Fin para siempre

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—Devorah, tranquila, todo va a esta bien —seguía diciendo Eduard.
—Ya buscaremos al gato, amor —me habló Joel.
 
     Me sequé las lágrimas que tenía en el rostro y sonreí. Ellos se miraron extrañados de aquel cambio de actitud tan inmediata, los abracé y empecé a relatar todo lo que había pasado.

—Devorah, amor, quizá fue producto de la tristeza que tienes ahora... Quizá Madamme Súniga falleció de verdad y...
—Yo sí te creo —interrumpió Ed— Es más, hace unos segundos no tenías nada en la muñeca izquierda y ahora traes esa pulsera... Estoy seguro que fue Irina quien te la dio.
—¿Sigues desconfiando de mi? —le pregunté a Joel en tono serio.
—¿Sabes? No lo volveré a hacer —prosiguió— Estoy seguro de lo que dices, es más, estoy seguro que ellas siempre estuvieron presentes en cada momento importante para ti, ahora se unió Madamme Súniga y las tres te vigilarán. —Terminó tratando de modular la voz en tono bromista para que olvide el mal rato.

      Continuamos conversando unos minutos más, tenía mi mano derecha puesta encima de la pulsera que me regaló la reina Irina y Joel insistió en que la guarde para mostrársela a Mía y Steve al día siguiente. Ellos se quedaron conversando en la sala unos minutos más.

     Subí corriendo a mi habitación, cerré la puerta y antes de hacer otra cosa saqué de mi cartera aquello que necesitaba leer. Saqué la carta que Madamme Súniga me había entregado horas antes en el matrimonio de mi mejor amiga. La carta decía así:

      Para mi hermosa Devorah:

     Te dije que leyeras esta carta cuando sea necesario, olvidé decirte que hoy mismo sería necesario porque tomé una decisión un tanto extraña... Decidí ir a vivir fuera de este lugar, iré a un hermoso país conocido como Entre las piedras.

     Mi hermosa Devorah, ha sido todo un honor conocerte y compartir contigo tantos y tan bellos momentos, fuiste lo más cercano que tengo a una familia. Toda mi vida viví en aquella casa de madera conociendo a personas que aparecían y desaparecían de mi vida, conocía a personas agradables con las cuales me encariñaba pocos minutos pero hubo alguien que apareció para quedarse con mi cariño eterno, ese alguien fuiste . Eres mi verdadera familia, la familia de verdad se protege y desde donde esté te seguiré protegiendo.

      Cuando te conocí eras una niña llena de miedos y poco a poco los fuiste superando, eras una niña que sabía escuchar y eso es lo que te ha ayudado hasta hoy, desde aquella vez noté que serías una grandiosa mujer y me alegro de no haberme equivocado. Estoy segura de que tendrás una vida dichosa, tendrás el amor y cariño de quienes más amas y tendrás unos hijos maravillosos.

Entre las piedras [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora