Capítulo 3

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Max me miro y sopló. ¿Acaso era mi culpa de no saber nada sobre este sitio?

《Tienes que pasar pruebas físicas y mentales.》me informó.

《Pero yo no soy buena en deporte.》le dije ajustándome las gafas.

《Lo serás. Para eso estás aquí.》me dijo sonriendo.

《¿Y que pasa con mi familia? ¿Saben que estoy aquí?》le pregunté melancólica.

《Supongo...》dijo él no muy seguro.
《Vamos. Tienes que comer.》cambió de tema cogiéndome la mano.

Los dos volvimos al comedor. Por suerte estaba vacío. Supuse que era porque nos pasamos de la hora. Él me dijo que me sentara en una mesa. Al cabo de unos minutos volvió con una bandeja llena de comida. Max me la entregó con una sonrisa. Si tan solo fuera tan sociable como él.

《Espero que te guste. Sé que al principio parece asqueroso pero te acostumbrarás.》me dijo con una sonrisa.

Miré la comida y me quise morir. Nada de color, nada bueno y olía fatal. Maldije hacia mis adentros. Eran unas cuantas patatas cocidas con carne a la plancha y brócoli. Observé el brócoli como me miraba burlándose de mi. No había nada en este mundo que odiara más que el arbolcito. 

《No tengo hambre.》mentí.

《Llevas tiempo sin comer. No me lo creo.》me respondió achinando los ojos.

《Es que no me gusta.》susurré ajustándome las gafas.

《Lo sé. Pero algún día matarás por tener esta comida. Por favor, come.》me rogó él.

Cogí los cubiertos y me comí la carne primero. Él me miraba todo el rato. Incluso cuando le miraba yo mosqueada, él no apartaba la vista. ¿Me estaba controlando como mi madre hacia? Acabé por fin la carne y me lancé a las patatas. Como me imaginé, estaban sosas. Quería hablar con Max pero no me atreví. Simplemente, comía con su mirada pegada en mis ojos. Quizás odiaba mis gafas. Eran grandes, redondas y de pasta marrones.

Me acabé las patatas y dejé los cubiertos encima del plato. Cogí el vaso de agua y empecé a beber. Sabía que él había notado como había dejado el brócoli abandonado pero no dije nada al igual que él. Dejé el vaso sobre la bandeja y me limpie con la servilleta. Él se apresuró antes que yo y recogió mis platos.

Cuando volvió de la cocina, me hizo un gesto para que lo acompañara. Los dos caminábamos en silencio. Yo lo miraba y parecía que estaba inmerso en sus pensamientos. ¿En que estaría pensando? Llegamos hasta una especie de sótano. Él me abrió la puerta y me dejó pasar. Dentro de esa puerta había como un nuevo universo de los gimnasios. Había un montón de gente entrenando. Era el gimnasio más grande y nuevo que jamás había visto. Solo había entrado en uno y era porque mi hermano estaba inscrito en él.

Nosotros caminamos hacia un grupo de unos tres chicos. Todos estaban hablando entre ellos. Me sentí pequeña. Esos chicos se alegraron al ver a Max. Los chicos se intercambiaron saludos con las manos y yo me quedé muda detrás de Max. Una chica de color con facciones bastante dulces me miro tiernamente.

《Hola. Soy Eira.》me dijo dándome la mano.

《Janne.》contesté tímida.

Max me miro sonriendo un poco. Todos me saludaron lo cual me extrañó. Me sentí muy incómoda y fuera de lugar. Odiaba que mi antiguo colegio me hubieran tratado tan mal que después, ya no podía volver a hacer amigos por culpa de mi inseguridad.

《¿Te quedarás con nosotros?》me preguntó Eira pero Max se apresuró a responder.

《No. Tiene que ir a clase.》dijo él serio. ¿Por qué ya no era el chico sonriente?

《¿Qué clase?》preguntó otro chico.

《Disparo.》dijo Max.

《Te encantará. Tener una pistola entre las manos te da una sensación de poder que ni te imaginas.》me contó Eira.

