25/08/1939

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Querido Aurel:

Hoy he comenzado a trabajar en otro hospital que acaban de abrir recientemente. Necesitaban personal para ayudar por la cantidad de personas heridas y enfermas que hay ahora mismo, y no he podido resistirme. Se que estarías orgulloso de mi por haber encontrado algo que me apasione y al que le dedique tantas horas, para poder olvidarme un rato de que tú no estás. 

Cada día te busco entre los heridos con la esperanza de encontrarte, pero jamás te encuentro. Curo a todos, y cada uno de los hombres que pasan por el hospital, lo mejor que puedo, porque pienso que tendrán su familia, sus hijos, su mujer, y me gustaría que contigo, donde quiera que estés, hagan lo mismo.

Los niños dan mucho trabajo, Blanca no habla casi y Georg ni siquiera ha dicho su primera palabra. No andan, casi ni gatean, y tengo miedo de no poder con todo lo que hay a mi alrededor. 

Estés donde estés, espero que te acuerdes de nosotros, de tu familia, y que regreses cuanto antes. 

Te quiero.

X.x

Cartas a mi yo futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora