♚Reyes y Peones♔ #RP1

♚19♔

Las sospechas de Trevor resultan ser ciertas. El "Rey" finge una sonrisa cuando nos ve y se aproxima a nuestra mesa. Desprende un fuerte olor a colonia cara y a puro. Un aura de peligrosidad le rodea y me estremezco en mi asiento.

-Buenos días, Trevor -se sienta a mi lado, ayudándose de su bastón, y me mira -, y señorita.

Sonríe al decir eso último y distingo un diente de oro tras sus cuarteados labios.

-No voy a engañarte Trevor -dice, sin esperar a que ninguno de nosotros diga nada; junta sus manos sobre la mesa -, te he estado buscando por todos lados -se gira hacia mí con una expresión que no se descifrar -, pero ya veo que estabas ocupado.

-¿Para qué me buscaba? -Trevor desvía la atención de mí y se lo agradezco.

-Una chica preciosa si -continúa el Rey y me acaricia el pelo y la mejilla. El gesto me pilla por sorpresa y me aparto de él de forma instintiva -, así que dile que se vaya antes de que empiece a hablar o estará muerta.

Ahogo un grito cuando lo dice y devuelvo el café a la taza.

-Me iré...-tartamudeo, y me levanto de la mesa apresuradamente. Sin mirar atrás, salgo a la calle.

El verano está acabando, por no decir que ya se fue. Hoy es doce de septiembre y quedan dos semanas para mi cumpleaños. El otoño es mi estación favorita, su gama de colores es fascinante.
Camino hasta que me apoyo en la pared contigua a la puerta de la cafetería. Unos chicos pasan por delante y me silban, les saco el dedo con desprecio y después cojo mi teléfono para mantenerme distraída.

Tengo algunos mensajes, probablemente de Niall porque anoche salí corriendo sin dar explicaciones, o de Alice porque desaparecí de la fiesta, o quizá son de mi madre porque jamás le llegué a contar quién es Trevor en realidad... Cojo aire, últimamente le debo explicaciones a demasiada gente.

Apago el móvil, como si evitando leer esos mensajes pudiese evitar los problemas.

Echo una ojeada a través del cristal de la cafetería y veo a un Trevor boquiabierto tirándose del pelo. Me preocupa lo que ese hombre le pueda decir o hacer, pero me preocupa más lo que me pueda hacer a mí.

¿Y si ha descubierto que sé todo? ¿Y si ahora le está diciendo que van a matarme?

Quizá haya más RP en los alrededores, vigilando y protegiendo al Rey. Quizá estén esperando una señal para abalanzarse contra mí.

El hombre se levanta del asiento seguido de Trevor, que deja unos cuantos billetes en la mesa. Ambos salen a la calle y se detienen a poca distancia de mí.

-¿Lo has entendido? -escucho que dice el Rey cuando salen de la cafetería. Trevor asiente, su cara forma una mueca de angustia pero se esfuerza por ocultarla. El Rey se monta en un gran coche negro con los cristales tintados y se va, tan rápido como ha llegado.

Corro hacia Trevor, quien no aparta la vista de la carretera allí por donde se ha ido el Rey.

-¿Qué te ha dicho? -le pregunto cuando llego a su lado, pero no me mira -¿Trevor?

-No quiero hablar de eso -responde, en un tono bajo y tenso. Se gira para mirarme a los ojos y distingo algo más: miedo. 

-¿Tan malo es? -me remuevo incómoda y miro a mi alrededor, buscando piezas de ajedrez.

Trevor suspira. Tiene los labios apretados en una fina línea, algo le preocupa.

-Vámonos de aquí -dice al fin, evitando mi pregunta -. Este sitio no es seguro.

Le sigo hasta su moto sin hacer preguntas. 

El Rey de los Reyes y Peones acaba de hacernos una visita, algo que me pone los pelos de punta ya que confirma que sabe de mi existencia.