♚Reyes y Peones♔ #RP1

♚42♔

(En revisión) 03/01/2023

La alarma de mi despertador comienza a sonar a las siete en punto, alargo la mano para detenerla y me quedo mirando al techo, pensativa. Lo cierto es que llevo despierta un rato ya, contando las líneas del techo y dando vueltas a todos los pensamientos que se agolpan en mi cabeza.

Alice no ha aparecido en toda la noche, así que he podido disfrutar plácidamente de mi insomnio sin correr el riesgo de que alguien comenzara a hacer preguntas.

Me levanto de la cama pesadamente. A pesar del frío tengo las sábanas pegadas por el sudor, sudor provocado por las pesadillas que he tenido a lo largo de la noche. Recuerdo unos ojos grises como la plata, una melena rubia, varios tatuajes y sangre, mucha sangre. Inconscientemente me miro el brazo, allí donde una gasa cubre el corte que Bambi me provocó, y un pinchazo de dolor me sube hasta el codo.

Me encamino a las duchas, ahora repletas de universitarias que hablan entre ellas. Es curioso como desde que llegué no he conseguido ningún grupo de amigas, nadie excepto Alice, y eso es porque la rubia es mi compañera de habitación.

Me encierro en el último cubículo y dejo que el agua fría me caiga por los hombros mientras se calienta. Me limpio a conciencia y salgo cuando el baño se ha quedado prácticamente vacío. Las pocas chicas que quedan no pueden evitar fijarse en el corte de mi brazo, haciendo muecas e intentando disimular su sorpresa, pero ninguna lo consigue; así que lo cubro con mi toalla hasta llegar a la habitación.

Minutos más tarde estoy bajando en dirección a la cafetería, completamente vestida y decidida a beberme todo el café que haya, por muy asqueroso que esté. Entonces veo una cabellera pelirroja sentada junto a una rubia, en el mismo sitio de siempre desde las últimas semanas, y no puedo evitar sonreír.

Niall me sonríe de vuelta y me hace un gesto con la mano para que me acerque a ellos, me armo de energía y pongo mi mejor cara mientras voy.

-¡Felicidades! -dicen a la vez y por un momento mis inquietantes pensamientos se detienen. Es cierto, hoy es mi cumpleaños, pero estaba tan ocupada hundiéndome en mi propia miseria que ni si quiera me había acordado.

-Te hemos traído esto -dice Alice, mientras desenvuelve un pastelito relleno de nata. Miro a Niall, quien parece más ilusionado incluso que yo, y este saca de su bolsillo un par de velas: un uno y un nueve.

-Muchas gracias, yo... No teníais por qué -respondo mientras que mi amigo pincha las velas en el pastel y las enciende.

-¿Estás de broma? ¿Cómo no íbamos a celebrar que cumples diecinueve años? -espeta Alice, y cuando voy a soplar las velas pone su mano entre ellas y mi boca -. Todavía no, aún tenemos que avergonzarte cantándote el cumpleaños feliz delante de toda la cafetería.

Niall me echa una mirada cómplice y siento como me voy poniendo roja. La rubia comienza a cantar, al principio algunos estudiantes nos miran extrañados, pero después más personas se suman a sus cánticos y finalmente la cafetería entera me está cantando el cumpleaños feliz, incluso la mujer que sirve las comidas.

Me tapo la cara con una mano intentando así que me reconozcan el menor número de personas, aunque sé que es inútil, y finalmente todos estallan en aplausos cuando soplo las velas.

-Esa es mi chica -dice Niall, mientras pasa un brazo sobre mis hombros y me acerca a él.

-Espero que hayas pedido un deseo -dice Alice, y la emoción de sus ojos me obliga a decirle que si.