20/06/1937

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Querida yo del futuro:

La boda ha sido perfecta. 

He de decir que prácticamente tres día después de de Aurel le diera la noticia a mi padre la boda estaba toda montada. El día de la boda me puse el vestido que mi abuela y mi madre utilizaron el día que decidieron dar el si quiero. La iglesia también fue una tarea fácil ya que solo bastó decirle al párroco Miguel la noticia para que este, contento de alegría, nos diera la primera fecha disponible de su calendario. Las vecinas también pusieron su granito de arena ya que sabían que no pasábamos por un buen momento; hicieron un banquete espectacular. Por esa misma razón no me importó que se presentaran a la boda. 

Dentro de la iglesia no eramos mucha gente. No había venido nadie por la parte de Aurel, tan solo unos cuantos amigos que se encontraban en España con él. De mi parte tampoco hubo mucha gente, las vecinas y sus maridos, mi padre, y dos tías lejanas que ni siquiera conocía.

La boda fue perfecta, bailé como si fuera feliz, como si la guerra no nos estuviera acechando y como si no tuviera miedo de que en un momento a otro no fueran a llamar a Aurel para marcharse de mi lado por una temporada. 

Ya de noche, decidí que era mejor dejar a mi padre solo en casa y marcharme a la que iba a ser mi casa el resto de mi vida. Sabía que esa noche no dormiría, y sabía que al día siguiente correría a casa de mi padre simplemente para saber que estaba bien. 

Me espera una nueva vida, y espero comérmela poco a poco, sin prisa. 

Ahora Aurel se está dando una ducha. No se que queda de noche, pero espero que sea tan perfecta como lo ha sido la mañana.

Xx

Cartas a mi yo futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora