ojos bien cerrados. Se lo escucha roncar levemente. Su mano está sosteniendo la mía, y ese simple acto me hizo ver la ternura en él. Verlo tan tranquilo, durmiendo, en paz, hizo que mi corazón sintiera algo que nunca en su vida le había sentido. Nunca creí que esto existía, nunca me sentí así. Segura, en paz, emocionada pero al mismo tiempo asustada por lo que estoy pasando.

Seguramente Whitney me influencia mucho y ya estoy fantaseando historias como las de los libros que ella lee y me cuenta.

Es verdad, me siento atraída por él, y no creo que sea solo físicamente, pero nadie se debe enterar. Mi lógica me dice que debo reprimir esto. Esto no es bueno, no es sano. Solo debo esperar un año más, solo uno, y podré ser libre al fin.

Mi lógica nunca me falló, siempre me mantuvo con vida.

Cuando le hice caso a mi corazón sin pensarlo dos veces, salí lastimada, y no es algo de lo que me guste hablar.

Soy una piedra, nada entra, nada sale.

Soy una piedra, nada entra, nada sale.

Debo reprimir las ganas que tengo de tirarme enzima de él y acariciar su pelo y que de esa forma se duerma en mis brazos. Solo debo preocuparme por mi educación, mi vida, mi futuro.

Hago un ruido con mi garganta y rápidamente James lo escucha y se levanta de su siesta. Me mira con ojos somnolientos pero felices.

-Hola-me dice con voz ronca por haberse levantado recién.

Mi Papa es un pendejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora