18/08/1939

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Querido Aurel:

Se que ha pasado muy poco tiempo desde que te escribí la última carta, con lo que supongo que aún no la habrás recibido ni la habrás leído.

Esta madrugada mi padre fallecía en la cama donde murió madre. Pensaba que estaba durmiendo cuando ha llegado el médico a las ocho de la mañana, ha entrado en la habitación y al salir más deprisa que de costumbre me ha hecho llegar la noticia.

No puedo creerme que mi padre se haya marchado, como él quería, con mi madre y mi hermano. He pasado tantos momentos con él, que o me creo que al final lo haya conseguido.

Pero por otra parte, en todo el cúmulo que dolor que siento por su pérdida, también estoy contenta, al fin va a reunirse con ellos. 

No tengo casi palabras para darle las gracias por todo lo que ha hecho por mi. 

Ahora mismo, no se como voy a decirles a los niños que su abuelo ya no va a regresar a casa nunca. 

Mañana será el entierro, muy temprano.

Aurel, te quiero muchísimo. No sabes todo lo que te extraño.

X.x.

Cartas a mi yo futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora