Mientras Trevor sube al dormitorio principal, yo me escondo en una de las habitaciones de invitados del piso de abajo para vestirme con ropa seca.
La cabeza me va a mil por hora, rememorando una y otra vez lo que ha sucedido hace a penas unos minutos. Mis manos alrededor del cuello de Trevor, nuestros labios encontrándose, sus movimientos delicados y contenidos... Se me eriza la piel y sacudo la cabeza para espantar todo eso, pero ¿ahora cómo se supone que tengo que actuar?
A los pocos minutos, y al ver que Trevor no baja, decido subir yo. Llamo a la puerta y abro ligeramente. Trevor está tumbado bocarriba en la cama, con el torso desnudo y el móvil entre las manos. Tiene el ceño fruncido y de nuevo me pregunto con quién podría estar hablando. Entonces me ve, sus ojos grises se suavizan y se incorpora sobre la cama.
-Alex, ¿Va todo bien? -pregunta, actúa normal, como si no hubiese pasado nada entre nosotros, así que decido hacer lo mismo.
-Si, ¿Ya te vas a dormir? -digo, mirando la cama deshecha.
Trevor mira a su lado, se queda en silencio durante unos segundos y luego vuelve a mirarme para decir:
-La verdad es que no tengo sueño -se pasa una mano por los rizos dejando ver el tatuaje de un alfil.
-Yo tampoco -dudo que pudiese dormir, pensaría toda la noche en nuestro beso...
Entonces sonríe, una sonrisa torcida que comienzo a conocer, esa sonrisa que pone Trevor cuando ha tenido una idea.
-¿Has traído ropa de fiesta? -pregunta y yo asiento -. Hay un pub cerca de aquí, ¿Te apetece ir?
Sería incapaz de dormir, y la idea de pasar más tiempo con él ahora me parece fascinante, así que acepto.
El reloj marca las doce cuando comienzo a bajar las escaleras.
Trevor ha hecho varias bromas respecto a mi problema de tardar tanto en prepararme, y la verdad, no le culpo. He tardado como media hora en decidir que ponerme y finalmente he optado por el vestido negro que me puse en mi primera fiesta en la fraternidad.
Cuando salgo de la habitación veo que Trevor está en el salón, sentado en el sofá, con los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas. Se gira hacia mí.
-Las doce en punto, como Cenicienta, ¿Lo has hecho adrede verdad? -bromea.
Trevor se levanta y entonces veo que va vestido por completo de negro, como yo. Lleva una camisa negra, con el cuello abierto, del que cuelga una fina cadena plateada como sus ojos.
-Me has pillado -sonrío. Está guapo y mi cuerpo se ve atraído por el suyo, como si una fuerza invisible tratase de unirnos.
Vamos andando, Trevor no mentía cuando dijo que estaba cerca. Cuando llegamos, a penas diez minutos después, descubro que es un pub a pie de playa.
Hay luces verdes y rosas bailando, palmeras y cocos decoran el local y las sillas y mesas parecen de mimbre, con flores blancas entrelazadas. Escucho una canción tropical y veo a gente bailando con cocteles en las manos.
-Esto es mucho mejor que la fraternidad -digo, mientras avanzamos hacia la entrada por un camino de madera que cruza la arena.
-Y que lo digas -Trevor sonríe. Lo cierto es que lleva un rato ausente y he comenzado a preocuparme por ello.
-Un hombre alto nos pide nuestra identificación antes de dejarnos pasar.
-Vamos a beber algo -Trevor me coge de la mano y me guía hasta la barra.
Una chica vestida de hawaiana nos atiende. Trevor pide dos cocteles, que asegura que me va a encantar.
-Espero que hoy no se te abra ningún botón -menciona de repente, pillándome desprevenida.
ESTÁS LEYENDO
♚Reyes y Peones♔ #RP1
JugendliteraturTodo apunta a que Trevor es un universitario normal, hasta que Alexia descubre que pertenece a una de las bandas más peligrosas de Londres, los Reyes y Peones. Cuando Alex conoce el mayor secreto de Trevor la delincuencia y el peligro se vuelven hab...