Junto a Steve

50 13 2
                                    

     El cumpleaños de Adalina terminó con su presentación oficial delante de todos, le pusieron su primera corona de plata con piedras rosadas y nos volvió a llamar para que cantemos una canción con ella... Adalina era muy inteligente y me di cuenta de eso porque el día que estábamos Ed y yo en la celda solo cantamos la canción una vez y al día siguiente ella seguía recordando la melodía.

     Los días que transcurrieron fueron muy bonitos, siempre había algo nuevo qué hacer o qué conocer y poco a poco empecé a olvidar la Tierra. Yo sentía que habían muchas cosas que me faltaban pero al ver a Joel ese sentimiento desaparecía.

      Los días empezaron a pasar rápidamente y yo comencé con algunas lecciones de orden y beneficio personal las cuales me ayudaron a entender a Steve, él era un chico que se portaba y hablaba como alguien de la alta alcurnia, antes yo solía tener en mente que su comportamiento era arrogante pero después de llevar ese curso me di cuenta que Steve tan solo estaba siendo él mismo.

—¿Es verdad aquello que dices? —me preguntó Steve luego de haberlo llamado urgentemente en medio de la noche. Llevaba el cabello ligeramente despeinado.
—¡Sí! —exclamé— Yo no siento que esto sea tan normal para mi, tú eres el único que me puede ayudar a pasar la prueba.
—A ver si entendí bien —respondió acomodándose en el marco de la puerta—. ¿Acabas de tocar la puerta de mi habitación solo para decirme que converse contigo?
—¡Sí! —dije un poco más fuerte pero no demasiado para no despertar a los demás— Steve, hoy a las ocho y media de la mañana es mi prueba, vendrá la maestra de Adalina para ver mis avances en su curso y yo no consigo hablar como tú todavía... Quiero que me ayudes a corregir mis frases.

     Él estaba con una ropa de dormir ploma y se notaba muy somnoliento, se llevó un brazo a la cabeza y luego de hacer una mueca extraña me dijo que sí me iba a ayudar pero con una condición...

—Quiero que me ayudes a convencer a Mía para que esté conmigo —habló sonriendo tiernamente. En ese instante tuve una lucha interna entre ayudarlo o no hacerlo, pero terminé aceptando. Me invitó a que ingrese a su habitación y lo hice con mucho miedo, aún seguía creyendo que era un muchacho extraño pero se notaba que quería a mi amiga.

—Steve... No le digas a Joel o a Mía que estuve aquí, no se lo digas a nadie porque quizá no entiendan mis motivos —dije preocupada mientras me sentaba en una silla que encontré al lado de una pequeña mesa.
—No se lo diré a nadie —respondió él sentándose frente a mi—, tampoco creo que a mi futura enamorada le guste que su mejor amiga y yo estuvimos en el mismo cuarto de noche.

      Rodé los ojos, Steve me empezó a asustar cuando dijo eso pero mis clases eran muy importantes y realmente necesitaba su ayuda. La maestra era una gran persona, parecía una mujer de cuarenta años y tenía un gran sentido del humor, el problema era que tenía que pasar la mitad del día conversando con ella para aprender el curso y yo quería tener tiempo para estar con mis amigos... Era mi primera evaluación y si no pasaba aquella evaluación hubiera tenido que volver a ver a aquella señora un mes más.

—¿De qué desea conversar, princesa? —empezó.
—No me agrada que me llames así, Steve —comenté mirando a un costado.
—¡La evaluadora te llamará princesa, Dev! —exclamó— Imagina que soy aquella docente.
—Está bien —dije y solté una pequeña risa. Steve decidió apagar la luz de su habitación y dejar prendida una vela para no levantar sospechas.

      Comenzamos nuestra conversación, le dije que también evalúe mi comportamiento y así lo hizo indicándome que lo mire siempre a los ojos, me dijo que muestre mis emociones pero que no fuerce nada y poco a poco empecé a sentirme bien. El tema de conversación fue Mía, él me comentó que tenía planeado llevarla a un lugar donde estén solos y ahí decírselo, pero yo le di una mejor idea... Yo conozco a mi amiga y una vez ella me había dicho cómo le gustaría que sucediera ese momento.

—En mi opinión, ella desea que aquel momento no sea tan privado, considero que pedírselo delante de su mejor amiga estaría bien pero en un ambiente romántico con algunas velas o una fogata —le dije exactamente lo mismo que ella me había dicho aquella vez.
—¡Una fogata! —exclamó abriendo los ojos en señal de buena idea— Aquella idea jamás había cruzado por mi mente pero estoy de acuerdo contigo, estaría bien.

       Había dejado de lado aquella rencilla con Steve, comencé a darle muchas ideas, él opinaba y juntos habíamos acordado lo mejor para ese momento. Sin darme cuenta las horas habían pasado rápido y debía alistarme para mi evaluación. Steve me acompañó hacia la puerta, la abrió por mi y después de darme un beso en la mejilla pasó lo peor.

Entre las piedras [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora