♚Reyes y Peones♔ #RP1

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La policía nacional sorprendió ayer a seis integrantes de los Reyes y Peones, una banda criminal internacional especializada en atracos a bancos y joyerías. Pasó cerca de las diez y media de la noche.
Los ladrones entraron en el museo armados y cubiertos con pasamontañas, a penas un cuarto de hora después  salieron huyendo como un relámpago. 

Dos de ellos desenfundaron el arma en medio de la persecución e hirieron de gravedad a dos agentes de policía que fallecerían horas más tarde en el hospital.

Los ladrones tuvieron tiempo de entrar en el museo y robar. Armados con revólveres y con la ayuda de un láser romperían el cristal de una de las ventanas. Todavía es un misterio el cómo consiguieron llegar hasta el tercer piso puesto que la policía no encontró pruebas en la azotea del edificio.
Huyeron en dos motocicletas negras pero taparon la matrícula, iban a más de doscientos kilómetros por hora, causando estragos muy graves en el tráfico de Londres.
Hasta aquí todo lo que se sabe de los RP, un misterio para la policía y sociedad.

Apago la radio y me levanto de la cama dejando a Trevor dormido. Ha sido una mala noche, no paraba de quejarse del dolor y tenía algo de fiebre.

Miro a la cama de enfrente, todavía vacía. Sé que tengo una compañera de cuarto porque la cama está deshecha, pero todavía no sé quien es.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cafetería. Las clases empiezan este Miércoles por lo que ahora mismo está casi vacía. En la televisión siguen hablando del asalto al museo de ayer, pero hago caso omiso y regreso a la habitación con dos cafés y dos magdalenas.

Trevor se ha despertado y está sentado en mi cama de una forma bastante torpe.

-Buenos días -digo -, he traído café.

Me observa durante unos largos segundos en silencio, como dándose cuenta todavía de dónde está y con quién.

-Gracias -dice finalmente y coge la magdalena para mojarla en el café -. Me encuentro mejor que anoche, iré a la fraternidad.

-Mmm vale, pero voy contigo -me termino mi café, en esta cafetería no tienen vasos lo suficientemente grandes para mi ración de café diaria  -. Ya he oído la noticia, los medios están como locos con este último asalto, no hablan de otra cosa.

-Me preocupa -deja el vaso en la mesa -que se nos vaya de las manos y nos pillen.

-Creo que se ya se os ha ido de las manos -añado y me pongo a su lado en la cama, con la luz del sol me doy cuenta de las manchas escarlatas que se reparten por todas las sábanas -. A noche recibiste un disparo Trevor, tuve que coserte una herida de bala.

-Lo sé, ese es el problema Alex, -se pasa la mano por los rizos y se los despeina aún más -. No quiero arrastrarte a esta mierda de vida, fue un error. -parece enfadado pero no conmigo sino consigo mismo.

-¿Un error? -es más que evidente el enfado en mi voz. Recuerdo cuando me besó, y cuando catalogó aquello también de un error -. ¿Es que primero haces las cosas y después piensas en si han sido buena idea o no? Porque si es así, déjame decirte que eres un egoísta. 

Trevor aprieta la mandíbula, y sus ojos grises parecen oscurecerse como el cielo un día de tormenta.

Nos interrumpe el ruido de una llave en la cerradura.

Oh mierda mi compañera. 

Muevo las sábanas de tal forma que toda la sangre queda oculta justo cuando la puerta termina de abrirse.

-Tranquila me iré -dice Trevor, con un tono ácido, y se levanta a duras penas.

-¡Uy! Perdón ¿Interrumpo algo verdad? -dice la chica nueva pero aún así entra en la habitación.