Locura. Gotham es y va a seguir siendo por siempre una locura, sin embargo, una locura que extrañaría si no la tuviese. Creo que ya olvidé la cantidad de veces que salí a la calle y presencie un robo o un acto violento que es detenido por Batman. Claro que, todo esto se me hace mas cercano por el cargo que tienen mis padres.
Josh, mi padre, es el jefe de las fuerzas armadas que ponen algo de orden aquí en Gotham cuando las cosas se salen de control y mi madre, Claire, es una prestigiada psiquiatra que trata a los villanos que papá trae a la celda de mi hogar. ¿Mi hogar? Si. Tenemos la celda de seguridad mas eficiente de todo el mundo en nuestra propia casa, parece una broma ¿verdad?. Nunca un villano pudo escapar de ahí, ni si quiera uno. Mis padres tienen la extraña teoría de que cuando los villanos se ven sin salida durante un tiempo, cuando deben ser transferidos a las cárceles de verdad, las que no están tan bien equipadas como la celda en casa, pierden algo de esperanzas de escapar y se resignan a la idea del encierro. La verdad es que esa teoría no funciona. Los villanos escapan al poco tiempo de ser trasladados y papa y mama se preguntan porque demonios no construyen las celdas como las de casa en todas las prisiones.
En fin. A pesar de la cantidad de villanos que pasaron por la puerta de mi casa, hace tiempo ya que no viene alguno. Las cosas están mas tranquilas en Gotham por suerte.
Me levanté esa mañana de viernes con un ruido insoportable que provenía de mi teléfono celular. Como pude, abrí mis ojos e intentando que el brillo de la pantalla no me queme las pupilas vi el nombre de Megan al lado de un mensaje que decía: "Nia si te quedaste dormida juro que te mato.". Por dios, la presentación, el colegio, ¡¿cómo pude haberme dormido?!. Me levanté a toda velocidad de mi cama y abrí las ventanas de mi amplio cuarto para ver el día de sol que hacía en Gotham. En esta época del año el sol se iba mostrando cada vez mas.
Fui al baño y vi mi largo cabello marrón despeinado y mis ojos del mismo color casi cerrados de lo mucho que había dormido. Me cepille mis dientes a toda velocidad, me até el cabello con una cola de caballo y me puse el uniforme para salir lo mas rápido que pude. En la puerta de casa, mama y papá habían dejado una nota algo extraña.
"Nia, tuvimos que salir temprano. Espero que hayas puesto el despertador y de no ser así no importa, duerme. Volveremos para la cena, no traigas a casa a nadie por la tarde y prepara la celda. Te queremos."
Pero que divertido, un huésped. Hacía mucho que no teníamos uno y creí que este mes también me libraría de un dolor de cabeza. En fin, solo era trabajo.
Gire mis ojos y cerré la casa con llave para subirme al auto de mama para partir al colegio. En un semáforo, llamé a Megan.
-¿Donde demonios estas Nia?- Dijo con un tono de voz algo enojado.
-Perdóname! Estoy llegando al colegio, perdoname, de verdad. Mama y papa se fueron temprano y no tenía el despertador... no me odies- Le respondí mordiéndome el labio.
La escuché suspirar y podría apostar de que sus ojos estaban girando en este momento. Me reí un poco.
-Te perdono solo porque eres mi mejor amiga... - Suspiró. -Dios mío Nia, apresurate antes de que esta mujer nos desapruebe todo el año.
Luego de una risa terminó la llamada y ya podía ver el edifico de la escuela secundaria con mis ojos. Estacioné lo mas rápido que pude y me bajé corriendo para llegar al salón. Justo a tiempo.
La señorita McDenis estaba diciendo nuestros nombres cuando todos me miraron y me quedé con una cara de asombro y una sonrisa algo nerviosa.
-Bueno, al parecer no tendré que poner otra mala calificación a ustedes dos..- Dijo con un tono irónico.
-Lo lamento señorita, mi despertador no funcionó como debía...-
-Si si como sea, hagan lo que tengan que hacer.- Dijo impaciente.
Megan y yo cruzamos una mirada de odió hacia ella y comenzamos con la presentación. Fue exitosa... o eso creo, lo suficiente como para que una buena nota nos salvará nuevamente. Las horas de clase parecían eternas pero por suerte la idea de que era viernes no dejaba de resonar en mi cabeza.
A la salida de la escuela Megan vino conmigo al café de siempre y nos sentamos para dar un fuerte suspiro de alivio.
-Dios- Dijo Megan recostándose sobre la silla con cansancio. -Al fin se terminó esta semana.-
-Ni me lo digas- Dije mientras soltaba mi cabello liso para tomar un poco del té que tenía en la mesa. -Esta semana fue horrenda, y creo que ahora lo será incluso mas.-
-¿Que?- Dijo Megan frunciendo su ceño con intriga. -¿Por qué?-
-Nuevo huesped...- Dije mirándola a los ojos en un tono suave preguntándome si entendía.
-Oh...- Ella asintió y se mordió el labio. -Eso si que apesta.-
-Ni me lo digas- Dejé el té sobre la mesa otra vez y agarré un diario de la mesa de al lado. -Solamente que no se quien es-
-Oh no... espera.- Dijo con sus ojos abiertos como dos platos mirándome fijamente. -No viste las noticias a la mañana ¿Verdad?-
La mire con mi boca entre abierta y algo confundida frunciendo mi ceño. Ella me señaló la pagina frontal del periódico sin decir una palabra y giré las hojas para ver las letras en tamaño grande que decían: "El Joker es finalmente capturado por Batman y las fuerzas armadas."
Esto no podía ser verdad.
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Property Of
FanfictionA pesar de las razones obvias, Gotham siempre había parecido una ciudad normal en la vida de Nia, una chica de 18 años en su último año de secundaria. Su padre, un oficial importante en las fuerzas armadas de Gotham, trae a casa un nuevo prisionero:...