Una Semana

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Llegue a casa intentando sacarle hasta la última pizca de información a Frank pero lo único que obtuve fue un simple "El sabrá que hacer si esta en problemas." 

Todo esto hacia que mi cabeza se hiciera no una, si no miles de preguntas como por ejemplo, por qué estaría en problemas, que puede pasar, cuando volverá etc etc. 

Subí las escaleras a la máxima velocidad que pude y de inmediato llame a mis padres, temía por ellos, J no jugaba cuando decía las cosas. 

Por suerte estaban bien y mañana ya volverían a casa, me puse feliz por un instante pero... los instantes tienen esa particularidad de ser muy cortos. Cuando corté el teléfono me comuniqué con Megan y le conté todo, claro que esta quizo venir a casa de inmediato pero pude zafar con la excusa de que tenía que dormir un poco pero prometí ir a la suya por la noche y mañana ir a la escuela  juntas. Megan era una gran amiga, de verdad, sentía que a veces debía lidiar demasiadas cosas conmigo pero, es una de esas personas que siempre te dirán las cosas que sienten por lo que si en algún momento se cansara de estar cuidándome a toda hora me lo diría sin problema. A veces sentía que sin Megan, mi vida sería un completo desastre en cuanto amor y relaciones, con mi ex novio fue la persona que mas me ayudó. 

Creo que no recuerdo algún momento de mi vida hasta ahora en el que haya llorado tanto por ese tremendo hijo de... calma Nia, calma. 

Luego de una ducha me puse mi pijama y me recosté en mi cama con las ventanas abiertas dejando que entre la luz del día y, quien dice, J. Tenía mi teléfono entre las manos como si fuera a salir corriendo y no dude en mandarle un mensaje. 

N: J, ya estoy en casa, ¿Donde estas? Frank parecía preocupado 

Claramente nadie respondió. 

Me quedé mirando televisión intentando pensar en otras cosas pero, mi cerebro esta muy concentrado en el. 

Todo era calma hasta que un ruido en mi ventana hizo que me sentara bruscamente en la cama pero, no me encontré con quien querría haberme encontrado. 

-Teníamos un trato Nia-

Dijo con su voz gruesa y casi de película. Volví a recostarme dandole poca importancia a cualquier palabra que pueda salir de su boca, reposé mi cabeza en mi mano y lo ignoré completamente. Estúpido Batman. 

-Ibas a alejarte de el y traerme la información que te pedí- Caminó hacia mí quedando frente a frente. 

-Yo no te dije que iba a hacerlo- Le dije con seriedad evitando su mirada. 

-¿Acaso no entiendes que esto no es un juego niña?- 

-Niña- Reí. -Ahora soy una niña- 

-¿Sabes que puedo denunciarte a la policía verdad?- 

-Y no se que estas esperando- 

Dije y me paré. Fui a la cocina a servirme un vaso de jugo y claro que sus pasos me seguían por detrás. 

-No entiendes que esta en juego aquí Nia- Escuchaba su respiración detrás de mí. -Estamos hablando de la vida de muchos hombres, mujeres y niños..- 

-El no asesina por diversión- Primer mentira. -El quiere cambiar y lo está intentando- Segunda mentira. -Y jamas me haría daño- Tercer mentira. 

Batman rió y me tomó del mentón haciendo que lo mire a los ojos. Tomó mi vaso y lo dejó en la mesada sin dejar de mirarme por detrás de esa mascara negra de mucha dureza. 

-¿Acaso tienes idea de donde esta ahora?- Me preguntó con una voz algo lastimosa. 

Fruncí el ceño y me encogí de hombros. 

-No me interesa donde está- Quinta mentira. 

-Entonces si no te interesa donde esta, ¿Al menos sabes que está haciendo?- Negó con su cabeza. -Te esta llevando a su realidad Nia... por favor, mirate, eres joven, linda, inteligente...Tus padres te aman y te protegieron toda la vida, tuviste esa suerte que muchos otros no. ¿De verdad quieres seguir poniendo en riesgo su vida? ¿Con todo lo que hacen por ti? ¿La de tus amigos incluso?- 

Sentí mi piel erizarse. Mi mirada se mantenía dura pero, mi cuerpo iba cediendo lentamente ante sus palabras. Comencé a sentir algo que ya había tocado mi puerta... si, el sentimiento de un corazón roto. 

Recuerdo cuando solo era una chica normal de secundaria, pensando en entrar a la mejor universidad de psicología para poder tener la vida que siempre quise pero... algo en todo esto me animaba a seguir. Quizás ya no quería lo normal, quizás me había aburrido. Había dos cosas de las que estaba segura, primero, no iba a convertirme en un criminal, eso sería ir contra mis principios y contra mi propia cordura. Segundo, estaba en una constante batalla entre mi corazón y mi cabeza. 

Estaba total y perdidamente enamorada de J. Si, estaba enamorada de un loco, de un psicópata, de un agresivo, de un bipolar, de un sádico, de un sin vergüenza que hacía miles de personas todos los días temieran por sus vidas. 

Intentaba encontrar una diferencia entre J y el tipo que me violó pero... era frustrador e imposible. Casi tan imposible como los pensamientos de J. 

¿J me amaba? 

¿Mis padres me amaban?

¿Mis amigos me amaban? 

¿Que estas haciendo Nia? 

¿Que futuro tendrás con esto? 

Basta de preguntas. Basta de pensar... pensar me vuelve loca. 

Batman me soltó y se separó de mi. Lo miré a los ojos por unos segundos pero me ví obligada a bajar la vista para contener mis lagrimas. 

-Te voy a decir una última cosa Nia...- Se aclaró la garganta. -Si ese hombre, te quiere al menos un poco, solamente un poco, entonces te dejará que sigas con la vida que mereces y que construiste. Al menos eso es lo que haría una persona normal.... claro que él no es una persona.- 

Contuve mis lagrimas unos segundos mas mientras que Batman caminaba hacia la puerta pero antes de irse soltó su última frase. 

-Te doy una semana para que vengas con tu decisión... si no hablaré con tus padres y te prometo que no lo volverás a ver.- 

Se formó un silencio que la respiración profunda de Batman protagonizaba. Una lagrima cayó de mis ojos rodando por mi mejilla y terminando en el suelo pero... de repente, un arma fue cargada. 

-¿Eso es lo que tu deseas verdad Batsy....?

...

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