14/05/1940

37 6 0
                                    

Querido Aurel:

El poco dinero que había ahorrado está todo perdido. El otro día mientras yo estaba en el hospital y los niños estaban con las vecinas, entraron en casa unos vándalos y nos han dejado sin nada.

Lo poco de gano intento invertirlo en comida para los niños, pero si comen ellos yo no puedo comer, y acabo mendigando a alguna de las vecinas. 

Estamos pasando mucha hambre, y solo porque tú no estás aquí. No tenemos a nadie que traiga un sueldo a casa.  Me estoy muriendo de hambre y todo porque un día quise casarme contigo y hacerte caso.

Para qué quisiste casarte conmigo si sabías que ibas a marcharte y a no regresar. 

No se como pude caer aquél día.

Adios Aurel.

X.x

Cartas a mi yo futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora