♚Reyes y Peones♔ #RP1

♚25♔

El timbre indica el final de la clase y una horda de alumnos salen disparados de historia. Camino por el pasillo a mi última clase del día: Dibujo artístico.

Paso primero por el baño para lavarme la cara con un poco de agua. El efecto de la sustancia que Halcón me dio casi ha desaparecido por completo, pero aún me siento extraña.

Ayer pasé todo el día en la cama para recuperarme, bueno lo cierto es que era la cama de Trevor, y éste puso todo su empeño en cuidarme. Sé que se siente culpable y por eso hace todo esto, pero de todas formas me sorprendió el lado amable de Trevor.

Cuando llego el aula ya está casi llena, alumnos con batas blancas, o al menos lo eran antes de mancharse con pintura, y lienzos cubiertos con distintos colores.

Me dirijo a mi sitio y me abotono la bata, el profesor no tarda el llegar.

-Espero que hayan pasado un gran fin de semana -dice mientras deja un maletín de cuero marrón sobre la mesa.

-Si, fantástico -pienso, recordando los últimos acontecimientos.

-Pero por suerte o por desgracia tenemos que retomar nuestras clases -da una palmada y se frota las manos -. Quiero que continúen con el proyecto del otro día, solo disponen de dos clases más para acabarlo.

Me descubro sonriendo, esto es lo que necesitaba para escapar de la realidad. Pintar es lo único que consigue que olvide los problemas, es mi pasión y mi método de escape.

Quito la tela que cubre mi lienzo y descubro al niño de ojos llorosos pintado a lápiz. Lleno la paleta de pintura al óleo y hundo el pincel en ella.

Primero añado color al cabello: pinto los rizos de rubio con ligeros matices castaños, después continúo por su piel, sus labios rosas y carnosos y finalmente sus ojos, grises.

Noto que alguien me observa y casi se me cae el pincel cuando veo al profesor Quinzel parado detrás de mí.

-¿Ocurre algo profesor?

-No...-vacila -bueno en realidad, sí ¿Dónde aprendió a dibujar?

-Bueno la verdad es que nadie me enseñó, yo sola aprendí, con la práctica...-respondo, recordando todas las tardes en las que llenaba papeles de dibujos intentando conseguir el mejor difuminado.

-Usted tiene mucho talento, quiero ver como termina su obra -dice, y sin esperar una respuesta se encamina a examinar a otro alumno.

El resto de la clase me la paso completando el dibujo y la hora pasa volando.

Para cuando llego a la habitación Alice está en su escritorio con un libro de matemáticas abierto, cuando me ve lo cierra y corre a recibirme.

-¡Alex! ¿Estás loca? -frunce el ceño -Te perdiste en la fiesta del Viernes y no he vuelto a saber nada de ti. Niall y yo te hemos estado buscando como locos.

-En realidad fuiste tu quien se perdió -recuerdo, pero sus últimas palabras captan toda mi atención.

-Espera ¿Qué? ¿Conoces a Niall? -me muerdo el pulgar -. No recuerdo haberos presentado.

-No lo hiciste, le conocí en la fiesta por casualidad -se ruboriza y desvía la mirada hacia otro lado -. Empezamos a hablar y me contó que su mejor amiga había salido corriendo y no respondía a sus llamadas. Yo le dije que mi amiga también se había perdido, al poco nos dimos cuenta que ambos hablábamos de ti.

-Oh Dios Niall...-me llevo una mano a la cabeza, debe de estar preocupado -. Tengo que hablar con él y pedirle disculpas.

-Si, pero primero tienes que hablar conmigo - se sienta en la cama y me indica que haga lo mismo -¿Puedo saber qué es lo que has estado haciendo? ¿Por qué saliste corriendo en mitad del discurso por Candy?