Abrí los ojos de par en par. ¡¿Estaban todos locos!? Max me cogió de la cintura y me sacó de allí. Al notar su mano ahí me aparté disimuladamente. No quería que me tocara. Él me miró sorprendido y luego agachó la cabeza decepcionado. Sentí algo de culpa pero no dejaré que alguien a quien acabo de conocer pase mis límites.

Me sacó fuera del gimnasio y me llevó hacia otro aún más raro. Habían arcos, dianas, armas...
Habían un grupo de personas ahora más de mi edad que escuchaban atentamente a un hombre vestido de negro. Casi como los que me recogieron en mi casa. El hombre nos miró y dejó de hablar. Toda la clase nos miró y me ajusté las gafas para intentar parecer normal. Max se acercó al hombre que debía ser el profesor y le susurró algo al oído. Pareció que hablaban de mi ya que el profesor me miraba de arriba a abajo. Max se separó de él y los dos asintieron. Max se acercó a mi.

《Nos vemos luego.》dijo y se fue.

¿Cómo podía cambiar de actitud tan rápido? Me acerqué al grupo tímida. El profesor me miró y siguió con la clase. Por suerte no me había perdido mucho. Él nos enseñó las partes de una arma y como recargarla. Luego hizo grupos de tres en tres y cada grupo tenía una diana.

Yo iba con una chica con rasgos hispanos y un chico con el pelo castaño, largo y rizado. Parecían buenos, especialmente el chico. Sus rasgos eran muy dulces y sus ojos avellanas me hacían estar cómoda. La chica fue la primera en disparar. Lo hizo bastante bien. Luego fue el chico. Él sacó menor puntuación que la chica pero al menos disparó en la diana. Yo era la siguiente. Mis manos sudaban y temblaban. Cogí la pistola y la alcé.

《Tu puedes.》dijo la chica con una sonrisa.

La miré y volví la mirada hacia la diana. Intenté centrar el arma y cuando pensé que ya lo estaba, disparé. Disparé en la pared. Por lo menos estuvo cerca de la diana. Dejé el arma en la mesa que había delante nuestro y me fui.

《No pasa nada. Mi primera vez fue más lejos de la diana.》dijo la chica guiñándome un ojo.

《Exacto. No te preocupes. Nosotros llevamos aquí hace tiempo y aun así no somos como los "pros".》dijo él chico antes de disparar.

《Mi hermano me enseña un poco pero casi nunca quiere. Por cierto me llamo Antonia.》me dijo abrazándome.

《Janne. Encantada.》dije cogiendo el arma.

《Yo soy Axel.》dijo mientras yo apuntaba a la diana y disparaba.

《¡Bien!》exclamé cuando toqué la diana aunque por un pelo me quedo fuera.

《¡Muy bien!》dijo Antonia.

《Gracias. ¿Así que lleváis aquí hace tiempo?》pregunté.

《Sí. Me tengo que graduar de; disparo y sistema informático.》

《¿Graduar?》pregunté.

《Sí.》respondió Antonia dándole el arma a Axel.
《Solo podemos tener dos clases. Si alguien tiene más se convierte en pro.》

《¿Y qué es un pro?》pregunté aún sin entender.

《Un pro, es un alumno que tiene todas las clases graduadas con la mejor marca. Mi hermano es uno.》cantó la chica orgullosa.

Me tocó disparar a mi. Sin más ganas disparé queriendo que me explicasen más. Ahora me acerque más al centro de la diana.

《¿Sabes el que te ha traído aquí?》me preguntó Axel.

《¿Max?》pregunté vacilona.

《Sí.》respondió Antonia pasándole la pistola a Axel.
《Él es el mejor alumno del centro. Es el único que se ha graduado con las mejores marcas de la historia.》

Me quedé en blanco. No pensaba que había estado con el mejor de este colegio. Parecía bastante humilde y eso me gustó. Sonreí y volví a tomar la pistola y disparé. Cada vez iba más cerca del punto rojo.

☆ J. R. Third ☆

El código olvidado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora