17. Deseo que no me olviden

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Capítulo 17

Voy abriendo los ojos despacio y siento el calor que irradian los rayos del sol que se asoman tímidos por mi ventana. Ahora, a diferencia de ayer, tengo mucho calor. Me muevo tanto que las sabanas se caen al piso.

Mucho mejor.

Me siento en la cama despacio para no marearme y lo consigo. Me refriego los ojos y un bostezo sale de mis labios. Pienso caminar hacia la cocina, muero de hambre, pero en el camino recuerdo que no puedo comer comidas que no se dijeran bien. Con pocas ganas abro la heladera y encuentro un paquete de arroz. Supongo que esto está bien. Mi papá me daba arroz cuando me dolía la panza. Cierro la heladera y en la puerta veo pegado un papel.


"Buenos días Courtney,


Fui a comprar tu medicamento y a hacer algunas cosas de trabajo y no te quería levantar. Hay arroz en la heladera por si tenes hambre. No voy a tardar mucho.


James"


Prendo la hornalla y pongo agua en una olla. Espero a que hierva y cuando lo hace pongo el arroz. Voy al sillón para ver la tele y esperar que se cocine el arroz. unos minutos después escucho que alguien golpea la puerta. Me levanto del sillón riéndome porque seguro que es James y se olvidó las llaves, pero antes de abrir la puerta escucho que golpean más fuerte, como si quisieran romper la puerta. Aunque probablemente es James mi instinto dice que corra y que me esconda. Agarro el celular y marco el número de James. Me voy a sentar detrás de la mesada de la cocina y espero que me atienda. Mi respiración es agitada como si hubiese corrido una maratón y mis manos no dejan de temblar. Siento como la fiebre sube y el frío hiela mis huesos.

-¿Hola?-escucho del otro lado de la línea.

La puerta sigue siendo golpeada muy fuertemente.

Alguien quiere entrar.

-¿Courtney? ¿Estás ahí?-sigue preguntando James pero no logro responderle, estoy muy en shock como para poder formular una palabra, un simple "si"-en un rato estoy por casa.

Al escuchar eso la puerta de la entrada se rompe y sale volando. Pasos fuertes y decididos entran en la habitación y mi instinto fue tapar el parlante para que la voz de James no se escuche y me delate. Me asomo por la mesada y veo a dos hombres grandes y altos llenos de tatuajes pero con pasamontañas.

-No toques nada, excepto lo que la Señora nos dijo que agarremos-dice uno de los hombres, el más musculoso, que parecerá el líder.

-No hay nadie ¿me puedo sacar la máscara?-dice el otro quejándose y veo como cae al piso.

Van avanzando hacia el cuarto de James y eso me da la ventaja de salir corriendo hacia mi cuarto y encerrarme en él. Lo cierro con llave y pongo el auricular del celular en mi oído.

-James-logro formular y se ve que se queda mudo, debió de estar llamando mi nombre sin parar-hay dos hombres en el departamento.

No escucho ninguna devolución del otro hasta después de unos segundos.

-¿Dónde estás?-pregunta autoritario e impaciente.

-En mi cuarto, cerré la puerta con llave-digo en un susurro pero que sea audible para James.

-Patea el pórtico. Rómpelo.

Lo pateo lo más fuerte que puedo y a la tercera vez logro sacarlo de su lugar. Siento mis energías disminuyendo y el cansancio me invade.

Mi Papa es un pendejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora